¿Es posible contratar un seguro médico para operarse?
En este artículo podrás informarte acerca de
Tomar la decisión de contratar un seguro médico para una hacerse una intervención quirúrgica es una elección que efectivamente puede aportar cierta seguridad económica y tranquilidad psicológica en momentos complicados de salud. La contratación de un seguro médico nos proporciona un apoyo que abarca desde los gastos de las consultas previas o la cirugía hasta los cuidados postoperatorios.
Cuando consideramos las opciones a nuestra disposición y hacemos una comparativa de seguros de salud es fundamental informarse bien acerca de las coberturas específicas para la intervención que necesitamos, los plazos de espera, los cuadros médicos y si hay algún gasto además de la prima de la póliza, como en los casos de los seguros con copago.
Entender los límites de las coberturas y la posibilidad de que haya preexistencias es fundamental para tomar una decisión correcta. Contratar un seguro médico no solo implica proteger la salud, sino también la economía familiar ante situaciones médicas imprevistas. Pero no siempre se puede contratar un seguro médico específicamente para operarnos.
¿Es posible hacerse un seguro médico para operarse?
Hay pocos seguros médicos que cubran una cirugía de una patología que tengas (y conozcas) antes de contratar la póliza. Podrías encontrar condiciones especiales o algún tipo de descuento para llevarla a cabo, pero si tienes un problema en la rodilla (por ejemplo) desde hace tiempo y contratas un seguro de salud para operarte, tu circunstancia será considerada una preexistencia y no cubrirán la cirugía, a no ser que procedas de un seguro de salud anterior con otra compañía.
Contratar un seguro médico con el único objetivo de operarse puede ser arriesgado, ya que nos encontraremos con carencias o preexistencias
Lo más sensato es pensar que debemos contratar nuestro seguro médico mientras estamos bien de salud, ya que estamos reduciendo las posibilidades de no tener coberturas el día que las necesitemos. Si tienes una póliza de salud, podrás operarte de aquello que te preocupe si se da el caso, si sufres una enfermedad o necesitas una cirugía cualquiera (siempre que esté dentro de las coberturas marcadas en las condiciones de tu seguro). Además de la operación, tendrás cubierta la hospitalización posterior si no es una cirugía ambulatoria.
Estas son algunas de las ventajas de suscribir un seguro médico para operarse con toda garantía, acortando enormemente las listas de espera que, en algunos casos, podrían empeorar nuestro estado en aquellos casos en que el tiempo juega en nuestra contra.
Además, te da la posibilidad de escoger a tu especialista o cirujano del cuadro médico de tu seguro de salud, eligiendo así aquel de quien tengas referencias o te de mayor tranquilidad.
Dos conceptos claves: preexistencias y carencias
Son estos dos términos que deberían, cuando menos, sonarte un poco si estás buscando un nuevo seguro de salud o sopesando alternativas para el que ya tienes. Las preexistencias y las carencias deben ser consideradas con atención cuando contratamos un seguro, ya que hay claras condiciones al respecto y no debemos pasarlas por alto para evitar llevarnos una sorpresa (siempre desagradable) en el momento más inoportuno.
Preexistencias
Las preexistencias son las condiciones médicas que una persona tiene antes de contratar un seguro de salud. Pueden incluir enfermedades crónicas, lesiones o cualquier otro problema de salud que ya esté presente en el momento de suscribir la póliza. Algunos seguros médicos pueden presentar exclusiones o limitaciones en cuanto a la cobertura de preexistencias, lo que significa que los gastos relacionados con ellas pueden no estar completamente cubiertos o pueden estar sujetos a condiciones específicas.
Es fundamental revisar las cláusulas del seguro para entender cuál es la política de la aseguradora respecto a las preexistencias o si hay algún tipo de tiempo de espera antes de que la cobertura total esté disponible.
Carencias
Las carencias son los conocidos períodos de tiempo que debemos guardar para poder disfrutar completamente de ciertas coberturas de nuestro seguro. Durante algún tiempo, determinadas coberturas del seguro no estarán disponibles cuando contratemos la póliza. Estos plazos varían dependiendo del tipo de cobertura del que estemos hablando y de la compañía de seguros, aunque son bastante parecidos en casi todas ellas.
En el contexto de un seguro de salud, las carencias pueden aplicarse a procedimientos específicos, como cirugías programadas, partos, o algunos tratamientos especializados. Durante el periodo de carencia, el asegurado no puede hacer uso de esos servicios concretos, por lo que es esencial comprender y conocer los períodos de carencia al contratar un seguro médico, ya que afectan a la disponibilidad inmediata de ciertas coberturas que quizá sean las que estamos buscando y por las que contratamos ese seguro de salud.
¿Hay algún seguro médico sin carencias y sin preexistencias?
Aunque a más de uno se le habrá ocurrido contratar un seguro estando enfermo, la opción no es la más acertada, ya que se encontrará con los dos escollos que acabamos de explicar. Imagínate la cara que se te puede quedar si contratas un seguro de salud para operarte de algo y te enteras de que no será posible, al considerarse una preexistencia la patología por la que precisas la intervención. O que te urge pasar por el quirófano y resulta que justo esa cirugía tiene una carencia de ocho o diez meses.
Por eso es importante contar con un seguro de salud desde antes, contratarlo cuando no tenemos ningún problema, de manera que, si surge en el futuro, no suponga un impedimento el hecho de ser recién asegurados.
Además, siempre se hace uso de una póliza de salud, ya que puedes acudir a urgencias, a la consulta de tu médico de familia, acceder a los especialistas con mayor facilidad (y rapidez) o incluso incluir servicios dentales en tu seguro médico.
Es muy difícil encontrar a alguien que no visite a un médico ni una sola vez en el plazo de un año, y si lo hace y quiere acudir a una consulta privada, puede llegar a pagar un importe importante dependiendo del especialista al que recurra, y si hay que añadir pruebas u hospitalizaciones, será mucho más elevado que la prima anual de un seguro de salud.