Cómo alquilar un piso a estudiantes

Para cualquiera que disponga de otro inmueble además de su vivienda habitual puede resultar de lo más interesante la idea de convertirlo en una fuente de ingresos mediante el alquiler a un tercero. Entre todas las clases de vivienda que se pueden alquilar, si tienes un piso con buena comunicación, en zona de centros universitarios y al que se llegue fácilmente en transporte público, hacer de esta casa el hogar de algún estudiante puede resultar la mejor idea

Es cierto que, a priori, pensar en estudiantes viviendo en una casa a veces puede dar un poco de reparo. La juventud normalmente se asocia a aventuras, fiestas, trasnoche y excesos, pero nada más lejos de la realidad: alquilar tu vivienda a estudiantes puede ser la mejor opción si deseas mantener un cierto control sobre esa casa a pesar de tenerla alquilada y, además, descubrirás que los universitarios pasan más tiempo en la biblioteca de lo que a ellos mismos les gusta reconocer.

Espacios simples pero funcionales, buena ubicación y precio competitivo son las claves de los alquileres para estudiantes

Saber lo que los jóvenes prefieren para trasladarse a un piso de estudiantes, o algún truquillo para que la propiedad se mantenga protegida son factores clave sobre los que informarse antes de adentrarse en el mundo de los arrendamientos. Por eso, aquí te lo contamos todo.

Lo primero que se debe saber si decidimos arrendar cualquier propiedad es que toda protección es poca. Por supuesto, nadie va a cuidar tu casa como si fueras tú mismo y por esa razón debemos ser cautelosos a la hora de seleccionar a los inquilinos, hacer que todo figure por escrito mediante la firma de contratos y, cómo no, contar con un seguro de hogar específico para viviendas alquiladas a un tercero.

Además, con el fin de poder elegir entre los candidatos y para que siempre haya alguien dispuesto a vivir en esa casa cuando un inquilino se marche, es importante conocer los “trucos” que harán de tu casa el sueño de cualquier estudiante.

Cuando alquilamos un piso a estudiantes debemos contemplar que se trata de personas que pretenden vivir allí un curso o dos, pero no estarán pensando en formar una familia allí ni en vivir décadas bajo ese techo. Por eso mismo, un inquilino de estas características busca una vivienda completamente amueblada y acondicionada, algo que no le ate a comprar un mobiliario que después, en su aún incierto futuro, deba reubicar al mudarse.

Lo mejor es contar con un piso que tenga los electrodomésticos imprescindibles, mobiliario funcional y espacio de almacenaje.

Como más adelante veremos, lo ideal será arrendar la vivienda por habitaciones por lo que todas las estancias a alquilar deberán contar con lo necesario, algo parecido a una habitación de hotel: una cama, mesilla, armario, un espejo y, como dato práctico, añadir un escritorio y una silla que permita estudiar en la intimidad de su cuarto a cualquiera que allí viva, hará la casa mucho más atractiva a potenciales inquilinos.

Por otra parte, en las zonas consideradas comunes lo ideal sería disponer de un mobiliario básico pero útil como un sofá, una mesa de comedor y un televisor en el salón y proveer una cocina dotada con menaje, así como los electrodomésticos esenciales: nevera, lavadora, horno, microondas, etc.

Sin duda alguna, es mejor opción arrendar cada habitación por separado. Por supuesto, su alquiler permitirá el uso de las zonas comunes, pero siendo la habitación de cada uno el único sitio que sea plenamente privado.

Esto se recomienda porque, en el caso de alquilar un piso completo, el propietario tiene terminantemente prohibido acceder a la vivienda a menos que sea el inquilino quien, por su propia voluntad, le invite a entrar. Con esta modalidad de alquiler por habitaciones se contempla el hecho de que el arrendador pueda acceder a las zonas comunes sin incumplir ningún derecho de los inquilinos.

Realizar un inventario que nos facilite recordar lo que había en la vivienda en el momento de alquilarla o tener algunas fotos, nos permitirá verificar cuando los inquilinos abandonen el piso que las cosas siguen como las habías dejado.

A la hora de alquilar cualquier espacio nunca está de más pedir una fianza en el momento de la firma del contrato de alquiler dado que, de esa forma, se podrán cubrir los gastos que generen posibles desperfectos creados por los inquilinos y, además, tendrá cierto efecto que hará que se esfuercen por cuidar la casa.

En algunos casos también se pide un aval al tratarse de estudiantes. Normalmente los avalistas son los padres o tutores legales de los inquilinos, quienes permiten que se garantice el pago del alquiler.

Es muy importante que no pierdas de vista que cuando alquilas un piso a estudiantes, generalmente son sus padres quienes responden por ellos, lo que deberías reflejar en un contrato que tendrá también los datos de los servicios que vayas a proporcionar y la cuantía del alquiler. No olvides incluir fianza, condiciones para su devolución, tiempo de duración del contrato y un listado de los muebles y enseres que están en la vivienda para poder verificar cuando termine su estancia que todo está como lo dejaste. Si hubiera daños, aunque la responsabilidad sea de los habitantes de la casa, serán los padres quienes deban hacerse cargo.

Asimismo, en el contrato puedes detallar si permitirás o no que tengan mascotas, que el ruido cese a determinada hora, que se puedan hacer fiestas o que se pueda o no fumar dentro de la casa.

Ten en cuenta que el tipo de contrato que hagas (arrendamiento de vivienda o arrendamiento por temporada), determinará, sobre todo, la duración del mismo, ya que en el primero puede prorrogarse hasta cinco años y en el segundo, existe una fecha de comienzo y fin.

Aunque no es lo que piensas en el momento en que decides alquilar un piso de tu propiedad a unos estudiantes, existe el riesgo de que, llegado determinado momento, dejes de cobrar el importe del alquiler, total o parcialmente si has estipulado que cada estudiante pague su habitación por separado. 

Un buen seguro para un piso alquilado nos permite proteger una fuente de ingresos además de la propia vivienda

Pero si tienes un seguro para arrendadores como el que puedes encontrar en El Corte Inglés Seguros, podrás dejar de preocuparte por este riesgo, porque entre sus garantías opcionales encontrarás la de impago de alquileres, por la que recibirías el abono de las rentas impagadas, siempre que se cumplieran las condiciones estipuladas en la póliza.

Además de la que acabas de conocer (muy importante, por cierto), contar con un seguro de propietario para tu piso de alquiler puede ayudar mucho a que los estudiantes se decidan por tu vivienda y no por otra. Piensa que estarás cubierto ante daños por agua, roturas o actos vandálicos del inquilino, así como desperfectos en la vivienda por robo, entre otros. Contarás con defensa jurídica por si llega el caso de tener que iniciar un proceso judicial y podrás contratar una variedad de garantías adicionales de lo más útiles.

Si vas a vivir durante un curso (o varios) en una casa de alquiler, tener un seguro para inquilinos puede venirte de perlas. Estarás protegido ante cualquier siniestro que pueda afectar a tus pertenencias, como robo o hurto (importante conocer la diferencia) dentro de la vivienda o atraco fuera de ella, recibiendo así una indemnización con la que podrás reponer los bienes que has perdido. Recuerda consultar los límites de estos importes y las condiciones reflejadas en tu contrato de seguro, ya que dependerá del objeto desaparecido y de la situación que se haya dado. Además, contarás con muchas más coberturas que en un momento dado, pueden echarte una mano cuando no sepas qué hacer.