En los últimos años, ha crecido la tendencia por los partos respetados. Muchos profesionales sanitarios y madres se han mostrado partidarios de incorporarse a la moda europea de asistir los partos del modo más natural posible, un método que también recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Tal está siendo este fenómeno que el propio Ministerio de Sanidad se está planteando una reforma del sistema y ha realizado un estudio exhaustivo sobre las prácticas habituales en los paritorios españoles y de sus efectos sobre las madres y los bebés.
Dicho estudio se ha recogido en un documento que se puede consultar en la propia web de ministerio, que lleva por título: Estrategia de Atención al Parto Normal. En esta tesis se analizan las indicaciones y contraindicaciones de cada una de las prácticas de rutina, y en el mismo se recomienda claramente no realizar más intervenciones de las médicamente necesarias para cada caso.
Es algo innegable que gracias a los adelantos de la ciencia y la técnica se ha logrado salvar muchas vidas y se ha permitido que muchas madres y bebés recibieran la mejor atención cuando han surgido problemas durante el embarazo o en el parto.
No obstante, gracias a la experiencia y la evolución de la medicina se ha demostrado a través de diversos estudios que cuando un parto evoluciona bien, lo más seguro tanto para la madre como para el niño es no realizar intervenciones innecesarias.
Todo esto ha motivado que desde hace unos años desde la Organización Mundial de la Salud y desde las sociedades científicas de ginecólogos y matronas hayan empezado a modificar sus protocolos de atención ante un parto normal para acercarlo a las necesidades reales de la mujer.
Lo que se pretende con los partos respetados es que cuando el embarazo ha evolucionado bien y el parto trascurre con normalidad y no presenta problemas, lo mejor es que existe un mínimo, pero adecuado control del estado de la madre y el bebé en ese momento.
El cuerpo de la mujer está preparado por naturaleza para el parto, y el organismo cuenta con mecanismos propios para dar a luz por sí mismo. La intención es que no haya grandes interferencias en este proceso sin perturbar la tranquilidad e intimidad de la madre con un control y una intervención excesiva, que inhibe esa fisiología y aumenta las probabilidades de que el parto se complique.
A esta intervención excesiva hace referencia el alarmante aumento de la tasa de cesáreas que se había incrementado años atrás, el uso de forceps, el empeño por hacer las episiotomías y las secuelas de la separación madre-bebé, así como los fracasos de la lactancia materna.
Un parto en cual la madre logra parir por sí misma, con las mínimas intervenciones médicas sin recurrir a medicamentos innecesarios ni ha instrumentos médicos favorece la recuperación de la mujer y le evita problemas futuros de salud.
El documento elaborado por el Ministerio recoge la información científica en el que se evidencia que eliminar las intervenciones innecesarias mejora el resultado del nacimiento.
El objetivo es recuperar la fisiología del parto y el protagonismo de la madre y el bebé, sin renunciar a hacer las cosas bien. También quiere desterrar las prácticas consideradas desde hace mucho tiempo por la OMS como prescindibles, y con frecuencia dañinas.
Entre otras cosas, el parto respetado busca: