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A la hora de contratar un seguro de Salud hay muchos términos que comprender y multitud de factores que estudiar con detenimiento. El usuario debe informarse sobre conceptos como el periodo de carencia, el copago o el reembolso, además de tener presentes los tipos de póliza o la influencia de la edad o el lugar de residencia en el precio final. Además, hay multitud de seguros que buscan adaptarse a necesidades distintas, con diferentes coberturas o modalidades de pago, de tal forma que permiten acceder a un producto casi personalizado para cada usuario.
Cuatro tipos básicos:
Para poder comparar entre seguros de Salud, es conveniente responder a varias cuestiones:
Es probablemente el punto más importante en un seguro de Salud. Conocer el cuadro médico permite saber si la aseguradora cuenta con los mejores profesionales, si hay suficientes especialistas, o si los doctores de referencia del asegurado forman parte de él. El nivel de los médicos es un claro indicador de la calidad de un seguro.
Algunos seguros de Salud incluyen, sin coste adicional, el servicio odontológico básico: limpiezas de boca o de las extracciones, entre otros.
La aseguradora tiene el derecho a oponerse a la prórroga de la póliza de un asegurado por su elevado coste. Por ello, el seguro de Salud debe incluir una cláusula en la que la aseguradora renuncie a ese derecho o que se especifique que el contrato es vitalicio, siempre que el usuario cumpla las condiciones del contrato.
Como el cuadro médico, es otro indicador de la calidad del seguro de Salud: las diferentes especialidades, médicas y quirúrgicas, y las pruebas diagnósticas a las que da acceso la póliza.
Si el asegurado viaja mucho al extranjero, conviene elegir un seguro de Salud que le cubra cuando esté fuera de su país. Y lo haga sin copagos
La póliza debe ofrecer la posibilidad de acudir a cualquier especialista independientemente del lugar en el que se encuentre sin limitar la asistencia y sin que suponga un aumento de precio.
Algunos seguros de Salud cuentan con una cláusula conocida como indisputabilidad, a la que se puede acceder de dos maneras diferentes: un año después de firmar el contrato o cuando se incluyen asegurados nuevos. A través de ella, la compañía se hace cargo de cubrir una enfermedad preexistente siempre que el asegurado no tuviera conocimiento sobre ella o no la omitiera intencionadamente.
Algunas aseguradoras tienen sus propios centros médicos, por lo que pueden ofrecer un servicio exclusivo a sus clientes. Y si cuentan con varias especialidades podrán atender al asegurado sin que éste tenga que moverse de un sitio a otro. En otros casos, cuentan con establecimientos concertados en los que sus usuarios reciben un trato preferente.
Es importante saber si el seguro de Salud se complementa con otros servicios ligados al bienestar personal o prestaciones que no son frecuentes, como la reproducción asistida, la cirugía estética o la ocular.
También hay que valorar la accesibilidad de sus centros, si cuenta con parking o si existe la opción de una cama para un acompañante en caso de hospitalización.
Los seguros de Salud suelen presentar algunas exclusiones, como los accidentes laborales o los de tráfico. Hay que tener en cuenta si la póliza incluye las necesidades del asegurado en alguno de esos casos, sobre todo de cara a la rehabilitación y al seguimiento.
Si se va a incrementar la familia, conviene un seguro que permita ampliar el número de asegurados. Además, pagar el seguro de Salud conjuntamente puede llegar a ser un 20% más barato que si se hace por separado.
Algunas aseguradoras pueden llegar a incrementar la prima entre un 10% y un 15% por usar los servicios del seguro de Salud con demasiada frecuencia.
A la hora de abonar el seguro de Salud, algunas compañías permiten elegir cómo pagar: mensual, trimestral, semestral o anualmente (que suele ser la opción más barata)
Es mejor una compañía de seguros de Salud que cuente con citación online, una aplicación móvil, la posibilidad de consultar las pruebas desde cualquier dispositivo, los servicios de consulta a través de Internet o el asesoramiento online.
En muchas ocasiones, el servicio médico del seguro de Salud necesita que la compañía autorice determinadas asistencias o pruebas. Una atención personal (online y telefónica) ayuda a acelerar el proceso.
El copago es un dinero que el asegurado paga cada vez que se utiliza un servicio médico privado, además de la prima que se abona por la póliza de Salud. Hay seguros con un límite de copago anual establecido. Otras pólizas suprimen el copago.
Los periodos de carencia hacen referencia al tiempo que tiene que transcurrir desde que el asegurado contrata la póliza hasta que puede empezar a hacer uso de algunas coberturas incluidas en ella y acceder a determinados especialistas o servicios contemplados en el seguro de Salud.
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