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Todos los conductores de vehículos a motor se encuentran expuestos a sufrir percances. Así, en el caso de que el conductor de una moto (motocicleta, scooter o ciclomotor) se encuentre involucrado en un accidente, saber de qué manera actuar ante un siniestro de tráfico puede ser de gran utilidad.
Contar con un buen seguro de moto puede marcar la diferencia cuando se presenta un accidente, en la que, por lo general, suelen producirse daños, a los que tendrá que hacer frente o no la entidad aseguradora, conforme a cómo se han producido los hechos y según lo recogido en cada póliza. Es fundamental que el conductor de una moto que acaba de sufrir un accidente de circulación sepa cómo comportarse ante un escenario de este tipo.
En primer lugar, se recomienda mantener la calma todo lo posible, ya que se trata de una circunstancia inesperada. Una actitud tranquila por parte del asegurado contribuirá de manera notable a evitar males mayores como consecuencia del percance, así como a agilizar la resolución del siniestro.
En caso de accidente de tráfico, resulta conveniente que el conductor de una moto sepa que la Dirección General de Tráfico (DGT) establece, en su Guía de Comportamiento y Primeros Auxilios en Caso de Accidente, que los conductores y demás usuarios que estuvieran implicados, estarán obligados a tomar las medidas necesarias para auxiliar o pedir ayuda para atender a las posibles víctimas, colaborar en todo lo posible para evitar peligros o daños mayores, restablecer -siempre que se pueda- la seguridad de la circulación, esclarecer los hechos y colaborar con la autoridad competente y sus agentes.
A continuación, siempre que sea posible, los implicados en el accidente deben señalizar el lugar del percance con los dispositivos homologados indicados para este tipo de situaciones: baliza V16 (que colocaremos en el exterior de nuestro vehículo y además de emitir la advertencia luminosa, se conecta a la plataforma DGT 3.0 transmitiendo en tiempo real la ubicación del suceso y pudiendo avisar así a otros usuarios de esa carretera) y luces de posición, en condiciones de escasa visibilidad, con el objetivo de poner en alerta al resto de conductores que circulan por la vía en ese momento y evitar así que también puedan verse afectados.
En el caso de que alguna de las personas involucradas en el accidente sufriera lesiones que requieran atención médica, tal circunstancia deberá ser puesta de inmediato en conocimiento de las autoridades o de los servicios de emergencia (112).
Además, en la mayoría de los casos, los agentes de tráfico se personarán en el lugar del accidente con el objetivo de prestar auxilio a los accidentados, así como para poder realizar un atestado de lo ocurrido, documento que será de gran utilidad a la hora de determinar quién ha sido el responsable del percance.
Si en el accidente no ha habido daños corporales, se recomienda, siempre que sea posible, retirar los vehículos implicados a una zona segura para así poder comenzar con el proceso de comunicar lo sucedido a las entidades aseguradoras involucradas en el accidente.
Una vez avisados los servicios de emergencia si es necesario, debemos atender los trámites del seguro de la moto
En este sentido, el asegurado de moto debe tener muy presente que cuenta con el plazo de siete días para trasladar lo sucedido a su compañía, según se establece en la Ley sobre Responsabilidad Civil y Seguro en la Circulación de Vehículos a motor; si, por algún motivo, no ha podido ser comunicado en el plazo indicado, la mejor opción sigue siendo hacer llegar el parte a la entidad aseguradora lo antes posible.
A la hora de comparar precios de seguros de moto, puede ser interesante comparar también las distintas opciones que se ofrecen a los asegurados para hacer llegar los partes de accidente a la compañía, ya que quizá sea una de las razones que te haga decantarte por una u otra póliza.
A partir de ese momento, lo más común es que los conductores implicados hagan uso de la declaración amistosa de accidentes (DAA) para dar parte de lo sucedido a las compañías.
Este documento, también conocido como parte amistoso de accidentes, sirve para explicar y poder determinar de qué forma se ha ocasionado el incidente, con el objetivo de aclarar qué conductor ha sido el responsable de lo sucedido. Desde 1988 se utiliza esta fórmula en España, momento en el que entró en vigor el Convenio de Indemnización Directa (CIDE), que tiene como finalidad agilizar la liquidación de los daños causados exclusivamente a los vehículos implicados en un siniestro.
Pero esta solución (CIDE) solo puede ser aplicada si los dos conductores firman la declaración amistosa de accidentes debidamente cumplimentada. Por ese motivo, dos años después se crearon los convenios suplementarios ASCIDE, (mucho menos restrictivos, ya que no necesitan estar totalmente cumplimentados ni firmados por ambos conductores). Por lo tanto, antes de la aparición de estos convenios, si uno de los dos conductores no quería firmar el parte, había que informar de lo ocurrido a las autoridades de tráfico competentes para que elaborasen un atestado de los hechos.
Este es un documento que, en su modelo oficial homologado para la mayoría de países de la UE, está compuesto por dos hojas de papel autocalcable. A la hora de rellenarlo, se aconseja cumplimentarlo en su totalidad, ya que cuantos más datos se aporten y de manera más clara se explique lo sucedido, mejor cumplirá este documento su función. Eso sí, una vez cumplimentado y firmado por ambas partes, no se podrá añadir nada más al mismo y la resolución del siniestro quedará en manos de las aseguradoras, conforme a lo previsto en los convenios CIDE y ASCIDE.
En primer lugar, se deben detallar los datos básicos del accidente: fecha, hora, lugar y número de vehículos implicados, así como si a causa del siniestro se han ocasionado daños y (muy importante) si ha habido testigos o no de lo sucedido.
A continuación, se aconseja especificar los datos de ambos vehículos: el A (de color azul) y el B (de color amarillo); cada apartado contiene los datos particulares del asegurado, las características concretas del vehículo o la información relativa a su aseguradora, además de los datos del otro conductor involucrado en el accidente. Además, al punto concreto de impacto inicial en cada vehículo se le concede especial relevancia en el parte.
También en este bloque se anotan los daños que ha sufrido cada vehículo, para detallar cómo se ha producido el accidente, en caso de que ninguna de las situaciones propuestas en el parte se ajustara a los hechos acaecidos. Si una o más de las situaciones propuestas coinciden con lo ocurrido, deberán ser señaladas con una “x” en el documento.
Después, se debe elaborar un croquis del accidente lo más riguroso posible, por lo que hay que ser generoso a la hora de aportar detalles sobre cómo se ha producido el siniestro, para evitar encontrarse con sorpresas posteriores. Por ejemplo, debe reflejar si la moto estaba bien aparcada o no, si respetó o no una señal… De igual modo, aunque no es obligatorio, sí es muy recomendable hacer fotografías, que suelen ser de gran valor a la hora de determinar quién ha sido el responsable del accidente.
El parte amistoso debe completarse con detalle, porque una vez firmado no se puede modificar
Eso sí, si no se está conforme con lo que se recoge en el parte amistoso de accidentes es mejor no firmarlo, ya que con la firma se da por hecho que se acepta todo lo que se incluye en el mismo.
Cuando tienes un accidente de moto, lo más importante es saber si tu seguro se hace cargo de tus lesiones o no. Y aquí la diferencia entre pólizas es clave.
El seguro de moto básico (o a terceros) es el más sencillo y económico. Cubre la Responsabilidad Civil: es decir, los daños que causes a otras personas o a sus bienes. También suele incluir asistencia en carretera desde el km 0 y defensa jurídica.
Pero ojo, debes tener en cuenta que tus propias lesiones no están cubiertas. Si te caes y te rompes un brazo, el seguro no se hace cargo de tus gastos médicos ni de la baja; eso depende de la Seguridad Social o de un seguro de accidentes complementario.
El seguro de moto a terceros ampliado añade a lo anterior la cobertura por robo e incendio de tu moto. En cuanto a las lesiones del conductor, la situación no cambia: sigues sin cobertura directa para tus propios daños corporales. Es un paso intermedio que protege mejor el vehículo, pero no tu salud.
Si lo que quieres es estar tranquilo por si tuvieras lesiones, necesitas un seguro de moto a todo riesgo, que cubre:
En conclusión, si lo que buscas es que tus propias lesiones estén cubiertas en un accidente, la única opción real es contratar un seguro de moto a todo riesgo; con el básico o el terceros ampliado solo proteges a terceros y, en el mejor de los casos, tu moto, pero no tu salud.
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