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En la actualidad, el número de vehículos asegurados que circula por las carreteras españolas supera los 32 millones de unidades, cifra que representa un aumento del 0,7% durante el último año, porcentaje que traducido en número de vehículo supone que más de 232.000 nuevos vehículos puedan circular por España: es decir que, como mínimo, se encuentren en posesión del Seguro Obligatorio de Responsabilidad Civil requerido por la legislación vigente. En ese sentido, tal y como ha quedado patente en varios informes de Unespa (Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras) acerca de la evolución del número de accidentes, al haber mayor cantidad de vehículos en escena aumenta la posibilidad de que estos puedan verse implicados en un percance. Sinestros que, un alto porcentaje, suelen ser clasificados como leves, los denominados “golpes de chapa”, en los que no concurren daños corporales (de carácter físico) ni en los conductores ni en los ocupantes; en 2019, se registraron en España 1,94 millones de estos “golpes de chapa”.
¿Qué hacer si se está implicado en un accidente?
Con base en los datos anteriormente expuestos, cada año, un gran número de conductores en España se ven involucrados en percances con otros vehículos. Por lo tanto, si se da la circunstancia de estar implicado en un accidente con otro vehículo, es fundamental saber como actuar ante esta coyuntura. Así, en primer lugar, resulta primordial mantener la calma cuando se presenta una situación así. A continuación, si en el accidente están implicados dos vehículos, situación que concurre en el 85% de las ocasiones, y tras comprobar que el siniestro no ha ocasionado daños corporales (de carácter físico), se recomienda, en el caso de que sea posible, retirar ambos vehículos a una zona segura para poder comenzar con el proceso a seguir para comunicar lo ocurrido a las entidades aseguradoras involucradas en el accidente. Pues bien, una vez estacionados los vehículos de manera segura, lo más común es que los conductores implicados en el siniestro hagan uso de la declaración amistosa de accidentes (DAA) para dar parte de lo sucedido a las compañías.
¿Qué es un parte amistoso de accidentes?
La anteriormente mencionada declaración amistosa de accidentes (DAA), conocida popularmente como parte amistoso de accidentes, es un documento que sirve para explicar y así poder determinar de que forma se ha ocasionado el siniestro, con el objetivo de tratar de aclarar que conductor ha sido el responsable de lo sucedido. Esta fórmula se utiliza en España desde 1988, año en el que entró en vigor el Convenio de Indemnización Directa (CIDE), que tiene como finalidad agilizar la liquidación y apoyo al asegurado de los daños causados exclusivamente a los vehículos implicados en un siniestro. En ese sentido, la manera de acelerar el proceso es que sea la propia aseguradora la que perite y pague los daños. Pero, esta solución (CIDE) solo podrá ser aplicada en el caso de que los dos conductores firmen la declaración amistosa de accidentes (DAA) debidamente cumplimentada. Por eso preciso motivo, dos años más tarde se crearon los convenios suplementarios ASCIDE, mucho menos restrictivos (no necesitan estar totalmente cumplimentados) y que amplían hasta los 15 días el plazo a la aseguradora para aceptar la responsabilidad del siniestro. Por lo tanto, antes de la aparición de los convenios ASCIDE, si uno de los dos conductores involucrados en el accidente no quería firmar, lo recogido en el parte amistoso de accidentes, había que informar de lo ocurrido a las autoridades de tráfico competentes para que elaborasen un atestado de lo acontecido.
¿Cómo se rellena un parte amistoso de accidentes?
La declaración amistosa de accidentes (DAA), también conocida como parte amistoso de accidentes, es un documento que, en su modelo oficial homologado para la mayoría de países de la UE, está compuesto por dos hojas de papel autocalcable. Pues bien, antes de comenzar a rellenar el parte amistoso de accidentes, conviene tener presente que no es una tarea difícil, aunque se debe estar calmado para realizarla de manera correcta; en ese sentido, hay que tener en cuenta que el parte debe estar totalmente cumplimentado, sin obviar ningún dato. Por lo que, cuantos más datos se aporten y de manera más clara se explique lo sucedido, mejor cumplirá este documento su función. Asimismo, también conviene tener claro que una vez cumplimentado y firmado por ambas partes, la resolución del conflicto quedará en manos de las aseguradoras, conforme a lo previsto en el CIDE. De hecho, una vez firmado por ambos conductores, no se podrá añadir nada al documento.
Así, en primer lugar se recomienda detallar los datos básicos del accidente: fecha, hora, lugar (lo más exacto posible), el número de vehículos implicados, así como si a causa del siniestro se han ocasionado daños y su carácter (corporales o materiales) y, aspecto de vital relevancia, si ha habido testigos o no de lo sucedido.
Después, hay que especificar los datos concernientes a ambos vehículos: el A (de color azul) y el B (de color amarillo). De este modo, cada apartado contiene los datos particulares del asegurado, las características concretas del vehículo, la información relativa a su aseguradora, además de los datos del conductor involucrado en el suceso. Asimismo, al punto concreto de impacto inicial en cada vehículo también se le concede una importante relevancia a la hora de cumplimentar el parte amistoso de accidentes. Además, este bloque se encuentra reservado para anotar los daños que ha sufrido cada automóvil, así como para explicar con claridad como se ha producido el accidente, en el caso de que ninguna de las 17 situaciones propuestas en el parte se ajuste a los hechos acontecidos. Por el contrario, en el caso de que una o más de las situaciones propuestas coincidan con lo ocurrido, deberán ser señaladas con una “x” en el documento. En concreto, la descripción de la columna central es la que más errores acumula, lo que hace que el 25% de las reclamaciones no se resuelva correctamente.
A continuación, hay que elaborar un croquis del accidente, lo más riguroso posible, por lo que hay que ser generoso a la hora de aportar detalles sobre como se ha producido el percance, si se quiere evitar encontrarse con sorpresas posteriores. El mencionado croquis, en un primer momento, será un elemento decisivo para determinar cual de los conductores ha sido el causante del accidente; por ejemplo, debe reflejar si un coche estaba bien aparcado o no, si respetó o no una señal… De igual modo, si es posible, también conviene hacer fotografías, que por lo general suelen ser de gran valor a la hora de determinar quien ha sido el responsable del accidente. Asimismo, si no se está conforme con lo que se recoge en el parte amistoso de accidentes es mejor no firmarlo, ya que si se firma se está aceptando todo lo que se incluye en el mismo. Y, por último y de vital importancia, desde el preciso instante en el que sucede un accidente, se cuenta con el plazo de una semana para notificarlo a la aseguradora en cuestión.
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