El tabaco sigue siendo uno de los grandes problemas de la sociedad. Sus efectos nocivos en la salud son evidentes y son la causa directa de enfermedades como la EPOC, o el cáncer de pulmón. Dejarlo este hábito tan nocivo tiene beneficios en nuestro cuerpo, que incluso se notan a corto plazo.
De hecho, dejar fumar tiene muchos efectos y beneficios en nuestra salud, por eso es importante que conozcas y los cambios positivos que experimenta el cuerpo tras el abandono del tabaco. Descubrirlos te ayudará a dejar de fumar y serán una buena motivación para hacerlo.
Retirar este nocivo hábito de nuestras vidas tiene un doble efecto: físico y psicológico.
Aunque no te lo parezca dejar de fumar tiene efectos inmediatos en nuestro cuerpo, tanto es así que, a los pocos minutos de dejarlo, ya favorece a la disminución de la presión arterial y del ritmo cardiaco.
A las pocas horas de dejar de fumar descienden los niveles de monóxido de carbono en la sangre y aumento del nivel de oxígeno.
Ya pasados dos o tres días, el cuerpo experimenta una normalización progresiva de los sentidos del olfato y el gusto. Asimismo, contribuye a la desaparición de la halitosis, ya que el tabaco causa mal aliento y se elimina el olor a tabaco de la ropa y el cabello.
A los fumadores se les suele distinguir porque el tabaco provoca una pigmentación amarillenta en dedos y uñas, y al dejarlo estas feas marcas se eliminan.
Por no hablar del evidente ahorro económico que supone en nuestros bolsillos eliminar este mal hábito.
De manera progresiva, cada mes y año que pasa una persona sin consumir tabaco repercute positivamente en su salud. De hecho, los efectos a largo plazo son muy beneficiosos porque:
Es evidente que cuando una persona decide dejar de fumar los efectos del abandono de este hábito son también psicológicos y fisiológicos. Especialmente son muy evidentes durante los primeros días, y van disminuyendo a lo largo de las semanas. Cuando consigues controlar estos efectos más o menos, sigue quedando otro síntoma que es lo que se conoce como dependencia al “hábito de fumar”, es decir, la necesidad de tener un cigarrillo en determinadas situaciones cotidianas que, a menudo, son más difíciles de superar. Si estás pensando en dejar de fumar un buen momento puede ser aprovechar un catarro largo u otra enfermedad como la gripe.
Como sabemos, la nicotina provoca dependencia, pero ésta sumisión a dicha sustancia no suele durar más de una semana. Ten en cuenta que, aunque los síntomas de abstinencia pueden ser muy molestos, incluso difíciles de superar, pero no suponen ningún riesgo para la salud. Dichos efectos incluyen entre otros:
El exfumador debe ser consciente de que son transitorios y enfocar nuestro objetivo a los beneficios que vamos a obtener tanto a corto como a largo plazo. Es posible que el adicto precise de ayuda psicológica durante las primeras semanas para dejarlo con éxito y no debe dudar en recurrir a ello.