Las 4 razas de perros de caza más populares

Caza

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Cuando hablamos de la caza, nadie se imagina a un cazador sin un compañero leal, su perro de caza. Hay quien tiene más de uno, a los que se lleva a todos los viajes. Tanto perros como cazadores disfrutan de la mutua compañía practicando ese deporte que une al humano y al animal.

Hoy nos gustaría homenajear a algunos de estos compañeros cariñosos y trabajadores, porque cuando un pointer cruza un campo como un rayo o cuando un labrador salta a cobrar una pieza, recordamos que siempre y donde sea que cacemos con perros, estamos continuando una asociación iniciada hace miles de años, tan beneficiosa que ambas especies ha evolucionado juntas. Hay evidencias que indican que en la Edad de Piedra, las cualidades de los perros permitieron que el cerebro humano de nuestros antepasados dedicase menos capacidad a las funciones sensoriales, allanando el camino para poder desarrollar el crecimiento intelectual. Podríamos decir que de alguna manera, los perros nos terminaron de convertir en humanos.

También es cierto, como han demostrado muchos experimentos, que los perros tienen una capacidad única para leer nuestro lenguaje corporal y responder a señales sutiles. No es que esto sea una novedad para nadie que haya cazado junto a su perro. 

Y esa, en última instancia, es la razón por la que cazamos con perros: porque a ellos les encanta y viven para ello, tanto como el cazador. Posiblemente incluso más que el humano. Dependemos de su habilidad y arte y admiramos su tenacidad y coraje. Pero lo que nos impulsa es su pasión. Vamos a ver algunas de las razas consideradas como idóneas para la caza y que no puedes dejarte atrás, como tampoco debes dejarte nunca tu seguro de cazador.

Labrador retriever

Son preciosos, sin duda. Aparecen continuamente en calendarios y tarjetas de felicitación, donde cachorros de Labrador retriever retozan y se abrazan, pero esos no son los Labradores que adoran los cazadores. Para un cazador, el labrador más bonito es aquel con el pelaje salpicado de gotas de agua y las patas cubiertas de barro. Lo que derrite el corazón de un cazador es un labrador buceando en busca de una pieza, sin darse por vencido. Puedes ver labradores acurrucados en un asiento trasero, aparentemente cansados, pero deja que ese perro escuche el tintineo de un cordón de los usados para cazar patos y ahí estará, a tu lado y preparado para salir. 

Los Labradores proceden de Terranova, en Canadá, donde se cruzaron perros de agua con los gigantes y resistentes Terranovas, lo que dio lugar a un perro perdiguero de tamaño mediano, con patas finas y un pelaje corto. Se dice que el segundo conde de Malmesbury importó uno de estos perros de aguas de St. John (capital de Terranova y Labrador) y lo apodó “labrador retriever”. Con ese nombre se quedó y los labradores han estado desde entonces metidos en el agua. Ciertamente, existen esos perros que señalan faisanes y codornices y rastros de ciervos o conejos. Pero el lugar histórico y verdadero para un labrador retriever está al borde del agua y la tierra dura, de los pantanos y el lodo: sus ojos rara vez abandonan el cielo, sabe por qué está aquí: está listo para cazar, feliz de saltar hacia un pájaro tantas veces como pueda.

Setter inglés

Estamos seguros de que se ha dedicado más tinta y más pinturas al setter inglés que a cualquier otra raza relacionada con este deporte. Hay algo en este perro que atrae al romántico que hay en nosotros, recordando tiempos pasados ​​cuando los que practicaban el deporte de la caza viajaban en elegantes vagones y salían al campo con bombines.

Y, sin embargo, referirse a la raza en singular, como "el" setter”, tiene su miga. Ninguna raza es más resistente a las generalizaciones. Hay setter de 35 kilos con capas de pelo sueltas y cabezas magníficas, y setter de 15 kilos que es difícil creer que lo sean realmente; setter que corren como el viento y setter que apenas salen al trote. Hay setter que señalan con mucho estilo y setter que señalan como si estuvieran desganados; setter que son fáciles de entrenar y están deseosos de complacer y setter que pondrán a prueba tu paciencia en cada paso del camino. La única constante es esta: si aspiras a ser cazador con un setter, es mejor que tengas bastante de esa virtud. Esta raza te pondrá a prueba, pero cuando un setter aúna todo -correr, cazar y señalar pájaros de manera tan emocionante que se graba en tu memoria a fuego- sabrás que el esfuerzo valió la pena, independientemente de lo que te haya costado lograrlo.

Beagle

Una manada de beagle tradicional puede comprender de media docena a 30 miembros, y cuando esos perros están siguiendo la pista de un conejo, pululan a través de zarzas y arbustos con la coordinación de un escuadrón de caballería. Pero el hecho es que simplemente un par de beagle o incluso uno solo pueden ser fantásticos en una cacería de conejos, y su instinto de caza está entrelazado en su ADN. Hay beagle que se pasan 355 días al año en el sofá. Pero esos 10 días que están en los bosques, compensan el resto.

La primera mención de los Beagle data de alrededor de 1475, y el nombre puede provenir de la palabra francesa bégueule, que significa "mojigato". Enrique VII tenía perros pequeños llamados beagle “guante”, debido a su pequeño tamaño y la reina Isabel I mantuvo una línea de los llamados “beagle de bolsillo” de unos 20 centímetros de alto a quienes llevaban a cazar en alforjas. Las líneas modernas de esta raza se establecieron en la década de 1830, y Estados Unidos vivió un furor por los beagle a principios del siglo XX. Y es que los beagle pueden ser los perros más sonrientes del planeta, tan alegres como los que más. Se sienten felices en una camioneta, en la habitación de los niños o en el sofá. Pero quizás su mayor felicidad la encuentran cazando.

Jack Russell

Hay quien quiere un perro de trabajo de poco tamaño y fácil de mantener en casa, y una opción excelente es el JRT (Jack Russell Terrier):  un perro pequeño con personalidad de perro grande

Los Jack Russell se crían principalmente para el control de plagas (deshacerse de tejones, zorros o mapaches), pero este es un perro muy versátil. Los cazadores de caza mayor los utilizan incluso para ciervos y alces. Se cuenta que algunos cazadores en Sudáfrica usan JRT casi exclusivamente para rastrear leones porque dicen que es la única raza lo suficientemente valiente para enfrentarse cara a cara con un león, y lo suficientemente ágil y rápida como para escapar si el león le perseguía. Lo cierto es que para ellos, todo es un juego tremendamente divertido. El trabajo de control de plagas con estos perros es entretenido, y ciertamente, está bien lejos de lo que es la caza tradicional, pero sigue siendo un estilo antiguo de este deporte. Es muy satisfactorio desbloquear el código genético en el cerebro de este perro y verlo hacer las cosas para las que fue creado. Los Jack Russell tienen una tenacidad fascinante y son muy dulces.

Por supuesto que hay muchas más razas de perros que pueden utilizarse para el deporte de la caza y con los que seguramente pasarás ratos fantásticos, pero de ellas hablaremos otro día.