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¿Qué es un siniestro en el seguro de moto?

Según se normaliza en la RAE, un siniestro, “en el contrato de seguro, es la concreción del riesgo cubierto en dicho contrato y que determina el nacimiento de la prestación del asegurado”. Asimismo, en el diccionario de seguros de Fénix Directo, siniestro se define como la “manifestación concreta de un riesgo previsto en el contrato que ocasiona una disminución en el interés asegurado y en consecuencia, la obligación de satisfacer la prestación correspondiente a los límites pactados”. Además de las anteriores, son muchas las definiciones del término que, en ese sentido, podrían ser traídas a colación pero, con la intención de profundizar un poco más en el componente asegurador del concepto, se puede añadir que un siniestro es un acto o acontecimiento de carácter accidental, imprevisto e involuntario, que se encuentra entre los que se contemplan en la póliza de seguro y es susceptible de estar cubierto conforme a establecido en el contrato. De manera habitual, la ocurrencia de un siniestro suele generar diferentes tipos de daños, tanto de carácter corporal (en las personas) como material (en el patrimonio de éstas), a los que tendrá que hacer frente la entidad aseguradora, con base en lo recogido en cada póliza en particular.

Por otra parte, antes de abordar la cuestión inicial, resulta aconsejable conocer algunos datos relevantes acerca del mundo de las dos ruedas en España. Así, según se extrae del informe ‘Las dos ruedas en España’, publicado en 2020 por Estamos Seguros en colaboración con Anesdor, las motos, escúteres y ciclomotores que circulan por las carreteras españolas suponen más del 10% del parque móvil nacional. En concreto, más de 1,8 millones de motocicletas, cerca de un millón de escúteres (949.000) y más de 447.000 ciclomotores transitan por nuestro país, siendo las motocicletas el tipo de vehículo de dos ruedas que más seguidores ha cosechado, suponiendo a día de hoy cerca del 6% del total de vehículos en España. Datos, todos estos, que sin duda hacen ver que el de las dos ruedas es un segmento al alza en nuestro país. Pero, en relación con el ámbito asegurador, esta tendencia, unida a un parque móvil cada vez más antiguo, supone que la posibilidad de que estos vehículos (motocicletas, escúteres y ciclomotores) puedan verse involucrados en un percance aumenta, tal y como ha quedado patente en varios informes elaborados por la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa) acerca de la evolución del número de accidentes. De hecho, con base en los últimos datos publicados, los vehículos de dos ruedas (motocicletas, escúteres y ciclomotores) tuvieron o provocaron el 3,7% del total de los registrados por el conjunto de vehículos a motor de España o, lo que es lo mismo, más de 420.000 de estas situaciones.

Siniestros y seguros de motos

Teniendo en cuenta todos los pormenores hasta este momento expuestos, con relación al seguro de motos (motocicletas, escúteres y ciclomotores), resulta del todo conveniente que el asegurado conozca algunas particularidades a tener en consideración ante la posibilidad de verse involucrado en un siniestro. Del mismo modo, resulta apropiado tener presente que el usuario de una moto, solamente por el hecho de conducir un vehículo de dos ruedas, se encuentra altamente expuesto a sufrir un percance; por ejemplo, un simple desequilibrio puede acabar en un caída en la que la moto quede dañada o, peor aún, en el que concurran daños personales.

Pues bien, un siniestro en el seguro de moto se presenta cuando ha ocurrido alguno de los hechos contemplados en la póliza de seguro; en ese sentido, dependiendo de cuales sean las garantías contratadas por el asegurado, el siniestro en cuestión estará o no cubierto por la entidad aseguradora. Por norma general, un siniestro de moto genera daños, que pueden ser tanto de carácter corporal (en las personas) como material (en el patrimonio de éstas). En el caso de ser el culpable de lo ocurrido, el seguro solo se hará cargo de los daños ocasionados a terceras personas (corporales y materiales), excepto en el caso de tener contratada la garantía de daños propios. Sin embargo, si no se ha sido el culpable, tanto los daños corporales como los materiales registrados en el siniestro estarán cubiertos por el seguro; de hecho, una vez aceptados los hechos por parte de la aseguradora contraria, será nuestra aseguradora la que perite el vehículo y haga frente a los gastos que genere su reparación.

Pero, en la actualidad, no todos los siniestros de moto son sinónimo de accidentes y daños; la asistencia en viaje, que además es la garantía más usada por los asegurados de moto en España, es un claro ejemplo de ello. Asimismo, los siniestros también pueden estar relacionados con situaciones como un robo o un incendio. Además, también se debe tener presente que no solo al circular la moto de la que se es propietario puede verse involucrada en un siniestro, por ejemplo, cuando se encuentra estacionada, tanto en un garaje como en la vía pública.

¿Qué hacer en caso de siniestro?

Otra cuestión fundamental, si se da el caso de estar involucrado en un siniestro con la moto, es saber cómo actuar ante esta inesperada coyuntura. En ese sentido, en primer lugar, resulta aconsejable mantener la calma cuando se presenta una situación así. A continuación, si en el percance, además de la mencionada moto y su conductor, solo se encuentra involucrado otro vehículo, situación que concurre habitualmente, y tras comprobar que el siniestro no ha ocasionado daños corporales (de carácter físico), se recomienda, en el caso de que sea posible, retirar ambos vehículos a una zona segura para poder comenzar con el proceso a seguir para comunicar lo ocurrido a las entidades aseguradoras involucradas en el accidente. A partir de ese momento, lo más común es que los conductores implicados en el siniestro hagan uso de la declaración amistosa de accidentes (DAA) para dar parte de lo sucedido a las compañías, documento también conocido como parte amistoso de accidentes, que sirve para explicar y así poder determinar de qué forma se ha ocasionado el percance, con el objetivo de tratar de aclarar que conductor ha sido el responsable de lo sucedido.