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A pesar de que las posibilidades de tener un desacuerdo a la hora de declarar un parte disminuyen si tenemos un seguro de hogar bien asesorado y completo, no estamos exentos de tener una diferencia de opinión con la parte aseguradora en el caso de ocurrir un incidente en nuestra vivienda.
Según las asociaciones de consumidores uno de los principales problemas que tienen los asegurados son precisamente esos desacuerdos con las indemnizaciones y la forma de indemnizar de las aseguradoras.
Se genera un desacuerdo cuando, tras un siniestro, la parte aseguradora y la parte asegurada no se ponen de acuerdo sobre la cantidad o la manera en la que se va a proceder a la indemnización y en la propia Ley sobre Contrato de Seguro, en su artículo 38, se establece un procedimiento para tratar llegar a un acuerdo, siendo la forma prevista en este artículo que cada parte, tanto asegurador como aseguradora, tenga su propio perito. Además, dicho artículo desarrolla las diferentes situaciones que se pueden dar en estos casos.
Por una parte, tenemos el hecho de que los dos peritos lleguen a un acuerdo y solucionen las discrepancias y también encontramos la posibilidad de que se necesite nombrar a un tercer perito de no haber acuerdo entre los dos anteriores.
Si no estás conforme con la indemnización ofrecida por tu seguro de hogar, es fundamental seguir un proceso estructurado para defender tus derechos y buscar una compensación justa.
Primero debes revisar la póliza, leyendo detenidamente tu contrato de seguro para comprender sus coberturas y exclusiones. Es recomendable contar con un seguro de hogar a todo riesgo, que te aportará la máxima cobertura posible, reduciendo las posibilidades de que tu siniestro esté excluido de la póliza. Además, debes documentar a fondo los daños con fotografías, vídeos y facturas o presupuestos de reparación. Después, presenta una reclamación por escrito a tu compañía de seguros, exponiendo claramente tu desacuerdo con la indemnización propuesta y adjuntando las pruebas recopiladas.
Si no estás conforme con la indemnización de tu seguro, debes seguir un proceso estructurado y actuar dentro de los plazos legales.
Si persiste el desacuerdo, contrata a un perito independiente que evalúe los daños y emita un informe técnico, que servirá para respaldar tu reclamación y negociar una indemnización más equitativa. Con este informe pericial, puedes iniciar una nueva negociación con tu aseguradora y, si no alcanzas un acuerdo, puedes recurrir a instancias de mediación o arbitraje especializadas en este tipo de conflictos.
Si las vías anteriores no resultan satisfactorias, eleva tu queja al servicio de atención al cliente de la aseguradora. Como última instancia, puedes considerar la posibilidad de emprender acciones legales contra la aseguradora. En este caso, es esencial contar con asesoramiento jurídico especializado para evaluar la viabilidad de tu reclamación y proceder conforme a derecho.
Es importante destacar que, según la Ley de Contrato de Seguro, las acciones derivadas de este tipo de contratos prescriben en el plazo de dos años desde el momento en que se pudo ejercitar la acción. Por ello, es necesario actuar con diligencia y dentro de esos plazos legales para garantizar una defensa efectiva de tus derechos.
Los desacuerdos entre asegurados y aseguradoras tras un siniestro pueden surgir por diversos motivos, siendo los más comunes la percepción de una indemnización insuficiente, el rechazo del siniestro o la discrepancia entre distintas aseguradoras sobre quién debe asumir la responsabilidad del daño.
El caso más frecuente es que el asegurado considere que la indemnización ofrecida por la compañía es insuficiente. En estas situaciones, el asegurado tiene derecho a solicitar una nueva valoración por parte de un segundo perito e, incluso, si persistiera la discrepancia, recurrir a un tercer perito que actúe como árbitro para llegar a un acuerdo, procedimiento que puede ayudar a determinar una indemnización más justa en función de los daños sufridos.
Otro problema habitual es el rechazo del siniestro por parte de la aseguradora, que puede alegar que el daño no está cubierto por la póliza debido a exclusiones o límites previamente establecidos en el contrato, por lo que es fundamental que conozcas bien estas cláusulas.
En algunos casos, el conflicto surge entre dos aseguradoras, como en los siniestros relacionados con fugas de agua, en los que puede haber diferencias entre el seguro del hogar y el seguro de la comunidad de propietarios. Si los peritos de ambas partes no coinciden en la causa del daño, la resolución del problema puede retrasarse considerablemente, generando incertidumbre y molestias para el asegurado.
Revisa tu póliza de vez en cuando, para estar al tanto de las posibles modificaciones en la renovación
Además, con el paso del tiempo y las renovaciones automáticas, es posible que las coberturas de la póliza se vean modificadas sin que lo percibas. Esto puede afectar las indemnizaciones en caso de siniestro, por lo que es recomendable que revises periódicamente las condiciones de renovación. Del mismo modo, si realizas mejoras en tu vivienda sin informar a la aseguradora, se podría generar un infraseguro, lo que significa que, en caso de siniestro, la indemnización solo cubriría hasta el límite inicial de la póliza y no el valor real de los bienes asegurados.
En definitiva, son muchos los motivos que pueden llevar a que exista un desacuerdo entre las partes tras un siniestro, por lo que, para evitarlos y garantizar una gestión adecuada, siempre aconsejamos revisar regularmente tu póliza y estar atento a posibles modificaciones, pero lo mejor es contar con los consejos de un profesional que nos ayude de la mejor manera posible como sucede con los expertos de El Corte Inglés Seguros.
Para notificar un siniestro de forma eficaz y reducir posibles inconvenientes con la aseguradora, es crucial seguir una serie de pasos que ayuden a documentar correctamente el incidente y a facilitar su resolución.
Comunica el siniestro a la aseguradora lo antes posible, ya que la rapidez en la notificación puede acelerar el proceso de evaluación y resolución del problema. Además, la mayoría de las pólizas establecen un plazo de notificación (generalmente siete días), por lo que es importante cumplirlo para evitar problemas de cobertura.
Antes de contactar con la aseguradora, debes tener preparados tus datos personales (nombre completo, DNI o NIE, etc.), tu número de póliza, la fecha y hora exacta del siniestro, una descripción detallada del incidente, una lista de daños y bienes afectados (indicando el tipo de daño sufrido) y los datos de terceros involucrados, puesto que, si el siniestro afecta a vecinos, terceros o bienes ajenos, debes tomar nota de sus datos y sus pólizas, por si fuera necesario compartir responsabilidades.
Haz fotografías y videos del siniestro desde diferentes ángulos, ya que esto ayudará a demostrar el alcance de los daños y servirá como prueba ante la aseguradora. Asimismo, si es posible, incluye imágenes de los bienes en su estado original antes del siniestro para facilitar la comparación. Es recomendable conservar facturas de compra de los objetos dañados, ya que pueden ser útiles para justificar el valor de la indemnización.
Para evitar que el daño se agrave, debes tomar medidas de seguridad inmediatas. Por ejemplo, en caso de escape de agua, debes cerrar la llave de paso y retirar el agua acumulada, o en caso de robo, cambiar las cerraduras si es necesario para evitar nuevos incidentes. Además, es recomendable no realizar reparaciones definitivas antes de que el perito haya evaluado los daños, ya que la aseguradora debe comprobar la magnitud real del siniestro.
Mantén los objetos dañados a disposición del perito de la aseguradora y no deseches ninguno de los materiales afectados hasta que la aseguradora haya realizado su valoración, ya que esto podría dificultar la tasación del daño y la indemnización.
Por supuesto, si has sufrido un robo, hurto o acto vandálico, acude a las autoridades y presenta una denuncia; solicita una copia y adjúntala a la documentación que envíes a la aseguradora, puesto que, en casi todos los casos, este paso es un requisito indispensable para tramitar la indemnización.
Es muy importante mantener una comunicación clara con tu aseguradora, por lo que puedes utilizar los canales oficiales de la compañía (teléfono, email, app móvil o formulario web) para ello. Evita incluir información irrelevante o contradictoria en tu declaración, ya que ser claro y preciso en la descripción de los hechos te podría ahorrar problemas futuros. Se recomienda solicitar siempre un número de expediente o referencia del siniestro para que puedas hacer un seguimiento.
Además de todo esto, es esencial que antes de notificar el siniestro, revises los términos de tu póliza para comprobar qué daños están cubiertos y cuáles pueden estar sujetos a exclusiones. Si tienes dudas, consulta a uno de nuestros expertos en seguros, que te ayudará a interpretar las cláusulas del contrato y te ayudará con cualquier duda que pueda surgirte.
¡Ah! Y si estás pensando en contratar o cambiar de póliza para tu casa, no olvides hacer una comparación de seguros de hogar con el objetivo de escoger aquel cuyas coberturas se adapten mejor a tus necesidades.
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