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Antes de abordar en profundidad la cuestión inicial que nos ocupa, conviene tener en cuenta una serie de datos acerca de las caídas. De hecho, en primer lugar, resulta del todo apropiado tener claro qué se entiende por caída. En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como la consecuencia de cualquier acontecimiento que precipita a una persona al suelo en contra de su voluntad; precipitación que suele ser repentina e involuntaria. Según la OMS, este tipo de percances son la segunda causa de muerte (a nivel mundial) debido a lesiones accidentales o no intencionales, solo superada por los traumatismos sufridos en tránsito.
Por ejemplo, solamente en España, las caídas accidentales, según los datos que maneja el Instituto Nacional de Estadística (INE), ocasionan más de 3.000 defunciones al año. En ese sentido, los niños menores de cuatro y, sobre todo, las personas mayores de 65 años son los colectivos que más caídas sufren.
Con base en los datos hechos públicos por el INE (enero de 2020), en la actualidad, en España viven más de 9,2 millones de personas mayores de 65 años, cifra que engloba al 19% de la población. Pues bien, tal y como se ha indicado anteriormente, las personas mayores de 65 años son las que más expuestas están a padecer algún tipo de caída accidental, por lo que un alto porcentaje de la ciudadanía española se encuentra en situación de riesgo.
Percances que, como queda registrado en las estadísticas que se realizan al respecto, se producen en diferentes escenarios. Pero de entre todos los posibles, la vivienda habitual es uno de los lugares en los que más caídas accidentales ocurren.
Esta circunstancia tiene su explicación en el hecho de que, por norma general, la vivienda suele ser el espacio en el que más tiempo pasan a lo largo de su vida los miembros de una familia; más aún, en el caso de las personas mayores de 65 años, un colectivo que pasa, de media, alrededor de las tres cuartas partes del día en el hogar.
Las caídas en el hogar pueden tener consecuencias graves a pesar de producirse en un ambiente aparentemente seguro
Aun así, a pesar de todo lo expuesto líneas atrás, el hogar continúa proporcionando a sus habitantes una sensación de seguridad que no es del todo real. De hecho, un patinazo, como consecuencia de haber fregado el suelo, un tropezón involuntario con un mueble o una caída desde una escalera son algunos de los percances a los que una persona se encuentra expuesta mientras está en la vivienda.
Situaciones que, en muchos casos, no suelen ser tenidas en cuenta por quienes luego se ven envueltas en ellas. Por este orden, la cocina, el cuarto de baño, el salón, el dormitorio y el jardín son los lugares que registran más accidentes en el hogar.
Entre los mencionados percances se encuentran las caídas, que dependiendo de su tipo pueden causar desde lesiones leves (una simple contusión) hasta otras con consecuencias mucho más graves, que pueden requerir de asistencia médica urgente e incluso traducirse en una larga convalecencia debido a las mismas.
Tal y como ha quedado patente, todas las personas están de algún modo expuestas a sufrir un accidente (incluyendo las caídas) mientras se encuentran en su casa. Asimismo, como también se ha visto, el colectivo de personas mayores de 65 años es el más proclive a sufrirlos (pasan gran parte de la jornada en el hogar y, en algunos casos, sus condiciones físicas se encuentran mermadas).
Por lo tanto, una vez que los miembros de una familia están al corriente de este tipo de riesgos, todo lo relacionado con la prevención de este tipo de situaciones se convierte en una cuestión a tener muy en cuenta; sobre todo, si en la unidad familiar hay personas mayores de 65 años o niños menores de cuatro.
En ese sentido, los seguros de accidentes son una solución especialmente diseñada para cubrir este tipo de contingencias.
Pero, llegados a este punto, al tomador de un seguro de hogar puede surgirle la duda de si su póliza da cobertura a situaciones como, por ejemplo, la caída accidental de uno de los integrantes de la unidad familiar.
Pues bien, por norma general, en España los seguros multirriesgo de hogar no suelen contemplar entre sus coberturas básicas la protección frente a los accidentes de carácter personal.
En la mayoría de las ocasiones, aunque esta decisión dependerá de cada entidad aseguradora en particular, se trata de una garantía de carácter opcional; eso sí, una cobertura que cada vez más aseguradoras ofrecen a sus asegurados de hogar. Del mismo modo, el alcance de esta cobertura también estará en las manos de cada entidad aseguradora en concreto.
Y como no suelen contemplar la cobertura ante las caídas que pueden producirse en casa, sino que deben ser contratadas como extras dentro de la póliza, es necesario por tanto estudiar en detalle qué seguros contemplan la cobertura de los servicios necesarios para que el desarrollo de nuestras obligaciones no se vea interrumpido por uno de estos accidentes. Usando un comparador de seguros de hogar esta labor se vuelve mucho más sencilla.
Existen pólizas de hogar (sobre todo las más completas) que sí plantean asistencia sanitaria si se produce un accidente o la entrega de una indemnización pecuniaria, dependiendo del capital que se haya fijado en el contrato. Asimismo, en algunas ocasiones y gracias a esta garantía, el seguro cubre los gastos derivados de la atención médica urgente, en caso de que haya sido requerida a causa de un accidente, igual que si se necesita ayuda para llevar a cabo las tareas del hogar o para las cuestiones relacionadas con la docencia (al encontrarse el accidentado incapacitado para realizar de manera normal cualquiera de ellas).
Hasta este momento, se ha puesto de relieve que existe la posibilidad de que un seguro de hogar cubra los accidentes personales de los miembros de una familia. Pero si en vez de uno de los integrantes del núcleo familiar es un tercero quien sufre una caída en la vivienda en cuestión, ¿está cubierta esta situación por la póliza de seguro?
En ese sentido, la gran mayoría de los seguros multirriesgo de hogar cuentan con la garantía de Responsabilidad Civil entre sus coberturas básicas, que tiene como principal objetivo dar cobertura a los daños ocasionados a otros, como puede suceder en el caso de que una tercera persona sufra una caída.
Por este motivo, aunque en un primer momento no se le suela conceder tanta importancia como a otras coberturas que se incluyen en este tipo de seguros, la garantía de Responsabilidad Civil es una de las que, a la postre, pueden llegar a ser más determinantes; ya que, en el caso de no contar con ella, el propietario de la vivienda tendría que hacer frente al coste de las indemnizaciones, que en muchos casos pueden llegar a ser muy elevadas.
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