¿Qué es un PIAS?
En este artículo podrás informarte acerca de
PIAS, PPA, SIALP… pero ¿qué es todo esto? Vengo de hablar con un compañero que ha dicho que acaba de contratar algo así como un PIAS, entro en una web buscando información y lo único que consigo es encontrar siglas y siglas sin conseguir enterarme de qué me están hablando. Vale, calma, vamos a tratar de desgranarlo en este artículo.
Vaya por delante el objetivo de estos productos. Estamos hablando de productos financieros que podemos contratar para intentar que, en un futuro, cuando dejemos de trabajar y llegue la edad de jubilación, podamos disponer de algo más de dinero que el que nos corresponde por la percepción de la pensión de la Seguridad Social. Ahora que ya conocemos el objetivo, vamos a ver con más detenimiento en qué consiste cada uno.
Quizá no lo sepas, pero como es algo que muchas empresas tienen entre los beneficios que prestan a sus trabajadores, a lo mejor tienes uno ya. Estamos hablando de un plan de pensiones. Si es así, sabrás que cada mes, nuestra empresa destina un porcentaje (habitualmente bajo) de nuestro salario y lo ingresa en un plan de pensiones que pertenece a una entidad bancaria. Este plan de pensiones es muy parecido a un PPA, un Plan de Previsión Asegurado. En ambos casos habremos de esperar a que llegue la edad de jubilación, o a que se produzca un caso excepcional como una invalidez permanente para poder disponer del dinero que se ha ido ahorrando.
¿Qué es un PIAS?
Las siglas PIAS responden al Plan Individual de Ahorro Sistemático. Son planes que no son muy conocidos, ya que se comenzaron a ofrecer tras la reforma fiscal de 2007 y están basados en el mismo concepto que un plan de pensiones, es decir, aportaciones periódicas a un producto de ahorro. Sin embargo, las diferencias con los PPA o los planes de pensiones tradicionales son muy significativas.
Una de las diferencias es que no se trata de un producto bancario, sino de un producto que forma parte del ámbito de los seguros, en particular, seguros de vida. Pero la diferencia principal se basa en el momento de la percepción de la cantidad que hemos ido ahorrando. Mientras que en un plan de pensiones o un Plan de Previsión Asegurado debemos esperar a la jubilación, un PIAS nos permite disponer del dinero ahorrado desde cualquier momento pasados los primeros cinco años desde la primera aportación (antes de la reforma fiscal de 2015, debían pasar 10 años desde la primera aportación). Es obvio que es una diferencia importante.
Ventajas y desventajas de los PIAS
Existen además diferencias en cuanto al tratamiento fiscal de cada uno de los productos; mientras que en un plan de pensiones la ventaja fiscal se produce en el momento de la aportación, los PIAS tienen su ventaja fiscal asociada tanto a la aportación como al momento en que se decide percibir este capital, siempre que se haga en forma de renta vitalicia, y no como capital completo.
Debemos considerar las ventajas y desventajas de un PIAS para decidir si nos decantamos por éste o por un plan de pensiones tradicional
Otra de las ventajas de un PIAS es que el importe de la aportación, así como su frecuencia, son responsabilidad del tomador. Es decir, el asegurado decide cuánto destinar a esta forma de ahorro. Asimismo, actualmente también se puede decidir entre un PIAS plenamente garantizado, cuyo rendimiento se basa en un porcentaje técnico que no varía (plena garantía, menor rendimiento), o un PIAS cuyo rendimiento se puede obtener a partir de la inversión en productos de otro tipo, como fondos de inversión, de mayor o menor riesgo. La consecuencia principal es que el rendimiento de nuestro PIAS será más alto, pero no estará garantizado. En la actualidad se están ofreciendo ya PIAS mixtos, que garantizan una parte del capital, mientras que el otro queda sujeto a la variabilidad que pueda darse en los productos financieros en los que se invierta.
Por último, al ser un producto con el carácter de un seguro, hay una cantidad de la inversión que se dedica a constituir el seguro de vida, por lo que, en el caso de fallecimiento del titular, la ventaja es que el dinero no se pierde, sino que puede ser percibido por los beneficiarios estipulados en la póliza del seguro de vida. La desventaja, quizás, es que no se está dedicando el 100% de lo aportado a la inversión, lo que puede traducirse en un rendimiento algo más bajo.
Por otro lado, si pensamos que el capital por el que queremos que se genere rendimiento ha de ser el 100% de lo que aportamos, se trata de una desventaja, pero si pensamos en el concepto de seguro con el que nacen estos productos, quizá la desventaja no sea tal, todo dependerá de nuestro perfil inversor.
Y también debemos considerar que son productos que surgen con una limitación que debemos conocer: el capital anual destinado al ahorro no puede superar los 8.000 euros, y el capital final ahorrado no puede superar los 240.000 euros.
Cómo se rescatan y cómo tributan
De acuerdo a la edad que tengamos mientras percibimos la renta, pagaremos impuestos por un porcentaje de lo que percibamos:
- Por el 40% si tenemos menos de 40 años.
- Por el 35% si tenemos entre 40 y 49 años.
- Por el 28% si tenemos entre 50 y 59 años.
- Por el 24% si tenemos entre 60 y 65 años.
- Por el 20% si tenemos entre 60 y 69 años.
- Por el 8% desde que cumplimos los 70 años.
Al ser un producto pensado para su percepción una vez nos jubilemos (aunque permite también comenzar a percibirlo antes de esa fecha) está claro que la ventaja fiscal asociada a la edad es también importante. Hay que saber también que, al tratarse de un seguro, los rendimientos están también exentos de tributar.
Hemos dicho antes que se puede disponer de nuestro ahorro en cualquier momento después de los cinco primeros años desde la primera aportación; esto es así para que el producto se beneficie de la exención de tributación de los rendimientos. Si retiramos el dinero antes de los cinco primeros años el producto no tiene beneficios fiscales, sino que pasa a considerarse y a tributar como un depósito.
¿Una persona puede tener más de un PIAS?
No, solo puedes tener uno. Eso sí, podrías traspasar tu dinero de un PIAS a otro sin que suponga ningún gasto para ti o te repercutiera fiscalmente.
PIAS o plan de pensiones tradicional, ¿cuál elijo?
Dependiendo de los planes de futuro que tengas, de tu modo de vida y de otras fuentes de ingresos que puedas tener además de estas que mencionamos, serás tú quien defina qué se adapta mejor a tus necesidades. Si surge un imprevisto y necesitas retirar dinero de tus ahorros para la jubilación, podrás hacerlo si tienes un PIAS desde hace más de cinco años, pero no ocurre lo mismo con un plan de pensiones tradicional. Si sabes que puedes hacer frente a ese imprevisto sin necesidad de rescatar parte del dinero de tu ahorro, puede venirte bien la opción tradicional.
La forma de tributar también puede ayudarte a inclinar la balanza a uno u otro lado. Todo es cuestión de meditarlo y decidirte por el que más te interese para colocar un dinero que puede significar un apoyo importante en años venideros.