Vivir con condromalacia rotuliana: así te ayuda el seguro

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Las rodillas son una de las partes de nuestro cuerpo de las que más se quejan muchas personas, especialmente si practicamos deporte o nuestra edad es más avanzada, aunque también está presente en la adolescencia.

Hay diferentes patologías que afectan a la rodilla, ya que pueden estar relacionadas con los ligamentos, articulaciones, músculos o tendones que conforman esta parte de la pierna que es pequeña, pero muy importante. La condromalacia rotuliana es uno de los diagnósticos con los que podemos salir de la consulta de nuestro traumatólogo, pero ¿es muy grave? ¿Afectará mucho a nuestra rutina diaria? Veamos qué es y qué podemos hacer.

¿Qué es la condromalacia rotuliana?

Dicen los fisioterapeutas que esta puede ser la lesión de rodilla que más abunda entre la gente, y que todos nosotros tenemos condromalacia en una rodilla (o las dos) en mayor o menor grado, aunque si es leve no le hagamos mucho caso o no se manifieste con tanto dolor como para que le dediquemos la atención que merece.

Y es que la condromalacia rotuliana es el nombre que recibe el desgaste de la superficie de las articulaciones que se sitúan entre fémur y rótula y que aparece fisiológicamente sin más razón que el paso del tiempo. Evidentemente, hay más variables que influyen, como lesiones cercanas que puedan afectar a la zona, alguna alteración congénita en nuestra anatomía o que la rótula pierda su alineación, lo que provoca el roce de otros huesos con el cartílago cuando flexionamos la rodilla.

La condromalacia va a depender en gran medida de la musculatura de nuestros muslos, los temidos isquiotibiales y los cuádriceps, ya que la rótula se aloja en el tendón rotuliano inserto dentro de este gran músculo. ¿Por qué tienen que ver estos elementos en esta patología? Porque si trabajan mal entre ellos, la presión que sobre el fémur ejerce la rótula aumenta y provoca que se acelere el desgaste de la articulación. Este efecto, conocido como hipertensión rotuliana, es el causante real de los síntomas que podamos percibir.

¿Cómo es de grave?

Encontramos diversos grados de gravedad en esta patología, que depende generalmente del alcance de la lesión y se catalogan del 1(más leve) al 5 (más grave).

Cuando el traumatólogo de tu seguro médico te diagnostique condromalacia rotuliana en grados 1 o 2, será porque el dolor que padeces se presente intermitentemente, cuando haces un ejercicio en concreto o un día que estés muy cansado. También se manifiesta cuando el tiempo cambia (sí, eso que oímos tantas veces a las personas mayores).

Al avanzar a los grados 3 o 4, el problema toma un cariz importante, porque el cartílago comienza a fisurarse y la presencia en él de estas heridas hacen que se intensifique el dolor que puedas sentir.

Dependiendo de la gravedad de la condromalacia rotuliana, se aplicarán diversos tratamientos hasta llegar a la artroscopia o la intervención quirúrgica

Si te diagnostican condromalacia rotuliana en grado 5, nos ponemos en el peor estadio de esta afección, y es que puedes estar perdiendo el cartílago de la articulación, con lo que el fémur y la rótula comienzan a rozar sin ningún tipo de amortiguación entre ellos. Es cuando sentirás el dolor con gran intensidad y habitualmente te incapacitará a la hora de realizar cualquier actividad del día a día.

¿Cómo te puede ayudar un seguro médico?

Sin lugar a dudas, tener un seguro médico es una garantía de estar bien atendido, de poder acceder a las consultas que necesites con rapidez y de que tendrás un amplio abanico de centros a los que poder acudir. 

En tu seguro médico podrás buscar dentro de su cuadro médico al traumatólogo que prefieras: bien porque te hayan dado referencias suyas, bien porque prefieras una clínica cercana a tu domicilio o a tu centro de trabajo, con toda seguridad encontrarás un profesional que te ofrezca toda la confianza para llevar a cabo el tratamiento de esta patología.

Una vez tengas el diagnóstico, podrás beneficiarte de los servicios de fisioterapia que con toda seguridad contribuirán a la mejoría de tu dolor, de médicos rehabilitadores que te enseñarán a restituir en la medida de lo posible la movilidad de tu rodilla y junto a los profesionales de estas especialidades, aprenderás los ejercicios que debes hacer para que tu calidad de vida no se vea mermada.

Ten en cuenta que si ya padeces condromalacia rotuliana, por las condiciones que tienen los seguros de salud, no quedarán cubiertas muchas de las atenciones que puedes necesitar, al existir lo que se conoce como preexistencia de la enfermedad. Por eso lo mejor que puedes hacer es una comparativa de seguros de salud sin perder tiempo para asegurarte de que, si un día te llegara a suceder, puedas acudir sin ningún problema a la consulta de tu traumatólogo para recibir un diagnóstico y comenzar tu tratamiento. 

Habitualmente el tratamiento para la condromalacia rotuliana consiste en hacer que mejore la movilidad de la rótula afectada y que se restaure el cartílago en la medida de lo posible. Si no se aprecia ninguna mejoría con el paso de los meses, alrededor de un año después de iniciar el tratamiento se considerará proceder con una intervención quirúrgica.

Ejercicios para la condromalacia rotuliana

Lo principal para una buena recuperación es estirar y fortalecer la musculatura de la pierna afectada, concretamente de su cuádriceps, que es el encargado de la extensión de la articulación rotuliana. Si consigues aumentar la flexibilidad y la fuerza muscular, la recuperación de la condromalacia tendrá un mejor pronóstico.

Para ello, puedes practicar sentadillas isométricas en la pared, activar tu glúteo medio con la ayuda de una goma, excéntricos y estiramientos de cuádriceps, o el llamado puente con pelota.

Es conveniente evitar todos aquellos movimientos que conlleven un empeoramiento del dolor, como ciertas flexiones de rodilla de carácter específico que te indicarán convenientemente cuando inicies tu tratamiento, porque dependiendo de cada paciente, esto puede variar. Pueden recomendarte también tomar algún antiinflamatorio o colocarte hielo siguiendo unas pautas concretas y en último extremo, pueden realizarte una artroscopia para aminorar el dolor que produce la condromalacia.