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En el terreno asegurador, el término “valor” se utiliza de manera habitual. De hecho, se trata de un concepto muy amplio que, en este ámbito, cuenta con diferentes acepciones. Para poder comprender en qué nos afecta este valor venal a la hora de tener un siniestro con nuestro vehículo y qué relación tiene con el seguro de coche, te lo contamos todo.
El valor venal es el valor que tiene un coche en caso de que se quiera vender en el momento de un siniestro. Es la indemnización que se recibe por parte de la aseguradora cuando la reparación sobrepasa el valor venal o valor de mercado del vehículo asegurado. Una situación conocida en el terreno asegurador como siniestro total.
El valor venal de un coche es un precio oficial que se puede encontrar publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de forma periódica. Este precio es el que podremos ponerle a nuestro coche en el caso de querer venderlo y varía en función de la marca del automóvil, el modelo (definido por unas características particulares), la antigüedad (en este parámetro, por norma general, no se suele tener en cuenta ni el kilometraje ni el mantenimiento), así como los accesorios que el propietario le hubiera añadido a lo largo de su vida útil.
Existe una tabla publicada en el BOE que recoge el precio oficial que se estipula conveniente por cada vehículo acorde a sus características. Este valor lo toma la aseguradora como referente y de él resta el porcentaje adecuado según su año de matriculación:
Por lo tanto, el valor venal sí contempla el año de matriculación, la marca y el modelo y la motorización del coche, pero sin embargo no tiene en cuenta el kilometraje que tenga, su estado general ni los extras que se le hayan podido añadir.
Como veíamos, cuando sale del concesionario el valor venal de un coche se mantiene al menos durante el primer año. A partir del segundo se empieza a aplicar un coeficiente de reducción de su valor, de manera que a partir de este segundo año el coche ya vale menos, a partir del cuarto su valor es de menos de la mitad que el primer año, y a partir de los 12 años de antigüedad el valor del coche ha descendido ya de forma súbita. Pero la fecha de matriculación no lo es todo: el valor venal está sujeto a conocer la marca y el modelo en concreto del que estamos hablando además de esta fecha de matriculación. Si asociados a la matrícula se encuentran dichos datos, se podrá conocer el valor venal del coche, de lo contrario no se podría conocer con exactitud.
Tras un accidente en el que, por ejemplo, alguien ha chocado contra nuestro vehículo y tiene la culpa del siniestro, una de las posibilidades es que, al peritar el coche, la compañía decida declararlo siniestro total y se nos ofrezca el valor venal de nuestro coche. Si no se está de acuerdo con esta determinación es posible reclamar dicha cantidad con una tasación independiente y presentando todos los documentos necesarios tal y como recoge la Ley de Contrato de Seguro.
Si no estás conforme con el valor venal ofrecido puedes hacer una reclamación
También puede ocurrir que no se quiera aceptar el valor venal puesto que se considera que el vehículo sí es reparable. Si realmente el coche se puede reparar y el coste del arreglo no supera tres veces el valor venal establecido, por norma general y tras verlo por vía judicial, sí se suele aceptar dicho arreglo.
Además del valor venal, podemos encontrar en nuestros seguros la aplicación de otros valores a la hora de calcular la indemnización que nos correspondería tras un accidente.
Así, por ejemplo, podemos encontrar el valor venal mejorado, que supone la aplicación de un porcentaje de mejora a ese valor venal del coche, para proporcionar una indemnización que permita desmarcarse de otras aseguradoras.
A la hora de realizar una comparativa de seguros de coche podrás ver cómo unas se decantan por la aplicación del valor venal mejorado con la idea de diferenciarse de sus competidoras, mientras que otras optan por la aplicación directa del valor venal, habitualmente a partir del tercer año de antigüedad del coche.
El seguro de coche que elijamos siempre debe ir acorde a la depreciación de su valor. No es lo mismo contar con un vehículo cuyo valor venal sigue siendo alto a disponer de uno que tenga muchos años y, por lo tanto, que en cualquier accidente que suponga un arreglo más costoso nos podamos ver ante un siniestro total.
Actualizar tu póliza con el paso de los años te permitirá ahorrar dinero y asegurarte como necesitas en cada momento
Los primeros años es preferible optar por una cobertura a todo riesgo puesto que se valorará el coche con valor a nuevo (normalmente los 2 primeros años) y después contará aun así con un alto porcentaje de su valor. Sin embargo, cuando nuestro coche ya no es tan nuevo lo recomendable es que su cobertura se ajuste tanto a su antigüedad como al uso que se hace de él. Por ejemplo, existen modalidades de seguro que, a pesar de no ser a todo riesgo, sí cubren los daños por colisión animal, el incendio, el robo, o la rotura de las lunas y se ajustan mucho mejor al valor que tiene un coche más antiguo sin dejarlo desprotegido.
El valor de mercado es el valor que tiene un coche justo antes de tener un siniestro, es decir, el valor que se podría obtener por él teniendo en cuenta también su marca, modelo y antigüedad, pero, a diferencia del valor venal, en el valor de mercado sí se tendrá en cuenta su kilometraje y equipamiento extra. Generalmente supone desde un 15% hasta un 25% más que el valor venal.
A la hora de conocer el valor de un vehículo encontramos también las publicaciones GANVAM. Estas actualizan de forma trimestral junto a Eurotax el detalle del valor estadístico medio de los coches de ocasión a nivel nacional.
Se trata de valores medios otorgados por casas de compra-venta en los que se tienen en cuenta la marca, el modelo y la versión además de la antigüedad, pero no se contemplan los extras o accesorios, ni los kilómetros recorridos.
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