¿Qué tipos de caza existen?
En este artículo podrás informarte acerca de
Es probable que cuando hablamos de la caza, los términos caza mayor y caza menor sean conocidos por el público general, siendo esta la primera distinción que se debe hacer entre los tipos de caza.
Así, el término “caza mayor” se usa cuando hablamos de la caza de animales mayores que un zorro común, que en España se trata de jabalíes, ciervos, corzos, gamos, cabras, muflones y arruís. La extensión que debe tener un coto dedicado a la caza mayor es de un mínimo de 500 hectáreas.
Por su parte, usamos el término “caza menor” para referirnos a la caza de animales menores que un zorro -incluyendo a esta especie- así como a conejos, liebres, faisanes, palomas, codornices y la reina de la caza menor en España, la perdiz roja. La extensión mínima del coto de caza debe ser de 250 hectáreas.
Para la práctica de este deporte es necesaria la licencia de armas, así como la licencia de caza, pero además debes recordar que se trata de un deporte en el que es necesario tener cubierta al menos la responsabilidad civil por daños a terceros, para lo que ponemos a tu disposición nuestro seguro de cazador.
Modalidades de caza mayor
Una vez hecha la distinción entre caza mayor y menor podemos encontrar diferentes estilos de caza que se usan en cada una de ellas. Cada modalidad tiene sus seguidores, y cada cazador practica una o varias de estas modalidades cuando sale a cazar.
En la caza mayor una de las modalidades más usadas y de más tradición es la caza en montería, consistente en la batida de una superficie -que se conoce como “mancha”- por una rehala de perros y batidores para levantar la caza y dirigirla hacia los cazadores, que se encuentran situados en diferentes posiciones; en el caso de encontrarse en un extremo de la mancha su intención será cortar la huida de las piezas a batir, y esta posición se conoce como “cierre”; si la línea de cazadores se encuentra en el interior de la mancha y la atraviesa, su intención es abatir las piezas según se mueven dentro de la mancha, y la posición se denomina “traviesa”.
De forma similar a la montería podemos hablar del “gancho”, y de la “batida”; un gancho es una modalidad de montería en la que el número de cazadores no puede exceder de quince, así como el número de rehalas no puede pasar de cuatro. Por su parte, la batida es el nombre con el que se conoce a una montería que se practica exclusivamente sobre el jabalí.
Iniciada en Extremadura y llevada después a otras dehesas, como las andaluzas, tenemos la modalidad de caza conocida como “ronda”. Se trata de una modalidad de caza nocturna, en la que se aprovecha la visibilidad que proporciona la luna sobre las amplias extensiones de las dehesas extremeñas, y en la que los cazadores, ya sea a pie o a caballo, utilizan sus perros como ayuda para la búsqueda, el alcance y el agarre de los jabalíes.
Otra de las modalidades de caza mayor más conocida es el “rececho”. En esta modalidad, el cazador persigue a su presa una vez localizada, hasta que se encuentra a la distancia idónea de disparo. Ciervos, corzos y gamos son algunas de las especies que se permiten cazar en esta modalidad.
Por último, se practica también la modalidad conocida como “aguardo” o “espera”. En esta modalidad se localiza un lugar por el que las piezas tienen costumbre de pasar, o al que suelen dirigirse de forma habitual, como comederos o lugares de paso, y el cazador se sitúa esperando el paso de la pieza o la entrada de esta a dicho lugar. Es habitual que esta modalidad de caza se practique de noche.
Modalidades de caza menor
La caza menor tiene también diferentes modalidades practicadas por los cazadores, algunas de las cuales son únicas de este tipo de caza, y no se practican en la modalidad de caza mayor. Otras, como veremos a continuación, tienen similitudes con las modalidades descritas.
Así, hablamos de caza “al salto” cuando se trata de un cazador -ayudado o no por su perro- que va batiendo un área y reacciona a la salida de las piezas que salen a su paso, habitualmente levantadas por los perros o por la presencia de los cazadores.
Una modalidad similar es la conocida como caza “en mano”, en la cual el avance se produce por una línea de cazadores que guardan la distancia entre sí y que también se pueden ayudar de sus perros a la hora de levantar las piezas.
Podemos hablar también de la caza “a puesto fijo”, una modalidad en la que el cazador se encuentra oculto en un lugar en el que aguarda que las piezas pasen o lleguen a dicho lugar. Esta modalidad se usa en la caza de tórtolas, palomas y zorzales, y los lugares de espera de los cazadores se pueden situar tanto en pasos naturales de las especies como en pasos forzados por el uso de señuelos.
Otra modalidad de caza en la que se usan señuelos es la caza “con reclamo”, muy usada en la caza de la perdiz roja. En este caso, el cazador instala un señuelo, una perdiz macho enjaulada, que atrae con sus cantos a las perdices hasta el área de tiro.
Se habla también de la modalidad de caza menor “al ojeo”, modalidad en la que una línea de cazadores se encuentra situada al final de una zona sobre la que un número de batidores irán dirigiendo las piezas. Los batidores no llevan armas, siendo su misión la dirección de las piezas hacia la línea de cazadores.
Es interesante terminar este artículo nombrando otras modalidades de corte tradicional, como es la cetrería, en la que los cazadores emplean halcones adiestrados para capturar las piezas, o la caza con galgos, en la que las liebres son perseguidas por los perros hasta su captura a diente, o la caza en madriguera, en la que los perros acosan a las piezas localizadas en su madriguera provocando su huida, encontrando entonces al cazador esperando su salida.