Cómo prevenir el cáncer de útero

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El cáncer de cuello de útero, cáncer uterino o cáncer de cérvix es uno de los tumores que, afortunadamente en la gran mayoría de los casos, se puede prevenir. Afecta cada año a 2.500 mujeres en España, según datos de la Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia (AEPCC) y está relacionado directamente con el Virus del Papiloma Humano, principal desencadenante de esta dolencia y es que el VPH es la enfermedad de transmisión sexual más frecuente y la causante del 99,7% de los casos de cáncer de cérvix.

¿Qué se puede hacer para prevenir el cáncer de útero?

Una de las formas fundamentales de prevención es acudir a las revisiones ginecológicas de forma regular. Visitar a tu especialista es esencial para tener una buena salud, ya que es necesario hacerse revisiones y citologías, aunque se carezca de síntomas, ya que aproximadamente el 80% de los cánceres de este tipo diagnosticados en la actualidad se han observado en mujeres que no se habían hecho ninguna revisión ginecológica durante los últimos 10 años, así que toma buena nota y agenda una cita con un ginecólogo del cuadro médico de tu seguro de salud.

El VPH es una enfermedad de transmisión sexual que se transmite a través del hombre, que es un portador asintomático. La promiscuidad y fundamentalmente no usar protección durante las relaciones sexuales aumenta considerablemente el peligro de contraer esta enfermedad, aunque el uso del preservativo no reduce por completo el riesgo de contraer el virus aun ayudando a ello, ya que hay zonas de contacto que no quedan cubiertas.

Se debe administrar la vacuna contra el VPH a una edad temprana, siendo la recomendada en chicas a partir de los 12 años (recientemente se ha incluido también a los chicos de la misma edad en el calendario de vacunación de algunas comunidades autónomas). Para aquellos con sistema inmune debilitado o para los varones que mantienen relaciones con personas de su mismo sexo, se extiende la recomendación hasta la edad de 26 años.

La prevención, la mejor de las armas en la lucha contra el cáncer de útero

Una dieta equilibrada y evitar el sobrepeso (que aumenta las posibilidades de desarrollar la enfermedad) también son recomendables para la prevención de este tipo de cáncer, así como intentar evitar el estrés y no fumar, ya que para que el virus consiga desarrollar tumores malignos han de darse otros factores como tener un sistema inmune empobrecido a causa de agentes como la depresión, el tabaco o el estrés. Además, entre los 25 y los 65 años, es interesante hacerse tests para la detección del VPH cada cinco años, aproximadamente.

Seguir estas recomendaciones es la mejor manera de prevenir esta enfermedad y con el tratamiento adecuado, cuando se necesita, se controlan casi todos los casos de cáncer de cuello de útero.

¿Existen alimentos para prevenir el cáncer de útero?

Un estudio estadounidense revela que las dietas ricas en verduras, hortalizas y frutas reducen la posibilidad de que una infección por VPH termine en un tumor de cuello uterino, y que los antioxidantes existentes en los vegetales verde oscuro -como el brócoli, la col rizada o las espinacas-, en hortalizas como la soja, los guisantes o las habas y en frutas como mango, arándanos, uvas o naranjas, se asocian de manera inversa con la posibilidad infectarse con el Virus de Papiloma Humano.

Teniendo esto en cuenta, cae por su propio peso que una alimentación poco saludable, en la que abunde el consumo de carne roja, bebidas azucaradas, productos procesados y ultra procesados y un alto consumo de sal, entre otros, contribuye a que una infección por VPH se convierta en un cáncer de cuello de útero.

Síntomas del cáncer de útero

Los síntomas de este tipo de cáncer aparecen normalmente cuando está aún en fase precoz, y si se aplican los tratamientos necesarios en las primeras etapas de la enfermedad, estos tienen mayor eficacia y el porcentaje de curación conseguido es elevado.

Generalmente, las pacientes están asintomáticas en las fases iniciales, aunque aparecen síntomas nuevos cuando el cáncer avanza, siendo el sangrado el primero y el que se da con mayor frecuencia, alcanzando el 90% de los casos.

Cuando la mujer está en la etapa de la menopausia, cualquier pequeño sangrado vaginal debe valorarse por un especialista, igual que si las mujeres en edad de menstruar presentan hemorragias entre reglas o alguna regla más abundante de lo habitual. 

Vigila las secreciones vaginales anormales (sin sangre), porque también pueden evidenciar un cáncer uterino.

Más adelante, en fases más avanzadas de la enfermedad, la mujer puede presentar dificultad o molestias al orinar que se mantienen en el tiempo y no se relacionan con otra infección, dolor al mantener relaciones, pérdida de peso sin motivo aparente o dolor pélvico

Si alguno de estos síntomas es repetitivo o no cede, debes consultar lo antes posible con tu médico.

¿Cómo te ayuda un seguro médico?

Tener un seguro médico es tener un arma en tus manos para luchar contra la enfermedad. Los ginecólogos insisten hasta la saciedad en la importancia de las revisiones ginecológicas a partir de los 40 años, y no es por capricho. 

Si cada año te haces un chequeo ginecológico de rutina, que incluya citologías, analíticas, ecografías de mama y mamografías, ya estás poniendo mucho de tu parte para detectar de manera precoz cualquier patología que pueda aparecer. Será tu especialista quien te indique la frecuencia con que debes acudir a revisión ya que, en ciertos casos, como si eres portadora de un DIU, pueden querer verte cada seis meses.

Un seguro médico pone tu salud en buenas manos y te acompaña cuando un diagnóstico te preocupa

Además de la especialidad de ginecología, comparar seguros médicos puede darte una pista de otras coberturas que puedes necesitar o te vendrían bien para complementarla, ya que un endocrino puede elaborar una dieta para la prevención del cáncer de útero, o un psicólogo ayudarte si acabas de ser diagnosticada, para encarar emocionalmente el proceso de tratamiento de la mejor manera posible. 

Es importante que sepas que hasta el 80% de la población ha tenido alguna vez la infección del virus del papiloma humano. Pero la buena noticia es que no en todas las ocasiones se desarrolla, por lo que no siempre la infección se traduce en enfermedad.

De hecho, la proporción de pacientes que logran eliminar el virus por sí solos es tan elevada que prácticamente tan sólo un 10% de la población padecerá algún tipo de enfermedad relacionada. Esta dolencia se manifiesta cuando el virus persiste en el tiempo y pueden empezar a aparecer lesiones de algún tipo, que pueden ser malignas o benignas. Si estas lesiones son benignas se suelen tratar y mejoran en la práctica totalidad de los casos. Las que tienen algún grado de malignidad hay que vigilarlas para que no evolucionen hasta un cáncer, de hecho, con tratamiento se ayuda a su prevención. Así que no dejes de cuidar tu salud, y si aún no tienes uno, habla con nuestros expertos y consigue un seguro médico que te permita ponerte en las mejores manos en caso necesario.