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La definición de patrimonio que nos encontraríamos en cualquier diccionario sería algo parecido a ese conjunto de bienes, derechos, obligaciones y cargas que pertenecen a una persona, a un grupo de personas o a una empresa.
Los elementos que conforman un patrimonio pueden ser considerados como propios, aunque también como heredados.
Esta definición se ajusta, por supuesto, al ámbito económico, puesto que también se emplea para categorizar ciertos lugares, obras de arte, costumbres… que se consideren de alto valor para la humanidad, siendo este un patrimonio tanto tangible como intangible. Se emplean para ello los conceptos de Patrimonio Cultural, Natural, Construido, Intangible…
Volviendo a su uso a nivel económico, es algo habitual que, tanto la ausencia, así como la abundancia de patrimonio, se utilicen como medidor de la riqueza y bienestar de personas y colectivos. Es frecuente, de hecho, que se tenga tendencia a identificar de forma automática el significado de “patrimonio” con los términos de “riqueza” o “hacienda”, así hablemos de personas o de empresas.
El patrimonio son todos los bienes (propios y heredados) que pertenecen a una persona
Los seguros de daños patrimoniales son un tipo de póliza diseñada para proteger el patrimonio económico de una persona o una empresa ante posibles pérdidas o daños tanto a sus activos como a sus propiedades. Estos seguros brindan cobertura en caso de situaciones imprevistas como incendios, inundaciones, robos, vandalismo y otros desastres que puedan afectar el valor de los bienes asegurados.
Estos seguros son vitales para mitigar el impacto económico que podría sobrevenir tras situaciones inesperadas que pusieran en peligro ese patrimonio. Además de cubrir daños materiales, algunas pólizas de daños patrimoniales también podrían incluir la cobertura de lucro cesante, que compensa las pérdidas de ingresos debido a la interrupción temporal de la actividad comercial a causa de un evento cubierto en la póliza.
Las coberturas pueden variar según el tipo de seguro de daños patrimoniales elegido. Por ejemplo, un seguro de hogar protege la vivienda y su contenido, mientras que un seguro comercial puede cubrir los activos de una empresa, como edificios, equipos y demás material o herramientas. Además, se pueden añadir más coberturas de acuerdo con las necesidades concretas del asegurado.
El patrimonio neto representa la diferencia entre los activos y pasivos de una persona o de una empresa en un momento determinado. Simplificando, sería el valor que quedaría si se liquidaran todos los activos y se pagasen todas las deudas. El patrimonio neto es un gran indicador de solidez económica y salud financiera.
Para calcular el patrimonio neto, se restan los pasivos totales (deudas y obligaciones) de los activos totales (propiedades, inversiones, efectivo…). Un patrimonio neto positivo quiere decir que los activos superan a las deudas, lo que es señal de estabilidad financiera. Por otro lado, un patrimonio neto negativo indica que, en este caso, las deudas superan a los activos, lo que suele indicar problemas económicos y financieros. Es fundamental hacer un seguimiento del patrimonio neto para poder evaluar nuestra evolución financiera y tomar decisiones correctas sobre los gastos que se pueden acometer, así como sobre posibles inversiones o préstamos.
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