Diccionario de seguros

Selección de riesgos

Al hablar de selección de riesgos en el ámbito de los seguros nos referimos a un ejercicio que lleva a cabo la compañía aseguradora, después de recabar toda la información que cree conveniente, para valorar si termina aceptando o rechazando los riesgos que el asegurado quiere incluir en la cobertura de su seguro. La metodología que se sigue en el proceso de selección de riesgos es poner el foco de manera particular en cada uno de los posibles riesgos, compararlo con los datos que se tienen del total de la misma clase de riesgos, y con toda esa información ver si el riesgo que se valora encaja en esa pauta. Todas estas valoraciones le sirven también a la aseguradora para realizar los cálculos que determinan la cuantía de la prima del seguro. 

¿Cómo se seleccionan los diferentes riesgos?

Si hablamos de un seguro de coche, por ejemplo, en la selección se analizarán por separado riesgos como el número de siniestros del asegurado, su edad o el modelo de automóvil. La compañía hará una valoración con respecto a los datos globales que tiene y luego da o no su visto bueno. Algunas compañías, por ejemplo, son reacias a asegurar a conductores muy jóvenes, con más probabilidades de siniestros. En el caso de un seguro de vida, la edad del posible asegurado o su historial médico, entre otros, son objeto de análisis dentro de la selección de riesgos, ya que a veces las compañías plantean un límite máximo de edad para ofrecer un seguro, o cierta predisposición a ciertas enfermedades pueden encarecer la prima de este, por ver algunas opciones. 

Depende de la compañía decidir qué riesgos cubrir y bajo qué condiciones, por lo que estas estudiarán cada riesgo para decidir si cubrirlo o no

Es normal que cada compañía marque unas normas a la hora de contratar seguros en base a si quiere asumir más o menos riesgos. La habitual es que la pauta para aceptar riesgos por parte de la compañía se centre en los posibles clientes que presenten un riesgo menor y se limite la aceptación de asegurados con alta probabilidad de sufrir un siniestro o cuya indemnización pueda ser muy elevada, buscando siempre el equilibrio en los resultados económicos de la compañía. Pero también puede ser que la compañía decida asumir coberturas sobre riesgos elevados, optando por realizar un recargo sobre la prima del asegurado para compensar ese riesgo extra. Imaginemos un cliente que contrata un seguro de viaje, ya que quiere ir a un país poco desarrollado con el fin de practicar deportes extremos; la compañía podría valorar asegurarle, pero con un recargo que compense ese mayor riesgo con respecto al riesgo que asume en un viaje normal. 

Los procesos para determinar la selección de riesgos se realizan en base a una normativa establecida con anterioridad por la compañía aseguradora. Es habitual que los riesgos se clasifiquen en dos categorías: 

  • Normales: los que la compañía ya tiene identificados y valorados de tal forma que, al ser planteados por el cliente a la hora de contratar su seguro, son aceptados positivamente de inmediato. Dentro de esta categoría encontramos por ejemplo modelos de pólizas en seguros de hogar o de salud
  • Agravados: aquellos que solo se aseguran por parte de la compañía bajo unas determinadas condiciones.