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El daño corporal o daño personal se define como el daño que afecta a la integridad física de una persona.
Como se puede observar, bajo esta definición puede encontrarse un abanico inmenso de posibilidades, tan inmenso como el número de estados de salud en los que nos podemos encontrar, o el número de daños a los que debamos hacer frente tras haber sufrido un accidente.
La valoración del daño personal es por tanto objeto de los seguros de accidentes, así como de los seguros de vida, y por supuesto, forma también parte de los seguros de coche y seguros de moto, en tanto en cuanto será necesario evaluar el daño corporal sufrido a la hora de establecer la indemnización a la que el asegurado puede tener derecho tras sufrir un accidente.
Dicha valoración debe hacerse por un perito médico, que será el encargado de determinar no solo la causa de los daños, sino también las secuelas a las que el accidentado deberá hacer frente en el futuro, e incluso el tratamiento al que deberá someterse para su recuperación.
A la hora de establecer de forma correcta una indemnización, el perito médico deberá emitir un informe médico – pericial, en el que deberá hacer referencia a la evaluación del lesionado, a la pérdida de integridad corporal sufrida, y al daño que pueda derivarse tanto en sus bienes patrimoniales como extrapatrimoniales. Un informe detallado acerca del daño corporal permitirá su delimitación más perfecta, así como la mejor valoración de la indemnización a recibir.
Se debe realizar una valoración del daño personal en caso de accidente, pues de esta depende que se establezca correctamente una indemnización
Los baremos para la valoración del daño corporal, en particular el sufrido en los accidentes de circulación, cambiaron tras la aprobación de la Ley 35/2015, de 22 de septiembre. Si bien anteriormente se usaba un sistema de tablas que generalizaba los daños corporales, con la aprobación de esta ley se pasó a valorar de forma independiente cada caso concreto. Así, del uso de unas tablas de daños generales, que de alguna manera venían a mostrar los daños que todos sufriríamos si tuviéramos un accidente, se pasó a la individualización de los daños, de manera que un mismo accidente puede generar diferentes daños corporales en diferentes personas, de acuerdo con sus características personales.
La consecuencia no es otra que el acceso a indemnizaciones más justas. Parece obvio pensar que cada persona es diferente, cada cuerpo es diferente, y cada estado de salud es diferente también, por lo que, tras un mismo accidente sufrido por dos personas diferentes, los daños corporales de cada uno pueden no ser los mismos, por lo que la indemnización a la que tengan derecho no será tampoco la misma.
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