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Un rehúse de siniestro tiene lugar cuando la compañía aseguradora, ya sea por ciertas cláusulas contenidas en la póliza (falta de coberturas) o por la obligación de una normativa legal, rechaza abrir un expediente de siniestro.
De manera general, la compañía aseguradora debe comunicar un rehúse de siniestro al asegurado por escrito explicando los motivos por los que rechaza su petición. A su vez, el asegurado tiene derecho a reclamar una rectificación si no está de acuerdo con la compañía. Esta reclamación también debe hacerse por escrito y en el lenguaje de los seguros se denomina “rehúse de confirmación”.
Un asegurado puede reclamar la rectificación de un rehúse de siniestro mediante un rehúse de confirmación enviado a la compañía de seguros
Dado que la causa general que motiva a las compañías a rehusar un siniestro es la falta de coberturas (que el siniestro declarado carezca de cobertura en la póliza), debemos tener claro si al contratar el seguro habíamos incluido las coberturas necesarias para cubrir el siniestro que reclamamos concretamente.
Si tras la reclamación, la aseguradora persistiera en el rehúse del siniestro, deberemos mandar otro escrito a la Dirección General de Seguros, la cual mediará entre las partes para llegar a un acuerdo, siempre haciendo respetar la legislación vigente relativa a litigios en al ámbito de materia de consumo.
También puede darse la situación de que el siniestro ocurrido esté excluido de las coberturas de manera específica en las Condiciones Generales o en las Condiciones Particulares de la póliza. Si es este el caso, no cabe reclamación posible por parte del asegurado, y la compañía tendrá la ley de su parte ante cualquier reclamación o litigio futuro. Algunos ejemplos de las exclusiones más comunes en las pólizas de seguros suelen ser:
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