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La seguridad es una de las cosas que más se aprecian, sobre todo cuando se trata de cuidar a la familia, por eso es importante contratar un seguro para las diferentes necesidades de la vida diaria. Un seguro es un contrato bilateral entre una compañía o correduría de seguros en el que una entidad aseguradora se compromete a indemnizar los daños que se puedan producir y que estén estipulados en la póliza previo pago de una prima. La prima es la cantidad de dinero que debes abonar para disfrutar de tu cobertura. El pago de la indemnización puede ser una cantidad de dinero convenida, una renta mensual o cualquier otro tipo de prestación que se haya convenido.
La póliza es el documento que se genera cuando se formaliza el acuerdo entre el asegurador y el tomador. En ella se recogen los detalles de las coberturas acordadas, los derechos y las obligaciones de las dos partes y el detalle de la prima que deberá abonarse para que el contrato empiece a tener vigor. Es aquí donde también se concretará qué tipo de seguro se contrata y con qué plazo se cuenta para avisar a la compañía en caso de sufrir un accidente.
No hay que confundir el seguro con la póliza, que representa el acuerdo alcanzado entre las dos partes una vez se concretan las coberturas. El seguro en cambio es el documento que especifica el acuerdo entre el tomador y la aseguradora. Actualmente hay muchos tipos diferentes de seguros y no todos ellos cubren un accidente personal o profesional. Dependiendo del seguro contratado tendremos unas coberturas u otras. Si te pones en contacto con los asesores de El Corte Inglés te informarán si tienes alguna duda.
Como norma general existen tres tipos de seguros y cada uno de ellos cubre cosas distintas. En ocasiones se confunden algunos tipos de seguros pero hay que tener claro para qué sirve cada uno de ellos. En primer lugar existen los seguros personales, también los seguros de daños o patrimoniales y, por último, los seguros de prestación de servicios.
En los seguros personales el objeto principal a asegurar es la persona en sí misma, es decir, a la tomadora del seguro. Dentro de los seguros personales los más habituales suelen ser los seguros de accidentes personales, seguros de vida, seguros de salud o enfermedad, seguros de dependencia y los planes de pensiones. Ofrecen protección económica ante las diversas situaciones que le afecten directamente como, por ejemplo, que te diagnostiquen una enfermedad, la muerte del tomador o tener algún accidente.
En los seguros de daños o patrimoniales se aseguran las pérdidas patrimoniales que puede sufrir el asegurado como consecuencia de un siniestro. Se pueden asegurar cosas materiales pero también en este grupo se pueden encontrar seguros de responsabilidad. Los más comunes son los de responsabilidad civil, de automóvil, de robo, de incendios, de hogar, de impago de alquiler o de transportes, entre otros.
En los seguros de prestación de servicios se cubre al asegurado para prestarle un servicio contemplado en la póliza como pueden ser los seguros de asistencia en los viajes, los seguros de decesos o la defensa jurídica.
El seguro de accidentes es uno de los más contratados por los ciudadanos, ya que nadie está libre de la posibilidad de sufrir un accidente fortuito en cualquier situación de su día a día. El seguro de accidentes es todo aquel seguro cuyo principal objetivo es la prestación de indemnizaciones destinadas a cubrir los daños físicos del tomador de la póliza como consecuencia de algún accidente que derive de una causa violenta súbita, externa y ajena a la intencionalidad del asegurado. Este tipo de seguro cubre las lesiones causadas por un accidente siempre y cuando el accidente no sea provocado intencionalmente. La aseguradora no está obligada a cumplir el contrato si se descubre que el accidente fue provocado.
Los tipos de accidentes más comunes son la muerte accidental, en la que los beneficiarios reciben una indemnización, estipulada previamente en la póliza, en caso del fallecimiento del asegurado o asegurada a causa de un accidente. La invalidez temporal es aquella en la que el asegurado tiene derecho a una indemnización mientras se encuentra incapacitado temporalmente para desarrollar sus actividades laborales con normalidad. Pasado el tiempo estipulado para la baja temporal el equipo médico puede valorar declarar la incapacidad permanente. La invalidez permanente o total es la situación del trabajador o trabajadora que, después de haber estado a tratamiento prescrito, presenta reducciones anatómicas o funcionales graves, susceptibles de determinación objetiva, y previsiblemente definitivas, que disminuyen o anulan su capacidad laboral. Este tipo de incapacidad inhabilita a los trabajadores para realizar las labores para la profesión habitual pudiendo dedicarse a otra distinta mientras percibe la indemnización pertinente. En un seguro de accidentes también se contempla cubrir los gastos de asistencia sanitaria que necesite la persona asegurada cuando sufra un accidente.
Como norma general lo más recomendable es que la comunicación del siniestro se efectúe lo antes posible y, como máximo, en el plazo de siete días de haberlo sufrido, salvo que se haya fijado en la póliza un plazo más amplio para ello. En caso de incumplimiento, el asegurador podrá reclamar los daños y perjuicios causados por la falta de declaración.
Antes de contratar un seguro conviene dejarse aconsejar por asesores especializados para determinar el tipo de póliza que más se adapta a tus necesidades. Primero deberás decidir cuál es el riesgo que quieres cubrir, la cantidad de dinero que te costaría afrontar el riesgo si no tuvieras seguro y el dinero que podrías ahorrar si contrataras el seguro. Los asesores de El Corte Inglés Seguros te pueden informar más específicamente sobre el alcance y las limitaciones establecidas en las diferentes pólizas de seguros y el tiempo con el que tienes que avisar si sufres un accidente ya que en cada seguro pueden cambiar las cláusulas.
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