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Aunque es una de las pólizas con mayor volumen de contratación en España, es importante recalcar que los seguros de hogar no son obligatorios, pero sí muy recomendables, habida cuenta de que suelen aportar una gran tranquilidad a las familias cuando ocurre alguna incidencia relevante dentro de la vivienda. Si bien las pólizas más básicas solo garantizan la Responsabilidad Civil obligatoria, es decir, los daños a terceros, existen otras muchas que ofrecen un amplio nivel de coberturas, aunque no es habitual que se incluya una relativa específicamente a accidentes.
A lo largo de todo el tiempo que una familia pasa en una vivienda es comprensible que termine por producirse alguna clase de siniestro que conlleve, aunque no necesariamente, daños al continente o al contenido del inmueble, daños materiales o incluso físicos a las personas, tanto a los habitantes de la casa como a terceros que se vean afectados. Para verse respaldados ante este tipo de incidencias es importante disponer de un seguro que responda por la familia, a través de una batería de coberturas que se ajusten lo mejor posible a las necesidades presentes y futuras que vayan a tener sus miembros con relación a esa vivienda.
Existen incidencias relacionadas con la vivienda que pueden suponer un grave trastorno para las familias más allá del plano económico. Por ejemplo, se pueden producir daños a terceras personas que requieran de atención médica o de hospitalización, con todos los trastornos que eso conlleva. Otra posibilidad es que se produzcan denuncias que lleven a juicio a los intervinientes, por lo que se precisará de una defensa legal para evitar males mayores. En estos tipos de incidencias también interviene la póliza de hogar, subrayando su importancia ante potenciales riesgos y amenazas a los que cualquier familia está expuesta.
Residir en una vivienda implica una Responsabilidad Civil personal ante todos aquellos daños que se puedan provocar a terceras personas, por ejemplo, si se desprende algún elemento de la terraza y cae a la vía pública. También, hay una responsabilidad familiar e inmobiliaria, lo que significa que se debe responder ante las incidencias graves derivadas del propio hogar y que causen un perjuicio a otras personas, incluidos los propios miembros de la familia. Ante todas estas posibles complicaciones, cualquier póliza de hogar puede responder, ofreciendo un respaldo frente a los daños ocasionados a terceros por culpa del tomador del seguro o de la vivienda.
Gracias a la garantía de Responsabilidad Civil, los daños causados a personas que no viven en el domicilio del asegurado, pueden quedar cubiertos
Sin embargo, es importante subrayar que algunos seguros cuentan con limitaciones en el caso de que los afectados sean familiares hasta tercer grado de consanguinidad con el tomador. Este tipo de información estará reflejada dentro del contrato suscrito, que incorpora un apartado sobre limitaciones de las coberturas.
En cualquier caso, en términos generales, la Responsabilidad Civil en un seguro de hogar, a grandes rasgos, incluye los daños provocados por el uso de la vivienda y aquellos que sean debidos a los elementos comunes del edificio en el que está ubicada, así como todos aquellos daños originados por los trabajos de reparación que se estén llevando a cabo en el domicilio (por supuesto, si las obras que se están realizando cuentan con los permisos oficiales habilitados para ello).
En relación a las viviendas alquiladas, si la póliza es contratada por el inquilino, las coberturas le protegen frente al propietario en aquellos casos donde se produzca un siniestro accidental, que, desde el punto de vista legal, se conoce como Responsabilidad Civil Locativa. En este sentido, es importante resaltar que es cada vez más frecuente que la póliza también incluya los posibles daños físicos que sufra el personal doméstico contratado en la vivienda mientras están trabajando en ella. Como en ocasiones anteriores, esta última garantía es preciso verificarla en el contrato suscrito con la compañía aseguradora.
Desde una óptica meramente personal, el tomador de un seguro de estas características debe tener claro que, apostando por un producto de este ramo, no solo se está cubriendo él mismo ante potenciales incidencias con terceros derivadas del uso de la vivienda, sino que, también, está protegiendo a todos los miembros de su familia que conviven bajo su mismo techo y que, por lo tanto, tienen en mayor o en menor medida una dependencia económica de él y, en su caso, de su cónyuge.
Es decir, que sus hijos, su pareja y hasta los profesionales que tiene contratados para alguna tarea dentro de la vivienda, están incluidos dentro de las coberturas, aportando, por lo tanto, la máxima tranquilidad para cualquier cosa que pueda ocurrir y sea causada por ellos. Así que, si no tienes claro qué tienes incluido en tu póliza y qué no, puede ser el momento de comparar precios de seguros de hogar, ver qué pueden ofrecerte y decidirte por el que más te interese.
Esto es muy importante porque, por ejemplo, si un niño provoca un daño en otra vivienda mientras juega, es bastante probable que el seguro pueda responder ante dicha incidencia. Lo mismo, dependiendo de la póliza, puede ocurrir con las mascotas y otros animales de compañía que vivan con la familia (aunque, en este caso, depende de la raza del animal y de si está incluido o no dentro de las especies consideradas como potencialmente peligrosas).
Si un invitado sufre un percance en tu casa, tu seguro de hogar puede cubrir este siniestro
También puedes echar mano del seguro de hogar si tienes invitados en casa y accidentalmente se desprende un cuadro, una lámpara, o se cae un jarrón que provoca daños a una de esas personas que se encuentran en tu domicilio. En estos casos, busca la cobertura de Responsabilidad Civil de tu póliza que refleja que la persona perjudicada puede recibir atención médica o, en su caso, una indemnización.
Por supuesto, se da por sentado que estos hechos ocurren de manera fortuita, que no ha habido indolencia por parte del asegurado y que tenía la pieza del mobiliario que ha causado el daño bien colocada, sujeta o anclada de manera que no pueda achacarse una falta de mantenimiento o dejadez.
Eso sí, atendiendo a las limitaciones que antes señalábamos, si el asegurado produce daños en bienes pertenecientes a sus hijos, pareja, padres o trabajadores que convivan bajo su techo, no quedaría cubierto.
Los daños pueden darse tanto dentro como fuera de casa, ya que si celebras un cumpleaños en el jardín de un adosado y los niños, jugando, lanzan un objeto que cae en el jardín contiguo que rompe un elemento del vecino, será tu seguro de hogar el que, gracias a la cobertura de Responsabilidad Civil, cubra los daños causados a tu vecino.
Otra cosa sería que estuvieran jugando en el jardín comunitario de la urbanización. Si el daño se produce en ese entorno, cabe que el seguro de la comunidad asuma la responsabilidad, aunque luego pueda repetir contra el seguro de hogar de la vivienda de la que procedían los niños.
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