La mampara del baño, ¿la cubre el seguro de hogar?

Mampara de una ducha doble Trucos Hogar

Si tienes niños en casa, sabrás que entra dentro de lo posible que se te rompa la mampara del baño. O, sin involucrar a los niños, puede pasar cualquier percance que haga que se descuelgue, se agriete o se caiga, haciéndose añicos en el peor de los casos.

Y te habrás preguntado, antes de buscar alguien que repare el daño, si tu seguro de hogar ofrece este tipo de cobertura. Lo cierto es que esto depende del seguro que tengas contratado, aunque, normalmente, sí lo hace.

También se rompen de vez en cuando el cristal de una mesa, una ventana por un golpe de aire o un balonazo, la vitro o se agrieta un lavabo. Aunque todas ellas son importantes y peligrosas por el riesgo que corremos de sufrir algún corte, la rotura de la mampara es especialmente molesta porque darse una ducha hasta que se arregle este desperfecto será más incómodo, por no hablar de cómo dejaremos el cuarto de baño: perdido porque se saldrá el agua.

¿Cubre el seguro la rotura de la mampara de la ducha?

La rotura de la mampara de la ducha, siempre que esté fabricada en cristal o material similar y esté fijada a la estructura del baño, se considera parte del continente de la vivienda y suele estar cubierta por los seguros de hogar bajo la garantía de rotura de cristales. En el caso de los seguros de vivienda habitual que puedes encontrar en El Corte Inglés Seguros, se incluye esta cobertura en las tres modalidades disponibles: Hogar Esencial El Corte Inglés, Hogar Óptima El Corte Inglés y Hogar Supra El Corte Inglés. Todos ellos contemplan la reparación o sustitución de cristales, vitrocerámicas, mármoles, encimeras y mamparas, siempre que se trate de elementos fijos y de carácter constructivo.

El seguro básico ofrece una protección mínima pero suficiente para este tipo de daños; la modalidad Óptima amplía coberturas y límites de indemnización; y el seguro premium proporciona mayores garantías y servicios añadidos, como asistencia en el hogar o tramitación urgente. En cualquiera de los tres casos, la mampara de ducha queda cubierta, aunque puede existir un límite económico por pieza.

Por eso, es recomendable revisar las condiciones particulares de cada póliza para confirmar las exclusiones o las especificidades del material que puedan influir en la cobertura, así como comparar seguros de hogar, para que puedas elegir el que mejor se adapte a tus necesidades.

La cobertura de rotura de cristales

Hay excepciones, pero, generalmente, el seguro de hogar cubre o indemniza lo que cuesta reparar o sustituir los cristales, espejos, mamparas, vidrieras de las ventanas o puertas que se consideren parte fija de la casa. También se incluyen los muebles o componentes fabricados en mármol, piedra, metacrilato o similares. Dentro de la cocina, entra dentro de los bienes asegurables la vitrocerámica y, en el baño, los sanitarios (inodoro, bañera o plato de ducha, lavabos o bidés).

Según esto, podemos determinar que aquello que se considera que forme parte de la casa, estando fijado o integrado en ella, entrará en las coberturas del seguro de hogar que contratemos.

El seguro de hogar suele cubrir la reparación o sustitución de elementos fijos como cristales, mamparas o encimeras de mármol integradas en la vivienda

Generalmente, están cubiertos el material que se use para reparar estos bienes, el trabajo de retirar lo que se haya roto, la mano de obra y el desplazamiento, aunque, como siempre recomendamos, es aconsejable consultar con nuestro experto en seguros o asegurarnos de que está incluido en las condiciones generales o particulares de nuestra póliza.

Por el contrario, no se cubren generalmente dentro de esta garantía molduras, marcos de ventanas, vajillas, cristalerías, bombillas, lámparas, pantallas de televisión u ordenador o lentes de gafas; podemos decir que aquello que es ajeno a la estructura propiamente dicha de tu hogar y representan objetos que no se consideran “esenciales”.

Procedimiento a seguir en caso de rotura de la mampara

En caso de que la mampara de tu ducha se rompa, es esencial que actúes con prontitud y sigas un procedimiento adecuado para garantizar una resolución eficaz del problema. En primer lugar, debes notificar el incidente a tu compañía de seguros lo antes posible, ya que muchas pólizas establecen un plazo máximo de siete días desde el conocimiento del siniestro para su comunicación.

Cuando realices la notificación, asegúrate de proporcionar una descripción detallada de los hechos, incluyendo la fecha y las circunstancias de la rotura. Además, es recomendable adjuntar fotografías del daño y, si es posible, un presupuesto estimado para la reparación o sustitución de la mampara. Esta información facilitará la evaluación del siniestro por parte de la aseguradora y agilizará el proceso.

Una vez presentada la reclamación, tu compañía de seguros evaluará la cobertura aplicable según las condiciones de tu póliza. Si la rotura de la mampara está cubierta, coordinarán la reparación o sustitución del elemento dañado.

Es importante que sigas las indicaciones de tu aseguradora para asegurarte una solución eficiente y satisfactoria.

¿Cómo cuidar la mampara? Consejos para su mantenimiento

Para mantener la mampara de la ducha en la mejor condición posible, es recomendable que adoptes una rutina de cuidado y limpieza regular. Por ejemplo, después de cada uso, se recomienda secar la superficie con una espátula de goma o un paño de microfibra para prevenir la acumulación de gotas de agua que pueden dejar manchas de cal y residuos de jabón. 

Además, una vez a la semana, puedes hacer una limpieza más profunda con una solución de agua y vinagre blanco a partes iguales. Aplica esta mezcla sobre la mampara, déjala actuar durante unos minutos y luego enjuaga con agua tibia y sécalo con un paño suave. Esta práctica ayuda a eliminar depósitos de cal y mantiene el vidrio transparente.

Asimismo, es importante que, en la medida de lo posible, evites el uso de productos de limpieza abrasivos o esponjas ásperas, ya que pueden dañar la superficie del vidrio y los tratamientos anti cal que algunas mamparas incorporan. Además, mantener una buena ventilación en el baño es crucial para reducir la humedad y prevenir la formación de moho en las juntas y perfiles de la mampara.

Siguiendo estos consejos, tu mampara de ducha se mantendrá limpia y en perfecto estado durante mucho más tiempo.

¿Cuáles son las situaciones más comunes de rotura?

Las roturas de mamparas de ducha suelen deberse a varios factores. Por ejemplo, los impactos accidentales, como golpes durante la limpieza o al mover objetos pesados en el baño, pueden provocar la fractura del cristal templado de la mampara. Además, una instalación incorrecta puede generar tensiones en el vidrio, aumentando el riesgo de rotura.

El desgaste por uso regular también contribuye a la fragilidad de la mampara, ya que la acumulación de residuos de jabón y cal puede deteriorar los materiales con el tiempo.

Dejando de lado las mamparas, entre las situaciones más comunes de rotura en el hogar destacan aquellas relacionadas con el uso cotidiano y el desgaste natural de los materiales. Una de las más habituales es la rotura de lunas o cristales de puertas interiores o ventanas, muchas veces causada por corrientes de aire o golpes accidentales al manipular objetos cercanos. También son frecuentes los daños en encimeras de cocina, especialmente si están fabricadas en materiales frágiles como el mármol o la cerámica, que pueden fracturarse por la caída de utensilios pesados.

Otro siniestro común es la rotura de elementos sanitarios, como lavabos o inodoros, bien por impacto o por tensiones derivadas de una instalación incorrecta. Asimismo, los suelos de tarima o madera pueden presentar roturas o, incluso, puede ocurrir un levantamiento del suelo, ya sea por humedad o por movimientos bruscos de mobiliario. Finalmente, los electrodomésticos encastrados, como hornos o placas vitrocerámicas, también son susceptibles de rotura, ya sea por un fallo eléctrico o por sobrecarga térmica durante su uso.

Otra incidencia habitual, que en un principio no parece relacionada con las roturas es el atasco en el fregadero, que suele originarse por la acumulación de restos de comida, grasa o detergente en las tuberías. Pero debes saber que, si no se resuelve con prontitud, puede derivar en filtraciones, malos olores e incluso roturas en los conductos o daños por humedad en el mobiliario de cocina. Por eso, vigilar estos elementos de vez en cuando y realizar un mantenimiento periódico es clave para evitar problemas de este tipo.