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Como nadie está a salvo de sufrir un siniestro inesperado en su vivienda, lo mejor es proteger a los nuestros con un seguro de hogar que cubra todas nuestras necesidades siendo acorde a nuestra situación particular. Para lograr esto la mejor manera es consultar con un mediador de seguros especializado que nos busque una póliza que se adapte a nosotros de la mejor manera posible, consiguiendo un equilibrio entre las garantías que contratemos y la prima que paguemos por ellas. Además de esto, la ventaja de consultar con un asesor es que nos podrá informar de cláusulas opcionales (como por ejemplo los daños por agua en condiciones especiales o los incendios) y también de las excepciones que no cubrirá el seguro en ningún caso.
En España no es obligatorio por ley disponer de un seguro de hogar, pero es altamente recomendable, ya que cualquier daño que se origine en la vivienda (ya sea en la nuestra o seamos nosotros los causantes del daño en la de un vecino) tendremos que cubrirlo íntegramente con nuestro propio patrimonio, y en el peor de los casos, si tenemos que asumir la reconstrucción completa de una vivienda, hablamos de cantidades inasumibles para la mayoría de los ciudadanos.
Estar informado de nuestras condiciones concretas en el seguro de hogar es muy importante, ya que nos permitirá conocer, cuando se produzca un siniestro, si la compañía se hará cargo de costear la reparación, o si nos corresponde una indemnización por los daños producidos. En cualquier caso, debemos estar atentos a la cobertura de Responsabilidad Civil de nuestro seguro de hogar, tratando de que sea lo más alta posible (esta cobertura de Responsabilidad Civil es la que se encarga de cubrir los daños que provoquemos desde nuestra casa hacia fuera, es decir, si hay una fuga en una de nuestras tuberías y se inunda la casa de un vecino, esta cobertura es la que aplicará la aseguradora para disponer del capital contratado para la reparación de esa vivienda).
Antes de ver los pasos a seguir cuando detectamos un siniestro, vamos a diferenciar los tipos de siniestros más comunes que suelen darse en los hogares:
Lo primero y más importante será acudir a nuestra póliza para revisar nuestras cláusulas y cerciorarnos de que el siniestro que vamos a reclamar está cubierto por la compañía. Tras comprobar que estamos protegidos ante esta situación concreta, debemos ponernos en contacto con la aseguradora para informar de la circunstancia de nuestro siniestro. Para realizar el parte debemos aportar la información del siniestro (lugar, fecha en la que se produjo, las causas que lo provocaron y los daños derivados de este). Lo más adecuado sería tratar de informar a la aseguradora lo antes posible, ya que debemos tener cuidado, porque hay un plazo de siete días como máximo para avisar a la compañía y que comiencen así los trámites de gestión del siniestro.
El siguiente paso, tras haber revisado la compañía todos los datos, será la revisión del siniestro por parte de un perito enviado por la aseguradora. Hasta que esto ocurra, no deberemos iniciar unilateralmente ninguna reparación, para que el perito pueda atestiguar fehacientemente el origen del siniestro. Este plazo debe ser inferior a cuarenta días en todo caso, desde la fecha en que ocurrió el siniestro. Asegurado y aseguradora deberán acordar el importe de la indemnización, pudiendo estar de acuerdo ambas partes y quedar zanjado el siniestro, o no, en cuyo caso el asegurado deberá iniciar un proceso de reclamación.