El limón (Citrus limon), esa maravillosa fruta que nos encanta por su color y versatilidad. Es el alimento curativo por excelencia, porque nos aporta vitaminas, elimina toxinas y es un poderoso bactericida.
De hecho, la OMS recomienda el consumo del limón de forma regular. Ayuda a combatir la hipertensión y los problemas cardiovasculares, hasta contrarrestar el estrés y la fatiga o fortalecer las defensas del organismo.
Es muy rico en minerales entre los que se destacan potasio, magnesio, calcio y fósforo, aunque también contiene sodio, hierro y flúor.
El limón procede del Sudeste de Asia, entre el Himalaya y China. Llegó a Europa en el siglo XIII de la mano de los árabes. De hecho, la palabra “limón” proviene del término árabe “laymún”.
Su cultivo se extendió rápidamente por toda la península ibérica, especialmente en la zona del Levante, lugar en el que hoy en día se sigue concentrando la mayor parte de la producción de limones que se consumen en España.
Durante el siglo XVIII se hizo muy popular entre los marineros, que solían comerlo en abundancia durante sus largas travesías, porque sabían que les protegía frente al escorbuto, enfermedad producida por escasez de vitamina C, una de las principales propiedades del limón.
El principal país productor de esta fruta es México seguido de la India, mientras que España es el primer país exportador de limones y limas.
En nuestro país se consumen mayormente dos variedades: el de mesa o “mesero”, que tiene una piel más fina, y su pulpa posee un color amarillo pálido y más cantidad de zumo; y el berna, la variedad más extendida, con una piel gruesa, color amarillo muy intenso y de forma ovalada.
El árbol del limonero florece todo el año y sus variedades se clasifican respecto a la época de maduración de sus frutos. Los limones tienen múltiples usos en la cocina: como aderezo, para cocinar o elaborar licores. Su aroma y esencia se emplea principalmente en confitería y pastelería.
Sus propiedades sobre la salud lo convierten en un alimento fundamental ya que es muy rico en vitamina C. De hecho, 100 ml de zumo de limón casero aportan el 62% de las necesidades diarias. Esta vitamina es esencial para el buen estado de los vasos sanguíneos, además de ser muy beneficiosa para la salud de nuestros huesos, dientes y la piel.
Además, la vitamina C que nos aporta el limón suscita la formación de colágeno que contribuye al buen estado de la piel y los cartílagos, y a la vez que es buena cicatrización de heridas. A su vez favorece la absorción del hierro que podamos ingerir en el desayuno.
Como ya hemos comentado, los limones, por su alto contenido en vitamina C y flavonoides, ayudan a reforzar tu sistema inmunológico aumentando las defensas de tu organismo. Previene las infecciones y muchas otras enfermedades, sobre todo de las vías respiratorias.
Esta fruta es un estimulante para el hígado y ayuda a eliminar toxinas. Uno de los remedios naturales para desintoxicar este órgano es tomar por las mañanas, en ayunas, el zumo de un limón recién exprimido, junto con medio vaso de agua. Espera una media hora para que haga efecto antes de ingerir otros alimentos. También aumenta los movimientos peristálticos de los intestinos, ayudando al organismo a eliminar mejor los deshechos de la digestión, ya que las propiedades digestivas de su zumo ayudan las molestias de las digestiones pesadas.
El limón contiene potasio, lo que es muy beneficioso tanto para el sistema nervioso y como para el cerebro.
Es un alimento que posee un gran poder bactericida. Ayuda a cicatrizar heridas de todo tipo, aplicándolo interior y exteriormente.
Aunque los limones son ricos en ácido cítrico, a la larga te ayudan a alcalinizar tu organismo, ayudando a restablecer el ph. Esto es fundamental si en nuestra dieta abunda la carne roja, alimentos refinados, el café, aditivos… que contribuyen a que el organismo puede acidificarse.
Su ácido cítrico nos ayuda a prevenir y a disolver las piedras que se forman en la vesícula, así como los depósitos de calcio que pueden dar lugar a la formación de piedras en el riñón. Es muy recomendable para los enfermos de hígado y la vesícula ya que estimula las secreciones biliares y ayuda a metabolizar las grasas.
El limón ejerce una acción beneficiosa en nuestro sistema cardiovascular. Por ejemplo, para casos de arteriosclerosis e hipertensión arterial, los ácidos cítricos ayudan a oxidar y eliminar las grasas que obstaculizan el trabajo del corazón, además son un gran disolvente de las sustancias tóxicas del plasma sanguíneo.
Gracias a su alcalinidad es recomendado para procesos con diarrea y gastroenteritis. Realiza una función astringente, hidratante y depurativa para el cuerpo.
Esta es una propiedad muy poco conocida del limón, debida especialmente al limoneno y otros terpenoides. Estas cualidades favorecen al buen humor ya que reduce los niveles de estrés y la agitación.
Como hemos ido contando el limón es muy buena para cuidar de nuestro cuerpo y de nuestra salud, ya que junto a la vitamina C, viene repleto de sustancias fitoquímicas que protegen las células y tejidos del cuerpo. Estas sustancias son conocidas como terpenos que multiplican la actividad antioxidante de la vitamina C. La combinación de ambos es altamente beneficiosa ya que combaten los radicales libres que dañan las células. De esta manera, esta fruta del color del sol, previene el envejecimiento prematuro y todo tipo de enfermedades, entre ella, el cáncer.
Uno de las moléculas más estudiadas del limón es el limoneno, el terpeno que da el característico olor a las frutas cítricas y que posee una gran capacidad para reducir el riesgo de padecer enfermedades degenerativas como: hipertensión, cataratas, infartos, etc.