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El anexo a un seguro es un documento que se adjunta a la póliza, en el que se procede a indicar alguna modificación a la misma, o a aclarar el contenido de alguno de sus puntos. El contrato de seguro inicial no se ve alterado en sus condiciones y mantiene su validez, si bien en estos documentos se indican detalles complementarios al mismo.
Para que los detalles que se indican en el anexo de un contrato de seguro sean válidos y puedan tener efecto, este anexo debe ser aceptado y firmado tanto por el asegurador como por el tomador del seguro. De no ser así, las modificaciones que se tratan de incorporar al contrato inicial no tendrían efecto.
Estas modificaciones pueden ser de muy distintos tipos, generando así anexos diferentes para cada situación; así, podemos encontrar anexos que anulan o que excluyen, anexos que por el contrario se redactan para incluir, y anexos que corrigen o que aclaran determinados aspectos que forman parte del contrato de seguro.
Así, por ejemplo, cuando hablamos de nuestra póliza de seguro de hogar, podemos encontrar la cobertura de contenido aplicada a determinadas piezas del mobiliario, pero excluyendo otro tipo de pertenencias, como pueden ser joyas o piezas de especial valor. En el caso de que queramos que nuestro seguro de hogar contemple la cobertura de estas piezas concretas, deberemos incluirlas en un anexo al contrato.
Un anexo de otro tipo sería el utilizado para comunicar la desaparición de uno de los conductores que en un principio se declararon como habituales en nuestro seguro de coche. En este caso, el anexo trataría de disminuir las coberturas contratadas inicialmente, por lo que podría tener como consecuencia la disminución de la prima.
Un anexo puede servir tanto como para ampliar coberturas como para cambiarlas, entre otros
Es necesario aclarar que los anexos a un contrato de seguro son escritos de carácter legal, y que para surtir el efecto previsto han de ser firmados por ambas partes. Como hemos visto, un anexo puede modificar las condiciones expuestas en el contrato, añadir condiciones nuevas, así como aclarar términos usados o incluso el alcance de estos términos. Deben ser por tanto objeto de estudio por parte del tomador del seguro, así como por parte de la compañía aseguradora, cuando la modificación prevista en el anexo proceda del tomador o del asegurado.
Los anexos se conocen también en el ámbito asegurador como suplementos, llegando incluso a tener la condición de términos sinónimos.
Ya hemos hablado anteriormente de la ampliación de coberturas, como podría ser la inclusión en la póliza de seguro de coche de un conductor novel; para esta inclusión puede utilizarse un anexo. Hemos hablado también del alcance de la cobertura; una extensión del espacio en el que nuestra póliza de seguro de salud tiene efecto podría realizarse mediante otro anexo. Incluso la cesión de determinados derechos puede aparecer consignada en un anexo al contrato de seguro.
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