Capital de fallecimiento, ¿qué es?
En este artículo podrás informarte acerca de
La vida pasa muy rápido y cuando uno se quiere dar cuenta ya no es ese niño sin preocupaciones que jugaba sin cesar y que soñaba con hacerse mayor. De pronto, un día parece que despertamos y nos vemos inmersos en una vida con responsabilidades, facturas y la familia que hemos formado.
Aunque seguir cumpliendo años sanos y felices sigue siendo la prioridad, ya no se ve todo como antes y algunas preocupaciones empiezan a invadir nuestra mente. Si quieres saber cómo tu seguro de vida y tu seguro de decesos pueden ayudar a los tuyos a continuar cuando no estés, quédate, te lo contamos todo.
¿Qué es el capital de un seguro?
Lo primero que debemos saber es que cualquier seguro cuenta con unos límites de cobertura establecidos en las condiciones particulares. Estas cantidades se conocen como capitales. Así como en un seguro de hogar pueden ser las cantidades destinadas a cubrir nuestro mobiliario o la reconstrucción del inmueble en sí mismo, en los seguros de vida es la cantidad acordada con la que se indemnizará a los beneficiarios (ya sean los herederos legales o los designados por el asegurado) en el caso de fallecer o de ocurrir alguno de los otros hechos que estén cubiertos por la póliza, como la incapacidad permanente o la invalidez.
Aunque a veces pueden confundirse, seguro de vida y seguro de decesos no son lo mismo. En el caso de los seguros de decesos el capital asegurado es la cuantía de la que dispone la aseguradora para asumir los gastos derivados del fallecimiento, es decir, traslados, tanatorio, incineración, flores, etc… A veces, estos últimos pueden incluir como un “extra” coberturas por fallecimiento o invalidez al igual que las pólizas de vida.
¿Qué es el doble capital en un seguro?
Es muy frecuente que, cuando se oye hablar de seguros de vida, se asocie instintivamente a una cobertura por fallecimiento por cualquier causa, pero este es solo uno de los riesgos que se pueden contratar a la hora de proteger el futuro de nuestros seres queridos. Es habitual complementarlo con coberturas como incapacidad permanente y absoluta o fallecimiento por accidente. Cuando en un seguro aparecen tanto el fallecimiento por cualquier causa como el fallecimiento por accidente se conoce como doble capital.
La prima del seguro de vida es menor contando con un doble capital que con el doble de cobertura por fallecimiento por cualquier causa
Supongamos que se tiene estipulado en el contrato un capital de fallecimiento de 50.000 euros y la misma cantidad para el fallecimiento por accidente. Al fallecer el asegurado prácticamente por cualquier hecho (siempre queda sujeto a las condiciones generales, por lo que conviene conocerlas) sus beneficiarios obtendrían los primeros 50.0000 euros, pero en caso de haber fallecido en un accidente contemplado en el seguro, también se les entregaría el siguiente capital, es decir se suman ambos haciendo una suma total de 100.000 euros. Lo mismo sucede con la cobertura por incapacidad, si se contrata tanto por cualquier causa como por accidente, en el caso de llegar a tener que cobrarlo tras un accidente, el beneficiario tendría derecho a percibir ambos capitales.
Este doble capital es muy frecuente en los asegurados que no quieren hacer un desembolso mayor por su prima, pero quieren tener un mayor capital en el caso de fallecer por un hecho accidental. Al fin y al cabo, cuando somos jóvenes y estamos sanos es más probable que un accidente sea la causa de nuestra muerte que cualquier otra cuestión.
¿Y el triple capital?
Desgraciadamente, muchos de los accidentes mortales que ocurren en nuestro país suceden en la carretera y, por eso, cuando hablamos de triple capital estamos incluyendo el capital de fallecimiento por accidente de circulación a los dos que comentábamos anteriormente.
Volvamos al ejemplo que veíamos antes, un seguro de vida de 50.000 euros. Supongamos que esta vez también se ha contratado el fallecimiento por accidente por 50.000 euros y el fallecimiento por accidente de circulación con otros 50.000 euros; en el caso de que el asegurado falleciera por accidente de circulación sus beneficiarios recibirían los tres capitales, es decir, una suma de 150.000 euros.
A su vez, contratar este capital resulta más económico que el anterior siendo lo más costoso, a la hora de contratar, el fallecimiento y la incapacidad por cualquier causa, teniendo un coste menor los accidentes y más bajo aún los accidentes de circulación.
¿Qué capital debo contratar en un seguro?
A la hora de contratar un seguro de vida es imprescindible pensar bien en la cantidad que debemos asegurar; al fin y al cabo, se trata de un seguro que dejaremos a nuestros seres queridos para allanarles el camino en términos financieros una vez que nosotros no estemos. Normalmente se usan como punto de referencia las deudas hipotecarias, por su cuantía y por la necesidad de seguir viviendo en ese inmueble, aunque el deudor haya fallecido. Si las personas que resulten herederas de esa casa no tuviesen dinero para hacer frente a la hipoteca, el resultado sería perder la vivienda y el dinero invertido en ella por el anterior deudor, la persona fallecida.
Otro criterio a la hora de elegir la cantidad asegurada es multiplicar el salario neto que percibe al año el asegurado por cuatro. Cuando falta una de las personas que aportan dinero en casa su pérdida (en lo que a dinero respecta) suele tardar en superarse unos 4 o 5 años de media, dado que al faltar una persona el resto tendrán que asumir los gastos que cubría esta persona y también las tareas de las que se hacía cargo: cuidar a los niños, recoger la casa, encargarse de personas mayores o enfermos, hacer la compra, etc… restando tiempo a la persona que ahora debe asumir esos nuevos gastos.
En cuanto a si elegir un único, doble o triple capital, la decisión se verá más afectada por la prima que se pueda pagar que por cualquier otro factor.
Sea como sea, no dejes de proteger el futuro de los tuyos y consulta sobre tu seguro de vida con nuestros expertos especializados en este tipo de seguros.