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Es una cantidad que se obtiene calculando el tiempo que una persona (trabajador) haya cotizado al régimen de la Seguridad Social.
Podremos utilizarla para calcular una pensión que se vaya a percibir por una jubilación o por una incapacidad de carácter permanente. Aun así, se usa también para estimar la cuantía que se recibirá por una IT (incapacidad temporal) o un despido.
Es sabido que las cantidades que se reciben por las pensiones tras la jubilación son diferentes para cada cual, y que dependen de la clase de pensión que sea y la base reguladora que resulte para cada ocasión. Lo que vamos a recibir por el fruto de nuestro trabajo una vez lleguemos al fin de nuestra etapa laboral, será una cantidad hallada proporcionalmente con la mencionada base reguladora.
Si habláramos de una invalidez, el grado de la misma determinará la cuantía a recibir, pero la base reguladora, como decimos, es el punto de partida para calcular cuál será la pensión que nos corresponda.
La forma de calcularla cambia, ya que hay distintos tipos de pensiones y de bases sobre las que haya cotizado la persona en cuestión.
Depende de la cotización de la persona en un plazo de tiempo establecido y determinado. Podría decirse que hablamos de lo que ese trabajador haya aportado al régimen general de la Seguridad Social, por ejemplo, antes de un siniestro que le haya causado una invalidez. Ese momento se fija en el instante en que suceda un accidente laboral o una baja médica por una enfermedad que resulte incapacitante (por poner un par de casos a modo ilustrativo). También teniendo en cuenta la base reguladora objeto de esta explicación y la manera en que se halla, se modificará a tenor de la clase de contingencia que se haya determinado como origen del daño y del nivel de incapacidad provocada.
Para calcular una jubilación, por ejemplo, como primer paso tendremos que averiguar la base de cotización, que se puede solicitar y acceder a un informe que elabora el Instituto Nacional de la Seguridad Social, de estas bases de cotización. Existe también la opción de recibirla por correo tradicional en casa.
Los años a considerar para calcular la base reguladora han ido variando con el tiempo
Una vez tengamos esta información, hay que fijarse en un periodo que se toma como referencia. Se reflejan los años que hay que considerar para realizar el cálculo de la base reguladora, partiendo de la base de cotización que mencionábamos más arriba. Con el paso de los años, se han ido modificando estos periodos, pero en este año en que nos encontramos se toman en cuenta los veinticuatro años anteriores al día en que sucedió el suceso que causó el daño que termina con el desempeño profesional del afectado, o llega el momento de la jubilación (momento en el que también viene estupendamente contar con un plan de pensiones).
Después habrá que actualizar la base de cotización con el índice de precios de consumo -más conocido como IPC-, y a continuación, hay que sumar la base de cotización de todos y cada uno de los 288 meses, que corresponden a los 24 años de los que hablábamos antes. Ojo, que esos meses deben ser los inmediatamente previos al momento en que se produce el hecho.
Finalmente, el resultado, que prevemos sea una cantidad no pequeña, hay que dividirla en la actualidad por 336. Con estos cálculos, hallaremos la base reguladora para nuestra jubilación.
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