Alimentación para el hipotiroidismo

La glándula tiroidea, más conocida entre el gran público como tiroides, se localiza muy cerca de la tráquea, concretamente en la base de nuestra garganta. Con su apariencia de mariposa y sus dos lóbulos conectados entre sí, regula una cantidad de funciones en nuestro cuerpo que quizá no nos hemos parado a pensar… Esta glándula segrega las hormonas tiroideas, que controlan la velocidad metabólica o velocidad de las funciones químicas del cuerpo. Tiene dos efectos fundamentales sobre el metabolismo:

• Incrementa el volumen de oxígeno utilizado por las células
• Estimula la gran mayoría de los tejidos en nuestro cuerpo para la producción de proteínas

De las patologías que se asocian a esta glándula, hay dos que serán de las que más hayas oído hablar: hipotiroidismo e hipertiroidismo. 

Se conoce como hipotiroidismo a la disminución de los niveles de las hormonas tiroideas en el organismo; es, por lo tanto, una alteración de la función de la glándula tiroides. La tiroides es una glándula situada, como hemos apuntado más arriba, en el cuello y por debajo de la nuez de Adán, que se divide en dos mitades (lóbulos), conectadas en su parte central (istmo), y que se parece a la letra H.

El mal funcionamiento, por exceso o por defecto, de la glándula tiroides provoca hiper o hipotiroidismo

Por tanto, y atendiendo a las funciones principales que realiza esta glándula, sin las hormonas del tiroides, el crecimiento físico, el desarrollo mental y otras funciones del cuerpo se retrasan o se detienen.

Si antes hablábamos de un defecto en la función tiroidea, ahora toca hablar de una alteración por exceso. Cuando esta glándula vierte a la sangre una cantidad mayor de hormona de la que debería, es cuando se habla de hipertiroidismo.

Sus síntomas son los opuestos a los que veíamos en el caso anterior, es decir, que quien tiene hipertiroidismo puede sentir más calor de lo habitual, perder peso, notar debilidad muscular o que le tiemblan las manos, que se acelera su ritmo intestinal o que tiene mayor irritabilidad, entre otros.

Por supuesto, en cualquiera de los dos casos, no es condición sine qua non tener todos y cada uno de los síntomas, y ni siquiera tenerlos quiere decir con total seguridad que una persona tenga hiper o hipotiroidismo.

Pedir una cita con uno de los especialistas del cuadro médico de tu seguro de salud hará que estés mucho más tranquilo, descartando la enfermedad o comenzando un tratamiento y un seguimiento profesional en caso de que la tuvieras.

Cuando el nivel de hormona tiroidea está bajo y las células no reciben suficiente hormona, los procesos corporales comienzan a funcionar con mayor lentitud, por lo que el paciente puede notar más frío, se fatiga con más facilidad, la piel se reseca, hay una tendencia a olvidarse de las cosas, sensación de estar siempre deprimido, y también estreñimiento.

Los síntomas son muy variados, por lo que la única manera de detectar con seguridad si se padece hipotiroidismo es realizando un análisis de sangre.

Su tratamiento es de por vida, y consiste en la reposición de la hormona tiroidea T4. Aunque el tratamiento se realiza por medio de fármacos, muchos pacientes con hipotiroidismo tienen el problema adicional de no poder bajar de peso, por lo que es fundamental hacer una dieta vigilando la alimentación para el hipotiroidismo como actividad complementaria a la enfermedad. No es cierto que el hipotiroidismo provoque que la persona engorde, pero sí es cierto que es más difícil bajar de peso.

Uno de los métodos más efectivos para bajar de peso en pacientes con hipotiroidismo es una dieta baja en grasas y carbohidratos, pero que contenga una alta cantidad de proteínas. Lo que esto implica es que además de reducir grasas es fundamental controlar mucho harinas y azúcares. Además, las carnes con alto contenido de grasa se deben sustituir por piezas magras.

Aunque debe ser un médico o un profesional de la salud quien elija o determine el tipo de alimentación recomendable para el hipotiroidismo, se pueden plantear a modo informativo una serie de consejos:

• Se deben consumir alimentos con yodo como rábanos, leche desnatada, pescados y, por supuesto, que la sal que se utilice sea yodada.
• También es recomendable comer alimentos que contengan selenio (antioxidante), presente entre otros en pescados y algunos lácteos. 
• Intentar reducir el consumo de alimentos que contengan bociógenos, es decir, que puedan interferir en la actividad del tiroides, como el repollo, la col de Bruselas, brócoli, maíz o coliflor. Ojo también a nueces y cacahuetes. Eso sí, si los cocinas, pierden su efecto nocivo por lo que podrás seguir aprovechando sus nutrientes; y los frutos secos, que sean tostados, por la misma razón.
• Aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra.
• Descarta la soja y sus derivados: las isoflavonas que contiene impiden que tu cuerpo pueda fabricar hormona tiroidea, sobre todo si eres mayor de 50 años.
• Consume alimentos ricos en magnesio: un déficit en este mineral hace que se altere la función tiroidea.

Como en todo régimen, y más aún si se habla de la alimentación para el hipotiroidismo, hay que seguir una alimentación equilibrada y consumir sólo las calorías necesarias dependiendo de la edad, estatura, peso y actividad física de la persona afectada.

Cuando nos afecta el hipotiroidismo, debemos evitar en la medida de lo posible o reducir al mínimo el consumo de ciertas frutas como la naranja, el limón, el aguacate, el melocotón o la ciruela -por su contenido en ácido cafeico-, la uva y la granada por el ácido elágico y el melón por contener litio.

Una alimentación correcta e incorporar unos sencillos hábitos en el día a día permiten a quien tiene hipotiroidismo llevar una vida totalmente normal

Antes de terminar de hablar de la alimentación, recuerda que quien tiene hipotiroidismo debe comer varias veces al día (al menos cinco) y no de manera copiosa. Es mejor muchas veces y poca cantidad, que pocas veces y mucho; lo ideal sería hacer tres comidas principales y complementar con dos tentempiés, comer cada cuatro o cinco horas y que no pase más de una hora desde que se levanta hasta el momento en que desayuna. Beber entre litro y medio y dos litros de agua diariamente y evitar la cocina con muchas grasas, prefiriendo las preparaciones a la plancha, horno o vapor, por ejemplo.

Si padeces hipotiroidismo y te quedas embarazada, debes saber que, en los primeros meses de gestación, para el correcto desarrollo de órganos como el cerebro, el feto depende de las hormonas que produce la tiroides de su madre. De ahí que sea vital que tu hipotiroidismo esté bajo control y que tu médico haga un seguimiento exhaustivo de tu patología.

Los niños que nacen con hipotiroidismo de tipo congénito (esto quiere decir que cuando nacen no tienen función tiroidea) pueden padecer patologías neurológicas y cognitivas severas que pueden durar toda su vida si no se diagnostican y tratan de manera precoz.

Para tu tranquilidad, al recién nacido se le hacen pruebas de detección temprana para controlarlo.

Tener un seguro de salud nos abre las puertas a las consultas de especialistas como el endocrino o el nutricionista, que nos pueden ayudar y mucho a llevar mejor nuestra enfermedad, de manera que podamos hacer una vida totalmente normal siendo conscientes del tipo de alimentación que debemos favorecer y el que debemos evitar, de las que serían nuestras rutinas o hábitos ideales y haciendo un seguimiento de la patología que padecemos. 

Si usas un comparador de seguros médicos, podrás comprobar cuál es el que más se adapta a tus necesidades, y ya te adelantamos que en la gama Plena de Adeslas seguro que lo encuentras.