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El fallecimiento de un familiar puede ser una situación traumática, además de pasar por el dolor que esto conlleva tenemos que ocuparnos de los trámites necesarios para el sepelio de nuestro ser querido. Una de las partes que más preocupación puede causarnos es el gran coste que conllevan los actos funerarios.
Hay que tener en cuenta que si no se tiene contratado un seguro de decesos se tendrá que hacer frente a todos estos gastos en el momento del fallecimiento de un familiar y dependiendo del tipo de acto fúnebre y de sepelio que se desee, el coste del servicio variará enormemente.
Es importante valorar lo que cuesta un entierro cuando no se cuenta con un seguro de decesos; los entierros son la forma más utilizada por tradición para hacer frente a un fallecimiento. El fallecido se entierra en una tumba o nicho al que se puede acudir en el momento que se prefiera, que en muchas ocasiones se utiliza como lugar de recuerdo y de oración.
El coste medio de realizar un entierro en España es de 3.500 euros y dependiendo de la zona donde se realice el entierro el coste puede llegar a ascender hasta los 6.500 euros. En este precio van incluidos los costes del tanatorio, el coche fúnebre, los gastos de gestión, los gastos de inhumación, el ataúd, las coronas y los centros florales y el alquiler del nicho por un periodo de 10 años (por norma general).
Se puede abaratar el precio del entierro reduciendo el coste de estos gastos sin que el entierro de ese familiar pierda solemnidad: un ataúd sencillo y no incluir grandes arreglos florales supondrá una reducción importante en el coste del entierro.
Otra de las formas de abaratar el coste que supone el fallecimiento de un familiar es optar por una incineración o cremación en lugar de por un entierro tradicional. El coste medio en España de esta práctica funeraria se encuentra en 605 euros; en este tipo de sepelio se reducen los costes ya que no hay que abonar el alquiler del nicho puesto que no es obligatorio enterrar las cenizas del difunto una vez realizada la incineración.
Al contratar un seguro de decesos todos los gastos producidos por los servicios funerarios y el sepelio del fallecido estarán cubiertos, incluidos los gastos del tanatorio, las esquelas, el coche fúnebre, el féretro y el entierro o incineración.
Los seguros de decesos son de carácter familiar y es habitual que se contraten para toda la familia y se vaya incorporando a la póliza a los miembros más recientes según esta se va ampliando. Es importante consultar con la familia antes de contratar este tipo de seguros por si ya existiera una póliza contratada para las mismas personas.
Tener contratadas dos pólizas de seguro de decesos simultáneamente es totalmente legal y posible; en caso de fallecimiento, generalmente, una de las compañías tendría que hacerse cargo de la gestión del sepelio del fallecido y la otra compañía debería abonar el capital del servicio estipulado en la póliza de seguros a los herederos de la persona fallecida.
Aunque tener contratadas dos pólizas de este tipo es totalmente posible y legal, es una circunstancia que se da rara vez y principalmente por los motivos anteriormente comentados. Por norma general, nadie contrata dos seguros a la vez con la misma función ya que esto carece para muchos de sentido.
En el caso de percatarse de que aparte de tener un seguro de decesos contratado, se figura en una póliza de un familiar, la ley estipula que a petición del tomador del seguro la entidad aseguradora debe reintegrar las primas pagadas desde el momento de la duplicidad de los seguros.
Como hemos comentado anteriormente el precio de los servicios funerarios puede ser diferente en cada provincia, por lo que el coste del sepelio no solo dependerá del tipo de acto fúnebre que se elija, sino también de la provincia en la que se resida.
El precio que estipula cada provincia para los servicios funerarios también influye en el precio de la prima de los seguros de decesos, cuanto más caro sea este coste en la provincia donde se vaya a realizar el sepelio de la persona fallecida, mayor será el importe de la prima del seguro ya que el capital asegurado deberá ser más alto que el de una provincia en el que el coste de los servicios fúnebres sea menor.
Las provincias que lideran el ranking de los lugares más caros de España en relación a los servicios funerarios son Girona, donde los costes son un 29% más elevados que en el conjunto del país; le sigue Madrid, con unos costes un 27% superiores a la media del resto y en tercer lugar se sitúa Barcelona, con un coste un 21% mayor. Después de estas provincias se encuentran Lleida, con un coste un 19% por encima, y Huesca que cuenta con un coste de un 15% superior al resto de las provincias españolas.
Por el contrario tenemos las provincias donde los servicios funerarios resultan más económicos: en Zamora el coste es un 40% menor a la media de España; le sigue Santa Cruz de Tenerife, donde el coste es un 36% menor; Palencia se sitúa después, con un coste medio un 29% menor; Soria, con un coste un 27% por debajo; y por último Cuenca, donde el importe es un 26% menor al de la media.
En un estudio de 2018 (Unespa) se indica que, por norma general, las ciudades donde resulta más caro el fallecimiento de un familiar son las que cuentan con más de 250.000 habitantes como Madrid, Vigo o Valencia. Sin embargo, en otras ciudades grandes como Bilbao, Zaragoza, Murcia, Las Palmas de Gran Canaria, Málaga o Córdoba los gastos funerarios están por debajo de la media española.
Teniendo en cuenta estos datos contratar un seguro de decesos no solo facilitará el desembolso económico que supone el fallecimiento de un familiar, este tipo de seguros también proporcionará asesoramiento y gestión de los trámites necesarios tras la muerte de una persona, además de apoyo psicológico para ese difícil momento.
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