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¿Cómo gestionar un siniestro?

Gestionar un siniestro de manera efectiva es fundamental para mitigar sus consecuencias y reducir su impacto sobre las personas, los bienes y el entorno, lo que implica un conjunto de acciones que se activan desde el momento en que ocurre un evento adverso, ya sea un accidente o cualquier situación que genere pérdidas significativas. Este proceso requiere una respuesta rápida y organizada que permita evaluar los daños, garantizar la seguridad de las personas y coordinar los recursos necesarios para la recuperación.

¿Cómo gestionar un siniestro con El Corte Inglés Seguros?

Tramitar un siniestro con El Corte Inglés Seguros nos lleva a un proceso diseñado para ofrecer tranquilidad a los asegurados en momentos complicados. El primer paso es notificar el incidente a la compañía, lo cual se puede realizar de forma rápida y sencilla a través de los canales de contacto.

Según el tipo de incidente, El Corte Inglés Seguros dispone de diferentes números en los que puedes contactar, por lo que ofrecemos un servicio de atención al cliente donde encontrarás el número de teléfono al que puedes llamar dependiendo del seguro al que debas recurrir, que proporciona una atención personalizada y ofrece soluciones adaptadas a cada caso; este enfoque integral permite reducir al máximo los tiempos de respuesta, garantizando que los asegurados reciban el apoyo necesario para una subsanación de los daños en el menor tiempo posible.

Tras la notificación, será tu experto en seguros el encargado de guiarte en cada etapa del proceso y coordinar los servicios necesarios para resolver la situación de manera ágil.

La compañía se encargará de evaluar los daños, tramitar los peritajes y gestionar las indemnizaciones según lo estipulado en la póliza.

¿Qué es un siniestro?

Si navegamos por internet encontraremos algunas webs que definen siniestro como un hecho que provoca unos daños que se encuentran reflejados y garantizados hasta una cantidad concreta en la póliza. La aseguradora estará obligada a satisfacer el capital que aparezca garantizado en el contrato de seguro, parcial o totalmente, al asegurado o quien haya designado como beneficiario.

Es importante actuar con rapidez ante un siniestro para garantizar una respuesta eficaz por parte de la aseguradora

Si dejamos a un lado las definiciones formales del término siniestro y nos ponemos en el lugar del asegurado, el momento en el que sufrimos uno de estos percances es cuando en realidad percibimos la importancia que la actividad aseguradora tiene en nuestras vidas. Y es que son muchas las personas que, hasta que no se tienen que enfrentar a las consecuencias de un siniestro, tienen la sensación de que están pagando un seguro para nada y eso está muy lejos de la realidad, ya que desde el momento en que se abona la prima del seguro, contamos con la protección de las coberturas y garantías que se encuentran incluidas en la póliza, hasta los límites contemplados en el contrato y que serán de gran utilidad si nos vemos en un momento difícil.

Tipos de siniestros

Con respecto a las diferentes tipologías de siniestros que existen, podemos afirmar que se dan tantos tipos de siniestros como riesgos cubren las entidades aseguradoras (accidentes, coche, hogar, salud, vida…). Normalmente, cuando se pronuncia el término ‘siniestro’, suele asociarse a situaciones negativas, pues así ocurre en los denominados seguros de daños (incendio, robo, coche, hogar…) o en algunos seguros de carácter personal (accidentes, enfermedad, vida-riesgo…).

Pero hay ocasiones en las que las connotaciones de la palabra siniestro son positivas, como cuando tras toda una vida laboral llega el momento de capitalizar los ahorros que hemos ido acumulando a través de un seguro de ahorro o inversión.

Y si hablamos de las tipologías de siniestros, estas situaciones también pueden clasificarse como siniestrototal, en las que el bien asegurado ha quedado destruido por completo (en el caso de los vehículos, cuando en caso de siniestro el coste de la reparación de los daños es mayor al valor de mercado del automóvil siniestrado); o siniestro parcial, en las que el objeto asegurado ha sufrido daños que no implican la destrucción total del mismo.

Qué debemos tener en cuenta

Tal y como acabamos de ver, el siniestro es el instante en el que la actividad aseguradora cobra gran importancia para el asegurado, así que vamos a explicar qué debes tener en cuenta si te encuentras en una de estas situaciones.

Antes de nada, debes saber que la tramitación de un siniestro da comienzo en el momento que el tomador lo notifica a la entidad aseguradora que da cobertura al riesgo objeto del seguro; declaración que tendrá que ser lo más precisa que podamos, aportando todos los datos de los que seamos conocedores. En base a esta información, la compañía abrirá el correspondiente expediente de siniestro para realizar una primera valoración de los hechos y decidirá continuar con su tramitación o lo rechazará.

En el caso de no rehusar el siniestro, la entidad aseguradora indemnizará al asegurado; en caso de no ser así, sedeberá seguir adelante con su tramitación, lo que supondrá la entrada en escena de un perito -profesional encargado de realizar un informe de los daños y de cómo se han ocasionado-, en función del que la compañía emitirá su resolución (indemnizará o no al tomador o asegurado).

Al gestionar un siniestro, se deben evaluar una serie de factores que permitan una respuesta diligente

Para la gestión de un siniestro se necesita en primer lugar una evaluación rápida y precisa de los daños y riesgos, que facilita la toma de decisiones y prioriza la seguridad de las personas involucradas.

Es también importante llevar un registro detallado de los incidentes y acciones tomadas, que no solo facilita la evaluación posterior del siniestro, sino que también contribuye a reducir la siniestralidad futura.

Cabe recalcar que según se establece en la Ley de Contrato de Seguro en relación con los seguros de daños o patrimoniales, una vez que se ha producido el siniestro, el tomador del seguro o el asegurado se encuentran obligados a poner todos los medios que estén a su alcance con el objetivo de minorar las posibles consecuencias que pudiera tener el suceso. Por ejemplo, en un accidente de tráfico, después de atender a los heridos (en caso de que los hubiera), sobre los implicados recae la obligación de evitar males mayores señalizando debidamente la situación, retirando los vehículos de la vía si es posible…

Asimismo, hay que tener en cuenta que es de vital importancia seguir todos los pasos por orden para garantizar que la situación se resuelve con la mayor rapidez y eficacia posible. Como hemos adelantado, después de sufrir un siniestro el siguiente paso será comunicar lo sucedido a nuestra compañía de seguros dentro de los plazos que a tal efecto se establecen en la ley. Por supuesto, durante todo el proceso, el tomador del seguro o el asegurado está igualmente obligado a comunicar a su aseguradora cualquier novedad con respecto al siniestro, como pueden ser facturas o denuncias, o incluso si se diera el caso de que el tomador recibiera algún tipo de indemnización por parte del causante o recuperase alguno de los bienes declarados en el siniestro. También estaremos obligados a comunicar al resto de implicados en el siniestro que disponemos de un seguro.

Y debemos saber que las entidades aseguradoras cuentan también conobligaciones en este sentido. La primera y más importante, que están obligadas a hacer frente, en caso de siniestro cubierto de manera expresa en el contrato de seguro, a proceder con las indemnizaciones establecidas hasta el límite máximo pactado en la póliza. Asimismo, en caso de que la compañía decida rehusar un siniestro, se verá en el deber de comunicarlo por escrito -detallando los motivos que la han llevado a tomar ese camino- para que el asegurado o el tomador tengan toda la información y así puedan valorar si aceptan o no esa decisión u optan por efectuar una reclamación.

¿Cuánto puede tardar en resolverse un siniestro?

La resolución de un siniestro puede variar considerablemente dependiendo de diversos factores, como el tipo de siniestro, la magnitud de los daños o la disponibilidad de recursos. En general, los siniestros simples, como incidentes menores en propiedades sin daños graves, pueden resolverse en cuestión de días o semanas. Sin embargo, siniestros de mayor complejidad, que involucren daños estructurales, afectaciones a personas, o múltiples partes interesadas, pueden requerir muchos meses para resolverse completamente.

El proceso de resolución incluye etapas de inspección, evaluación de daños, tramitación de documentos, coordinación con compañías de seguros y, en ocasiones, juicios o acuerdos, lo que puede prolongar inevitablemente el tiempo necesario para su conclusión. La rapidez en la respuesta inicial y la coordinación eficazentre los involucrados son claves para acortar los tiempos de resolución. Por lo tanto, una gestión ágil por parte tanto de asegurado como de aseguradora, puede marcar la diferencia en el tiempo total necesario para que se restablezca la normalidad.

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