No aguanto más los ruidos de los vecinos, ¿qué puedo hacer?
En este artículo podrás informarte acerca de
Ser el flamante propietario de una casa suele ser uno de los primeros pasos en el camino hacia la vida adulta, y parece lógico cuando nos independizamos de nuestros padres. Pero muchas veces, los precios del mercado nos acaban quitando la idea y por esa y otras razones, ese concepto tan tradicional parece estar cambiando rápidamente. La tendencia en nuestro país es cada vez más al alquiler que a la compra de un inmueble. Inseguridad laboral, comodidad, menos deseo de echar raíces en un lugar concreto, la idea de tener demasiadas responsabilidades a nuestro cargo, la práctica del desapego… todo son factores que hacen que un considerable porcentaje de españoles vivan de alquiler.
Propietario o inquilino, el hecho es que hay cosas que se viven de igual manera. Ya que la mayoría de las viviendas en España se aglutina en las ciudades, la mayoría de las personas viven en edificios de pisos; si no nos importa alejarnos un poco del centro de la ciudad, encontraremos urbanizaciones de chalets adosados o pareados; y por último, están los chalets independientes. Y la realidad es que, a no ser que vivas en un independiente con miles de metros de parcela, siempre tendrás un vecino (o más). Sí, incluso muchos de esos chalets inmensos con jardines que parecen interminables, tienen a alguien al otro lado de su valla, su seto o su muro, que puede ser más o menos simpático, conciliador o amigable.
Esta forma de vivir requiere desarrollar un tipo de tolerancia y paciencia muchas veces a prueba de bombas. Nuestro mundo es un lugar ciertamente ruidoso -en general-. Afortunadamente, hay varias formas de intentar paliar los efectos de unos vecinos ruidosos (ojo, o de dejar de serlo tú). Te proponemos alternativas de carácter preventivo, o conciliador, antes de tener que llegar a formular quejas formales o incluso interponer denuncias. Si no tienes más remedio, sería interesante comprobar si has contratado un seguro de hogar con cobertura de defensa jurídica y si en ese caso, podrían ayudarte con la redacción de escritos relacionados con este tema.
Hay seguros de hogar donde se recoge esta garantía, pero siempre debes consultar con tu asesor de seguros si específicamente podrían informarte acerca de tus derechos en estos casos.
Planificación preventiva
Si creciste en un ambiente tranquilo (quizás sin hermanos o con unos padres que no se dedicasen profesionalmente a la música y ensayasen en casa, tuvieran un taller de chapa y pintura en el local de al lado, o algo similar) y por ende te has convertido en una persona muy sensible al ruido, pon todos tus esfuerzos en encontrar un apartamento en la última planta de un edificio. Esto te garantiza que al menos, al no haber ninguna vivienda más encima de la tuya, nadie caminará “sobre tu cabeza”. Claro que no siempre es fácil encontrarlo, pero si lo consigues, lo único que tendrás que controlar es el ruido que tú puedas hacer para no molestar a tus vecinos de abajo.
Sé transparente y pide lo mismo
Cuando estés buscando casa, intenta ser sincero si tienes problemas con el ruido. Los administradores de fincas, los conserjes y a veces, el personal de las inmobiliarias son conocedores del ruido que producen los vecinos en el edificio en que estás pensando alquilar o comprar una vivienda.
Si necesitas calma durante determinadas horas en el día por temas de trabajo, no te cortes en preguntar por niños pequeños, adolescentes, o si en el inmueble hay muchas quejas por ruido habitualmente. Todos sabemos que los niños y adolescentes, por diferentes (y necesarias) razones durante su crecimiento, pueden llegar a ser especialmente ruidosos. Es algo que generalmente se tolera sin problemas, porque son momentos puntuales y además, un día se termina. Pero si el silencio es importante para ti, no olvides considerar este factor y explica tus razones de la manera más franca posible para no entrar con mal pie en tu nueva casa y que tus convecinos piensen que vienes “en son de guerra”
Además, los propietarios (si vas a alquilar) y las comunidades de vecinos (si vas a comprar) prefieren a quienes son capaces de controlar sus niveles de ruido, evitando de este modo quejas, disputas e incluso denuncias. Así que si tú no eres ruidoso, tienes mucho ganado.
Sé amable
No es necesario que te pongas a hornear galletas para todos en el edificio; saludar y sonreír ayuda y mucho a crear una atmósfera de vecindad. Llegar con un espíritu amable es muy útil cuando vas a pedirle a alguien que apenas conoces que cambie su (ruidoso) estilo de vida. Inicia la conversación dejando a tus vecinos una nota amistosa. Pregúntales si alguna vez tú los has podido molestar haciendo ruido y luego menciona amablemente que a ti sí te han molestado en un par de ocasiones. Entrar en la situación con una mala actitud solo empeorará las cosas y la solución puede estar más lejos al final de la conversación con ellos.
Llega a acuerdos
Crear acuerdos con los vecinos puede ser una opción para la resolución de conflictos de este tipo. Si el vecino en cuestión solo puede hacer su rutina de ejercicios a medianoche, pregúntale si puede hacer ejercicio en una habitación que no esté directamente encima de tu dormitorio. Acuerda ciertas horas que serían mejores para poner la música alta y trata de ajustar tu horario acorde con esos momentos. No olvides que tendrás que dar algo a cambio, ya que de eso se tratan los acuerdos. A lo mejor, tú molestas también y nunca te lo habían dicho. Pero estamos seguros de que puede merecer la pena.
Sonreír y buscar soluciones
A veces es más fácil resolver los problemas de ruido por tu cuenta, especialmente si el vecino se muestra desafiante o no está dispuesto a cambiar sus costumbres. Usar tapones para los oídos cuando vayas a dormir siempre es una opción, igual que usar auriculares para escuchar música o ver la televisión si eres tú de quién se han quejado por el volumen de tus aparatos. El viejo truco de dar un golpe suave en el techo con el mango de una escoba a veces también funciona, porque las personas a menudo están tan absortas en sí mismas que en realidad no se dan cuenta de lo ruidosos que están siendo.
Haz un diario
Desafortunadamente, muchas personas no están dispuestas a eso de dar y recibir para intentar ser buenos vecinos. De hecho, muchos negarán por completo ser ellos los causantes del ruido. Si esto sucede, comienza a llevar un registro de todas las molestias por ruido, anota la fecha y la hora, la naturaleza del ruido y la forma en que intentaste resolver el problema. Si es posible, graba el ruido en tu móvil para respaldar tus afirmaciones. Menciona de manera sutil estas molestias por ruido a otros vecinos para palpar qué ambiente se respira a tu alrededor: si sois un grupo los aquejados por el mismo factor, ten en cuenta que los números tienen su peso y siempre puede ser de utilidad que seáis varios a la hora de presentar una queja formal.
Y es que la vida en comunidad puede ser una gran experiencia. En muchos casos, se forjan grandes amistades con algunos vecinos, pero, incluso con los que no es así, un trato cordial acordado desde el principio redundará en intentar cuidarse unos a otros de manera que todos intentemos no molestar para que no nos molesten. Así podemos conseguir que la tranquilidad de todos sea una prioridad.