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Los seguros de personas cubren los riesgos que puedan amenazar nuestra vida, integridad física o salud.
Antes de entrar de lleno en la cuestión que nos ocupa, conviene que tengamos claro cuáles son los tipos de seguros que existen en el mercado y cómo las entidades aseguradoras los clasifican. La forma más habitual suele ser en función del ramo; aquí podemos encontrar desde clasificaciones más genéricas -ramo de vida y ramo de no vida- o más particulares, que hacen referencia a cada uno de ellos (accidentes, auto, responsabilidad civil, salud, vida…).
Pero, también, las compañías catalogan los productos aseguradores que distribuyen en el mercado español en función de la naturaleza o índole del riesgo a cubrir. En ese sentido, en otros artículos (‘¿Qué es un seguro?’ o ‘¿Qué tipos de riesgos y qué tipos de seguros existen?’) hemos abordado este modo de clasificar los seguros.
Hay diferentes tipos de seguros que las aseguradoras catalogan en función del riesgo
La mayoría de las entidades aseguradoras que operan en España encuadran sus seguros en tres grandes bloques o conjuntos de ramos. En concreto, las compañías diferencian, en función del riesgo, entre seguros de daños o patrimoniales, de asistencia o prestación de servicios o de personas (personales); estos últimos, los denominados como seguros de personas, son los que más adelante abordaremos en profundidad. Pero, antes de entrar de lleno en el análisis de los seguros de personas, nos parece apropiado recordar brevemente algunas de las características de los seguros de daños o patrimoniales y de los de asistencia o prestación de servicios.
La principal finalidad de un seguro de personas es proteger la integridad física de las personas frente a una extensa lista de riesgos a los que se encuentran expuestas a diario y que las amenazan en mayor o menor medida. En definitiva, se trata de un tipo de contrato asegurador en el que el riesgo a asegurar o dar cobertura es una persona física. O, dicho de otra forma, es un seguro que protege al individuo ante la ocurrencia de un evento que podría afectarle directamente, como podría ser un accidente, la muerte o cualquier problema relacionado con la salud.
Estos seguros nos cubren aquellos detalles que aparezcan reflejados en la póliza que hayamos contratado, sea de la modalidad que sea (las conoceremos un poco más adelante) pero su característica común es que siempre tienen a la persona como objetivo de las coberturas.
La característica que se repite en todos los seguros personales es que son las personas a quienes se dirigen expresamente sus coberturas
No cabe duda de que no podemos invertir mejor que en un buen presente y un mejor futuro, si podemos, para nosotros y los nuestros. Si tenemos un seguro que contemple nuestra protección ante los imprevistos que suceden cada día, contaremos con la tranquilidad de que ni un accidente o un fallecimiento que llega antes de lo esperado, por ejemplo, alterarán en exceso la economía de nuestra familia.
Si vamos a elegir un seguro de accidentes, o calcular un seguro de salud, estaremos poniendo en valor lo que de verdad importa: la seguridad de que pase lo que pase relacionado con estos campos, podremos seguir adelante porque nuestra póliza, donde se detalla cada cobertura disponible, vela por nosotros.
Así, los seguros de accidentes se encargan de dar un soporte económico si sufres un percance, los seguros de salud protegen tu bienestar y el de tu familia además de respaldarte si necesitáis atención médica, una cirugía o una segunda opinión médica, los seguros de enfermedad te procuran una continuidad de tu manera de vivir si, por ejemplo, una enfermedad de larga duración te afecta y eres autónomo, un seguro de vida te ampara a ti o tu familia ante una invalidez o un fallecimiento, y los seguros de dependencia se ocuparán de las necesidades de aquellas personas que no puedan valerse por sí mismas.
Dentro de los seguros de personas, fundamentalmente, podemos encontrar las pólizas de accidentes personales, salud, enfermedad, vida y dependencia.
Estos seguros tienen como principal objetivo proteger al asegurado cuando sufre un accidente. Habitualmente, este tipo de pólizas suelen contar, entre sus coberturas, con capitales indemnizatorios (destinados al beneficiario o beneficiarios) en el caso de que el accidente haya provocado la muerte del asegurado, que haya tenido como resultado la invalidez permanente total o parcial del mismo o la invalidez permanente parcial, además de los gastos en asistencia sanitaria que el asegurado haya sufrido como consecuencia de un accidente.
Son seguros que proporcionan al asegurado una serie de coberturas de carácter sanitario y asistencial. La modalidad de asistencia sanitaria (seguros de cuadro médico con o sin copago) es la que cuenta con un mayor volumen tanto de asegurados como de negocio. Por su parte, las modalidades de reembolso de gastos y dental, aunque cuentan con menos clientes, continúan creciendo año tras año. Con respecto a este tipo de seguros, hemos de tener en cuenta que para el acceso a determinadas pruebas o tratamientos estará sujeto a un periodo de carencia; por ejemplo, en el caso del embarazo y el parto. Previo a la contratación de este tipo de seguros, el cliente se verá obligado a contestar un cuestionario acerca de su estado de salud e historial sanitario.
También conocidos como seguros de subsidio o indemnización, son pólizas diseñadas para proteger a los trabajadores autónomos, fundamentalmente, durante los periodos de tiempo en los que, como consecuencia de una enfermedad, no pueden desarrollar con normalidad las actividades laborales que desempeñan. Es decir, se trata de seguros que ofrecen una indemnización diaria al asegurado cuando se encuentra incapacitado para trabajar, con el objetivo de que su modo de vida y el de las personas que dependen de él no se vea afectado por una situación de esta índole. Aquí también podemos encontrar los seguros denominados como de enfermedades graves, que son pólizas que proporcionan un capital en caso de que al asegurado se le diagnostique o sufra una enfermedad de especial trascendencia; por ejemplo, infarto de miocardio, infarto cerebral, cáncer, ictus, insuficiencia renal crónica... Además, en algunos casos, estas pólizas incluyen complementariamente la cobertura de trasplantes, que normalmente contará con un periodo de carencia.
Soluciones aseguradoras, las de la modalidad de riesgo, que han sido concebidas por las entidades aseguradoras para ofrecer un capital a modo de indemnización al beneficiario (designado por el tomador) si se produce alguno de los siniestros contemplados en la póliza: normalmente, el fallecimiento o la invalidez del asegurado. Este tipo de seguros suelen suscribirse con el objetivo de cubrir las necesidades de las personas que se encuentran a cargo del asegurado; es decir, pensando en su futuro.
Estos son seguros especialmente creados para cubrir las principales necesidades de las personas dependientes (aquellas que no pueden valerse por sí mismas). Se trata de un tipo de pólizas que durante los últimos años han experimentado un notable desarrollo, debido al incremento de la esperanza de vida. En definitiva, son un tipo de seguros que aseguran una indemnización en forma de prestación de servicios, un capital o una renta, cuando la persona asegurada se encuentre en una situación dependiente. Al igual que ocurre en el caso de los seguros de salud, el cliente tendrá que cumplimentar un cuestionario relacionado con su estado de salud e historial médico.
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