Las alergias más comunes: síntomas, cómo prevenirlas y cómo tratarlas

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La primavera es una estación muy esperada por la mayoría de nosotros. Después de unos meses de días cortos, fríos y en ocasiones lluviosos -aunque por desgracia para la tierra, cada vez menos- ansiamos que llegue la estación de la luz, de los cielos despejados, de esos días que se van alargando como preludio de un verano que cada mañana vemos más cerca.

La otra cara de la moneda la componen los alérgicos, que en caso de conocer el tipo de alérgeno que les ataca, temen la estación primaveral, cuando se desencadenan muchos de los síntomas que les afectan. Los cuadros médicos de los seguros de salud engloban la especialidad de alergología, donde cada año tratan a miles de pacientes aquejados de alguno de estos tipos de alergia. 

Alergias más comunes

Y es que las alergias pueden desencadenarse por muchos y variados factores y muchos de los que las padecen no tienen claro qué es lo que las produce. Cada día nos exponemos a elementos potencialmente alergénicos, aunque los que encabezan la lista de sospechosos habituales son los pólenes, los ácaros, los detergentes para la ropa, los cosméticos, alimentos como huevos, leche o cacahuetes, el gluten, ciertos animales, las colonias, el moho, algunos medicamentos o el sol. Comencemos por este último para ir desgranando detalles de algunas otras alergias que están muy presentes en la vida de cada vez más personas.

Al sol

Lo cierto es que, aunque se oiga con relativa facilidad, parece ser que no se tiene alergia al sol.  Lo que sucede en realidad es que la piel de algunas personas reacciona ante la exposición solar, produciendo la alteración de la piel que se manifiesta de distintas formas, pero no tiene un mecanismo alérgico. Así que la alergia al sol, según algunos dermatólogos, en realidad no es tal. 

Una visita al alergólogo te ayudará a conocer cómo actuar ante una alergia y cómo prevenir y tratar sus síntomas

Esta afirmación no impide que se describan alteraciones variadas en la piel cuando pasamos cierto tiempo bajo sus rayos.

La erupción solar es la más habitual, manifestada en forma de pequeñas lesiones que aparecen en las zonas más expuestas a las pocas horas. Pueden picar o no, y cuando se pasa, no quedan cicatrices.

El primer paso cuando ocurre es tratarla con antihistamínicos y, si es necesario, con algún corticoide. 

Al polen

Las pruebas que nos hace el dermatólogo determinan con exactitud si tenemos o no alergia al polen, liberado por árboles y plantas en distintas épocas del año y según la especie de que se trate. Esta alergia se manifiesta en ocasiones provocando al paciente rinitis, conjuntivitis o asma, por ejemplo.

Al sudor

A veces se producen reacciones de tipo alérgico que se relacionan con el aumento de temperatura corporal, o cuando aparece el sudor. Se supone que este hecho está relacionado con la reacción del sistema inmune a la subida de temperatura de nuestro cuerpo que generalmente se acompaña de sudoración. La alteración que se manifiesta en la piel puede incluir enrojecimiento de la misma, ronchas en las zonas de sudoración más abundante, o dermatitis.

No se sabe con exactitud por qué se puede producir esta alergia al sudor, aunque se cree que está relacionado con un trastorno celular que produce liberación de histamina en determinadas situaciones, o bien que se trate de una reacción a un alérgeno que se encuentre en el propio sudor de la persona afectada.

A la humedad

Este tipo de alergia afecta a una gran cantidad de personas. Cuando el cuerpo reacciona de forma desmedida ante los ácaros y hongos presentes en los ambientes con mayor grado de humedad. Por otro lado, la propia humedad ambiental también puede provocar síntomas en ciertas personas.

Aunque los síntomas pueden presentarse de diversas formas dependiendo de cada persona, los más habituales son secreción y congestión nasal, estornudos, picor de ojos, tos, dificultades para respirar, erupción cutánea y, en los casos más graves, incluso sibilancias (conocidas como “pitos”), que se dan muchas veces cuando existe un cuadro de asma producida por la alergia.

A los ácaros

La alergia a los ácaros del polvo presenta como síntomas más frecuentes la conjuntivitis y la rinitis, que pueden simultanearse y producir irritación y picor en ojos y nariz, estornudos, congestión nasal… 

Junto con la alergia al polen, son las dos que con mayor frecuencia degeneran en un asma que comienza con tos seca y acaba produciendo dificultad respiratoria o sensación de opresión pectoral.

Es muy importante para los enfermos realizar limpiezas profundas en las estancias donde habitualmente pasan más tiempo para intentar eliminar la presencia de ácaros en la medida de lo posible.

Alergia primaveral

Aquellos que estén familiarizados con las alergias, saben que la primavera es uno de los peores momentos para ellos. El agente que causa las alergias primaverales es principalmente el polen de diversas plantas y los ácaros, que, aunque no son estacionales, en primavera encuentran las condiciones idóneas para su crecimiento.

Las gramíneas se llevan la palma, aunque cipreses, plátano de indias, artemisas y olivos le siguen a la zaga. La floración de estas especies, especialmente virulenta si el invierno ha sido muy lluvioso, eleva los niveles polínicos y, por tanto, crece la incidencia de las alergias en primavera.

Cómo saber si la tos es por alergia

En la mayoría de los casos, podríamos decir que alergia y tos van de la mano. Las dos son mecanismos de defensa que presenta nuestro cuerpo y cuando la tos aparece a consecuencia de la reacción ante un alérgeno, diremos que la tos es alérgica.

Cuando inhalamos los alérgenos, se inflaman nuestras vías respiratorias y se produce la tos, que habitualmente se presenta combinada con más síntomas como los descritos en párrafos anteriores.

La tos alérgica es siempre seca, sin presencia de mucosidad y un dato importante es que la alergia no da fiebre, por lo que, si esta aparece, habrá que buscar otro origen para la tos. Además, comienza de manera rápida, súbitamente, puede terminar antes de las 24 horas y los procesos alérgicos pueden extenderse durante algunas semanas o meses, aunque los síntomas no estén presentes todos los días.

Cómo te puede ayudar el seguro de salud si tienes alergia

Si eres alérgico o sospechas que pudieras serlo, lo mejor que puedes hacer es visitar a un alergólogo. Si no puedes esperar porque los síntomas te impiden realizar tu rutina con normalidad y aún no tienes un seguro médico, usa un comparador de seguros de salud y verás qué fácilmente puedes encontrar aquel que mejor se adapte a tus necesidades. Podrás encontrar una relación de especialistas donde elegir para poder citarte con el que más te interese por cercanía a tu trabajo, domicilio o por recomendaciones de amigos.

Es la manera más rápida de ponerte en manos de un profesional que pueda indicarte qué tipo de alergia padeces, las pautas que debes seguir para mejorar tu calidad de vida e iniciar un tratamiento que palíe los síntomas. Verás como muy pronto comienzas a sentirte mejor y puedes disfrutar sin complicaciones de las maravillas de la primavera.