La neumonía en los recién nacidos

Recién nacido con una mascarilla para poder respirar Enfermedades

La neumonía no es una enfermedad desconocida y, desgraciadamente se ha hecho bastante patente a raíz de la pandemia sufrida unos años atrás.

Se trata de una infección pulmonar grave que puede afectar a los recién nacidos, especialmente durante los primeros 28 días de vida. Esta patología puede originarse por transmisión vertical desde la madre durante el parto o adquirirse en el entorno hospitalario. Entre los agentes etiológicos más comunes se encuentran bacterias como el Streptococcus agalactiae (estreptococo del grupo B) o Escherichia coli, así como diversos virus y hongos. Los recién nacidos prematuros o con bajo peso al nacer presentan un riesgo elevado, debido a la inmadurez de su sistema inmunológico.

El diagnóstico precoz y el tratamiento inmediato con antibióticos son fundamentales para reducir la morbilidad y mortalidad asociadas a esta enfermedad.

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¿Cuál es el tratamiento de la neumonía en bebés?

El tratamiento de la neumonía en recién nacidos es una urgencia médica que requiere ingreso hospitalario inmediato, dado que la evolución de la infección puede ser rápida y grave en esta etapa tan vulnerable de la vida, por lo que se debe iniciar el tratamiento con antibióticos lo antes posible para evitar complicaciones, como una sepsis o un fallo respiratorio.

El antibiótico utilizado dependerá del microorganismo que se identifique en los cultivos microbiológicos, aunque en la fase inicial suele optarse por un tratamiento empírico de amplio espectro hasta disponer de los resultados.

La neumonía en recién nacidos puede progresar rápidamente a una sepsis, por lo que el diagnóstico temprano es fundamental

En los casos más graves, en los que la función pulmonar del bebé se ve seriamente comprometida, puede ser necesario proporcionar soporte respiratorio, que incluye desde oxigenoterapia hasta ventilación mecánica invasiva. El alta hospitalaria no se contempla hasta que el recién nacido se encuentra completamente recuperado y ha superado la fase crítica.

¿Cómo prevenirla? La ayuda de un seguro de salud

La prevención de la neumonía en recién nacidos y lactantes es fundamental para reducir la morbilidad y mortalidad asociadas a esta enfermedad. Entre las medidas más efectivas se encuentran la vacunación sistemática, especialmente con la vacuna antineumocócica conjugada, recomendada desde los dos meses de edad, y la vacuna contra Haemophilus influenzae tipo B (Hib). Además, es crucial mantener una higiene adecuada, como el lavado frecuente de manos, evitar la exposición al humo del tabaco y garantizar una nutrición correcta.

Contar con un seguro de salud es esencial, ya que puede facilitar un rápido acceso a pediatras y especialistas, permitiendo un seguimiento continuo del desarrollo del niño y la administración oportuna de vacunas, en su caso. En El Corte Inglés Seguros encontrarás seguros médicos que brindan ese acceso a una amplia red de profesionales y centros especializados, asegurando una atención integral y de calidad para los más pequeños.

Además, la cobertura de pediatría en nuestros seguros incluye los exámenes de salud en el recién nacido, muy útiles y necesarios para la detección de metabolopatías y detección precoz de la hipoacusia, entre otros.

Ya que es importante contar con una póliza médica, es muy recomendable que realices una comparativa de seguros de salud antes de contratar una, con el objetivo de escoger aquella con las coberturas que mejor se adapten a tus necesidades y las de tu bebé.

¿Cuáles son los síntomas?

Esta infección pulmonar grave, puede manifestarse en los recién nacidos durante las primeras horas o días de vida.

Los síntomas de la neumonía incluyen dificultad para respirar, rechazo de la alimentación presentando dificultad para la succión, tos, mucosidad, fiebre y mal aspecto general. Dado que el sistema inmunitario del neonato es aún inmaduro, la infección puede propagarse rápidamente y evolucionar hacia una sepsis, una condición potencialmente mortal, por lo que el diagnóstico temprano y el tratamiento inmediato son esenciales para mejorar el pronóstico.

Tipos de neumonía en bebés

Hay distintos tipos de neumonía en recién nacidos, que se clasifican según el momento de adquisición y la vía de infección.

Neumonía congénita

La neumonía congénita es una forma grave de infección neonatal que se desarrolla cuando el feto contrae microorganismos a través de la placenta durante la gestación. En estos casos, la afectación pulmonar es una manifestación de una infección sistémica generalizada, es decir, es una complicación de una infección, que puede progresar rápidamente a sepsis en las primeras horas de vida. Entre los patógenos implicados se encuentran bacterias como la Listeria monocytogenes, así como virus como el citomegalovirus.

Neumonía intrauterina

Esta es una infección pulmonar que se desarrolla en el feto antes del nacimiento, generalmente debido a la inhalación de líquido amniótico contaminado con bacterias o virus provenientes del tracto genital materno. Esta situación suele estar asociada a la rotura prematura de membranas o a infecciones genitales maternas. De hecho, estos dos supuestos pueden darse juntos.

Clínicamente, es difícil diferenciar la neumonía intrauterina de la congénita, ya que ambas comparten síntomas similares, como los más arriba indicados. Por esta razón, a menudo se consideran equivalentes en la práctica clínica.

Neumonía adquirida durante el parto

Se produce cuando el recién nacido inhala secreciones maternas contaminadas o líquido amniótico infectado al atravesar el canal del parto. Esta forma de neumonía neonatal se clasifica como de inicio precoz, ya que suele manifestarse en las primeras 72 horas de vida.

Los factores de riesgo también incluyen la rotura prematura de membranas y el sufrimiento fetal, que aumentan la probabilidad de aspiración de material contaminado. Los agentes causales más frecuentes son bacterias como Streptococcus agalactiae (estreptococo del grupo B), pero también pueden intervenir virus como el herpes simple y hongos como la Cándida.

Neumonía posnatal

También conocida como de inicio tardío, este tipo de neumonía se manifiesta en los recién nacidos después de los primeros siete días de vida.

Su origen más frecuente es nosocomial, es decir, adquirida en el entorno hospitalario, especialmente en unidades de cuidados intensivos neonatales. La causa suele ser el uso de procedimientos invasivos (vías o accesos venosos, sondas, respiradores…), pero a ello se le suma la inmunodepresión natural del recién nacido y su vulnerabilidad, lo que hace al bebé propenso a tener infecciones graves. Asimismo, este tipo de neumonía también puede ser causada por los microbios que pueden estar en su entorno, es decir, ya fuera del hospital y su transmisión es debida al contacto con familiares.

La mayoría son neumonías bacterianas, aunque también pueden intervenir virus, siendo el Virus Respiratorio Sincitial (VRS) el más común en infecciones adquiridas en el entorno, o ser fúngicas. En cualquier caso, su tratamiento requiere la hospitalización, la administración de antibióticos específicos y, en casos graves, ayudar con soporte respiratorio.

Como no hay nada mejor que la prevención, no dejes pasar más tiempo y hazte con un buen seguro de salud que cuide del bienestar de los que más quieres.