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En primer lugar, resulta conveniente poner de relieve que, en España, todos los habitantes independientemente de su situación económica y de su afiliación a la Seguridad Social tienen acceso al Sistema Nacional de Salud (SNS). Este modelo sanitario se caracteriza porque universaliza la atención sanitaria, está descentralizado y tiene en la atención primaria su base, dado que alrededor de un 90% de las prestaciones sanitarias que realiza el Estado responden a ella. Pues bien, a pesar de tener garantizado el acceso a la atención sanitaria, en España más de diez millones de personas cuentan con una póliza de seguro privada para proteger su salud. Esta circunstancia, según un reciente estudio de la Fundación IDIS, supone un ahorro de más de 11.000 millones de euros al año para el Estado. Pero, además, la sanidad privada contribuye a moderar significativamente la demanda de prestaciones que recibe el SNS, así como a mejorar sus tiempos de respuesta.
Por otra parte, hasta hace no muchos años, las largas listas de espera que soporta la sanidad pública era uno de los principales motivos que llevaba a los ciudadanos españoles a suscribir un seguro privado. En la actualidad, esta particularidad también cuenta para los clientes pero hay otras, como el creciente interés de los asegurados por el cuidado de su salud así como todo lo relacionado con la prevención, que cada vez tienen mayor peso a la hora de tomar la decisión de contratar o no una de estas pólizas. No en vano, el de los seguros de salud es uno de los ramos aseguradores No Vida que mejor evolución ha registrado a lo largo de los últimos años. En concreto, las diferentes modalidades de seguros de Salud finalizaron el ejercicio 2019, impulsados por un crecimiento en el número de clientes del 3,6%, con un volumen de negocio de 8.923 millones de euros, cifra un 4,7% superior a la registrada hace un año, según los datos de Unespa. Asimismo, en los nueve primeros meses de 2020, estos seguros ha crecido un 4,9%, hasta los 7.014 millones de euros. Datos que, sin duda, ponen de relieve el buen momento por el que atraviesan este tipo de seguros.
En España, las compañías que operan en el mercado de los seguros de salud, por norma general, ofrecen a sus clientes varias modalidades de póliza en este sentido. En concreto, la oferta de las entidades aseguradoras en el ramo de salud se puede clasificar, principalmente, en función de tres modalidades: Asistencia Sanitaria (con o sin copago), Reembolso de Gastos y Subsidio o Indemnización. De igual modo, dentro de estos tres grupos, en función del número de asegurados, se pueden contratar pólizas: individuales, familiares (en una misma póliza se encuentran incluidos todos los miembros de la unidad familiar) y colectivas o de grupo (con una sola póliza se da cobertura a varias personas, sin parentesco entre ellas; una solución especialmente indicada para empresas, asociaciones…).
Dentro de los seguros de salud, entre la población española, los de Asistencia Sanitaria son, de lejos, los mas populares (engloba a la gran mayoría de asegurados del ramo); en 2019, esta modalidad de seguros de salud sumó 7.833 millones, un 4,4% más (un 4,9% más en los nueve primeros meses de 2020). Este tipo de seguros, también conocidos como seguros de “Cuadro Médico”, se caracteriza por proporcionar al asegurado, previo pago de una prima anual (pueden ser abonados mensualmente), una cobertura asistencial médico-quirúrgica (tanto primaria como especializada) conforme a un cuadro de profesionales y centros propios o concertados con la compañía, así como el internamiento en clínicas y hospitales, las urgencias, la medicina preventiva, la asistencia al embarazo y el parto, la planificación familiar, la fisioterapia y rehabilitación, entre otras.
Esta modalidad (Asistencia Sanitaria) se puede complementar con otras coberturas como la de accidentes personales o la de indemnización o subsidio, ambas de carácter económico, así como con otras garantías adicionales como, por ejemplo, puede ser la conservación de las células madre del cordón umbilical. También puede darse el caso de que algunas coberturas soporten franquicias, limitaciones o exclusiones, como habitualmente ocurre con las prótesis, algunos tratamientos odontológicos, operaciones de cirugía estética o la reproducción asistida. Además, este tipo de seguros de salud (Asistencia Sanitaria) pueden ser con “copago”; es decir, en los que el asegurado tiene que hacer frente al pago de una cantidad económica pactada en la póliza para tener acceso a determinados servicios asistenciales (si el seguro no tiene copago, el cliente no tendrá que abonar ninguna cantidad para disfrutar de los servicios que ofrece su póliza). Por último, generalmente, esta modalidad de seguros de salud no contempla el pago de indemnizaciones en metálico como alternativa a la prestación del servicio de asistencia sanitaria.
El siguiente tipo de seguros de salud son los de Reembolso de Gastos, una modalidad que en 2019 cerró con un volumen de negocio de 738 millones de euros, un 3,4% más que un año antes (un 5,1% más en lo que llevamos de 2020). Así, los de Reembolso de Gastos, se distinguen por ser seguros que permiten al asegurado elegir libremente al profesional médico, así como el centro sanitario, que considere oportuno en cada ocasión para recibir la atención médica que precise. Eso sí, en esta modalidad el cliente tiene que anticipar el coste de los servicios médicos para, a continuación, trasladar la factura y el informe médico a la entidad aseguradora para que proceda al reembolso total o parcial de los mismos; el porcentaje de reembolso varía en función de los límites establecidos en la póliza. De todas formas, las entidades aseguradoras también ponen a disposición de sus asegurados de Reembolso de Gastos un cuadro médico concertado; para acceder al mismo, el cliente no tendrá que adelantar el coste de los servicios asistenciales, siendo la compañía la que abona directamente los costes al profesional sanitario o al centro médico (las aseguradoras suelen cubrir el 100% de los gastos, pero siempre dentro de los límites establecidos en la póliza).
Esta modalidad de seguros de salud, también conocida como de “Enfermedad”, es la que menos asegurados atesora; en 2019 sumó 260 millones de euros en ingresos, un 2,5% más que en el ejercicio anterior (hasta septiembre de 2020 su volumen de negocio han caído un 3,1%). Se trata de pólizas que garantizan al asegurado una indemnización diaria (previamente fijada en la póliza) en caso de darse alguna de las circunstancias contempladas en el contrato de seguro relacionadas con su salud: por ejemplo, en caso de encontrase hospitalizado o de baja laboral por enfermedad. La principal finalidad de estos seguros es compensar los ingresos que podría dejar de obtener el asegurado en el supuesto de estar totalmente incapacitado para realizar su trabajo habitual como consecuencia de una enfermedad o un accidente.
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