Cólico del lactante

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Los cólicos del lactante, son una de las consultas más frecuentes con las que se encuentran los pediatras. Este trastorno afecta a aproximadamente a uno de cada cuatro bebés en los primeros meses de vida y puede ocasionar más de una situación angustiosa en la familia.

¿Qué es el cólico del lactante?

Los padres pueden reconocer el cólico del lactante porque el bebé está en una situación de llanto constante. Cuando estamos ante un niño sano, se descarta cualquier posible relación con los motivos más habituales por los que puede llorar, como, por ejemplo: necesita un cambio de pañal, tiene hambre, sed o sueño, está incómodo por ruidos, calor, frío.

El llanto que provoca un cólico es intenso, duradero e inconsolable. Lo cual puede resultar muy desesperante para los padres porque no desaparece con arrullar al bebé ni se pasa dándole de comer o con un cambio de pañal.

Los pediatras hablan de una especie de regla en torno al número tres y te contamos porqué. Se produce un llanto intenso durante un mínimo de tres horas diarias, que se presenta al menos tres días a la semana y se prolonga durante más de tres semanas.

El llanto causado por el cólico del lactante se diferencia de otros tipos de llanto porque se inicia y finaliza de manera súbita. Además, el bebé llora sin parar y aprieta los puños poniéndose rojo. Es común que los pequeños encojan las piernecitas sobre el abdomen y no paren de llorar en ninguna postura. Estos episodios pueden durar desde 15 minutos a varias horas y son más frecuentes durante la tarde y la noche. Una vez cesa, el bebé no da muestras de enfermedad o de malestar.

Por lo general, los cólicos aparecen en torno a los 15 días de vida del recién nacido y suelen ir desapareciendo progresivamente hasta que el bebé alcanza los cuatro meses de edad.

Causas de los cólicos

El porqué de estos cólicos del lactante no está muy claro. Hay teorías que hablan sobre posibles causas gastrointestinales, apuntando a la posible inmadurez del tracto digestivo cuando se producen digestiones más pesadas. Esto conlleva a que se acumulen los gases en el bebé, o que se produzcan situaciones en las que se causarían contracciones involuntarias del tubo digestivo. En esta línea, tendrían un importante papel las alteraciones de la flora intestinal.

Por otro lado, se han relacionado como posible causa de los cólicos motivos psicosociales como, por ejemplo, cuando se da una respuesta exagerada o ansiosa al llanto la realización por parte de los padres, o si se produce una alteración de las rutinas diarias del bebé. Incluso se han asociado a padres con poca experiencia o falta de práctica. Esto suele pasar en padres primerizos que se asustan más antes cualquier situación que les resulte desbordante con el bebé.

Sin embargo, las causas del mismo no están bien definidas. Ciertos estudios han descartado como causas las relacionadas con el tipo de alimentación del bebé, ya que las diversas investigaciones al respecto, no han encontrado diferencias significativas entre la incidencia de cólicos en los bebés que son alimentados con biberón de los pequeños que son amamantados con leche materna.

Aún sí, es relevante destacar que sí parece que los bebés lactantes que son alimentados con leche materna presentan menor prevalencia de cólicos.

Tratamiento de los cólicos del lactante

Si el bebé presenta un llanto incesante que no identificas de donde viene, debes acudir al pediatra.  Este suele diagnosticar este trastorno consultando la historia clínica, los síntomas explicados por los padres y la exclusión de otra causa del llanto mediante la exploración del bebé. Además, no requiere hacer ninguna prueba concreta.

En los casos en los que exista alguna duda sobre el diagnóstico, el pediatra sí que podrá requerir de la realización de las pruebas complementarias que considere oportunas para descartar otras enfermedades que pudieran ser responsables de los episodios de llanto.

Es muy importante que sepas que no existe un tratamiento específico para el cólico del lactante, y que es debido a que su origen no está del todo claro. No obstante, es un trastorno benigno, que conforme el bebé va creciendo los episodios de llanto van disminuyendo, tanto en tiempo como en duración. Finalmente suelen desaparecer antes de que el bebé cumpla los cuatro meses.

Pero no desesperes, porque si es tu caso, existen algunos consejos que te pueden ayudar para enfrentarte a esta situación. Recuerda que la norma número uno es la paciencia, y tratar de que tu bebé se sienta seguro y arropado durante el momento del cólico.

Es conveniente cogerle en brazos y colocarlo en alguna postura que veamos que le alivia o le calma algo, no hay una postura más indicada que otra, porque puede variar en cada niño. Es muy recomendable aplicar un masaje en el abdomen con la ayuda del movimiento de las piernas, porque les ayuda a expulsar los gases. También puedes realizar un movimiento constante meciéndolo suavemente o dando un paseo en su cochecito. Cualquier opción es válida si le relaja.

Para evitar los cólicos es importante observar que el bebé no trague demasiado aire cuando coma, tanto si se alimenta por el pecho como si lo hace con biberón. Cuando acabe la toma es conveniente ponerle durante un rato en posición vertical para asegurarnos de que expulsa el aire correctamente.

Existen ciertas teorías sobre los tratamientos que debes conocer, ya que no están exentas de polémica. Uno de ellos es el uso de los probióticos para los cólicos. En muchos estudios se ha relacionado la disminución de los episodios de cólicos del lactante con la administración del probiótico Lactobacillus reuteri en aquellos bebés que son amamantados por medio del pecho.

Pero, existen otros estudios que no demuestran una relación significativa. En la práctica clínica, pese a que no se puede realizar una recomendación sistemática, dado que el uso de este probiótico no presenta efectos adversos en un paciente previamente sano, en el que ya se ha descartado otro origen del llanto y que no presenta comorbilidades, su uso en un paciente con lactancia materna puede estar indicado.

Por otro lado, ante el uso de infusiones o productos de parafarmacia que se venden para aliviar los cólicos del lactante, los especialistas advierten de que no hay evidencias de su eficacia y que sirven como placebo. Además, es muy importante ser prudentes en la administración de las mismas, ya que algunas infusiones, como las de anís estrellado pueden ser tóxicas si se ingieren en grandes cantidades.

No dudes en consultar con el pediatra para descartar que existan otras alteraciones que puedan estar detrás de los episodios de llanto, especialmente si van acompañados de diferentes signos no compatibles con el diagnóstico de cólicos del lactante, como: rechazo de alimentación, vómitos repetidos, deposiciones con sangre o de color negro, diarrea constante, decaimiento/sudoración/mal aspecto entre episodios de llanto, llanto en relación con las tomas, irritabilidad durante todo el día…

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