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Ya que prácticamente todos sabemos de lo que nos hablan cuando se refieren a un seguro de decesos, podemos afirmar que consiste en un tipo de seguro destinado esencialmente a cubrir los gastos de sepelio que se generan cuando fallece un asegurado.
Como es lógico en cualquier póliza de seguros, la compañía debe establecer un límite en la cobertura y dicho límite vendrá establecido en la póliza de decesos mediante «la suma asegurada» o «el capital de servicio».
Se trata de la cantidad económica que se calcula para pagar los gastos de entierro del tomador del seguro o dicho de otra manera, es el límite que impone como máximo la compañía para cubrir los gastos de sepelio y la gestión de trámites relativos al fallecimiento del asegurado. Si este límite se ve sobrepasado, serán los familiares o beneficiarios del tomador de la póliza de decesos quienes deban pagar el sobrecoste.
Aunque en algunos casos ciertas compañías de seguros asuman el coste extra, no es la manera habitual de proceder de la mayor parte de entidades aseguradoras, que reclamarán el sobrecoste a los familiares.
Por otro lado, si algunas de las coberturas incluidas en la póliza no se llegan a efectuar y no se gasta todo el capital asegurado, la aseguradora deberá devolver la diferencia a los herederos o beneficiarios de manera automática (sin necesidad de reclamación), ya que es una obligación que cumplen con diligencia.
El capital de un seguro de decesos tendrá que ser declarado a través del Impuesto de Sucesiones y Donaciones y, en caso de que sobre capital asegurado, este será repartido entre los herederos o beneficiarios en forma de indemnización económica.
Es muy importante remarcar que este capital podría pasar a formar parte de la masa económica de la herencia, por lo que se tributaría a través del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, y no desgravaría el seguro de decesos en el IRPF, como mucha gente piensa.
El Impuesto de Sucesiones y Donaciones depende de cada comunidad autónoma, ya que poseen las competencias necesarias para “bonificar” sobre este impuesto, pudiendo así existir una diferencia sustancial entre una comunidad u otra. Es un impuesto progresivo en el que se paga más cuanto mayor sea la herencia. El gravamen general en todo el país puede estar comprendido entre el 7,65% y el 34%, aplicándose posteriormente las bonificaciones correspondientes en cada comunidad autónoma.
Hay dos maneras generalizadas de calcular el capital asegurado según la mayor parte de las compañías de seguros:
Como acabamos de ver, el capital asegurado es muchas veces asignado de forma un tanto genérica, lo cual suele indicar inexperiencia en este ramo de decesos por parte de la compañía. Cada año debe producirse una revisión de los capitales asegurados, para que estos no queden desactualizados.
El motivo por el que las compañías deben actualizar el capital asegurado es para que sea más que suficiente cuando llegue el momento de hacer uso del seguro. De esta manera, tendrá que revalorizarse normalmente cada año, y de manera lógica, incrementarse si los servicios funerarios sufren un aumento extraordinario.
Un ejemplo de aumento extraordinario de los servicios funerarios podemos encontrarlo en la subida que experimentó el IVA de estos servicios en el año 2012. Aumentó del 8% al 21%, obligando así a las compañías a adaptar el capital asegurado en las pólizas de decesos de sus clientes.
El capital asegurado ha tenido que ir evolucionando con el paso del tiempo, adaptándose a los cambios de costumbres relacionadas con velatorios y entierros. Para poner un ejemplo, hace no tantas generaciones, en nuestro país se velaba al fallecido en las casas de éste o de algún familiar cercano, siendo la propia vivienda donde se instalaba la capilla ardiente con los restos del difunto. En la época actual, esta costumbre ya está prácticamente desaparecida en nuestro país.
El motivo que hizo cambiar esa costumbre de velar en las casas fueron los tanatorios, con salas específicas para este fin, ofreciendo un lugar de encuentro entre familiares y amigos del fallecido donde poder ser velado en las mejores condiciones. A día de hoy siguen existiendo algunas pólizas de decesos muy antiguas que no contemplan el servicio de tanatorio, por lo que la aseguradora podría no cubrir esos gastos.
Todo capital asegurado debe ir acompañado de una descripción de los servicios que prestará, en mayor o menor detalle. De manera general, los componentes del capital asegurado suelen ser:
Toda esta serie de servicios que ofrece la aseguradora deberán quedar especificados en la póliza, siendo cada compañía la que decida qué coberturas incluye y cuáles no.
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