Seguros de Accidentes

Entre las coberturas que ofrecen al titular de un seguro de accidentes la principal es la indemnización por la muerte o por la incapacidad (parcial, permanente y total) del asegurado, siempre como consecuencia de un accidente (excepto cuando es intencionado); los capitales indemnizatorios se encuentran recogidos en las condiciones particulares de la póliza.

Por lo tanto, para que un seguro de accidentes se active, siempre tiene que haber una causa y un efecto. Se trata de un seguro muy recomendable, por ejemplo, para los autónomos.

Los seguros de accidentes están diseñados, como su propio nombre indica, para dar respuesta al riesgo de sufrir un accidente, ya sea en el entorno laboral (mientras el asegurado desarrolla su actividad profesional habitual) o en ámbito privado (en diferentes situaciones de su faceta personal).

Por lo tanto, en principio, los accidentes sufridos por el asegurado durante la práctica de algún deporte estarían cubiertos por este tipo de pólizas de seguro, siempre que el titular de la póliza realice estas actividades (entre las que las entidades aseguradoras suelen contemplar el tenis, el senderismo, la natación…) como aficionado.

Por lo tanto, este tipo de seguros no cubre los accidentes sufridos en las competiciones; de hecho, para la celebración de ciertas prácticas deportivas (carreras populares o marchas ciclistas) la legislación española exige que los participantes se encuentren bajo la protección de uno de estos seguros.

Asimismo, la práctica de algunos deportes, como el esquí o la bicicleta de montaña, pueden suponer un sustancial aumento en la prima del seguro debido a que el riesgo al que se expone el asegurado es mayor; y, en otros casos, como el montañismo o el alpinismo, su exclusión de la póliza.

En el caso de los seguros de accidentes que comercializa El Corte Inglés, la cobertura es mundial, durante los 365 días del año. Es importante señalar que en el caso del seguro de Vida de el Corte Inglés un requisito para la contratación y el mantenimiento del seguro en vigor es que el asegurado sea residente en territorio español. Si quieres más detalles, puedes consultarlo con nuestros expertos. 

El objetivo fundamental de los seguros de accidentes es el de cubrir las consecuencias de los accidentes que pudieran sufrir sus asegurados, se hayan producido tanto en el entorno laboral (mientras el titular de la póliza se encuentra desarrollando su actividad profesional habitual) como en el ámbito privado (en la realización de diferentes actividades en su vida privada).

Por lo tanto, con relación a la cuestión inicial, los seguros de accidentes, en el caso de los trabajadores autónomos, prestan cobertura al asegurado como consecuencia de un accidente laboral (excepto en el caso de que éste haya provocado intencionadamente el accidente, por lo que la entidad aseguradora quedará liberada de cumplir con su obligación de indemnizarle). Es importante matizar que para que esté cubierto debe tratarse de una actividad laboral no excluida en la póliza por peligrosidad.

El seguro de accidentes cubre los daños corporales por un siniestro externo, violento, ajeno a la intencionalidad del asegurado, súbito, no provocado, tanto en el ámbito privado como durante la actividad laboral. También ofrece un capital a la familia en caso de muerte o invalidez del asegurado. 

Para la contratación de un seguro de accidentes se deberán facilitar los siguientes datos:

• Datos del Tomador: nombre y apellidos, DNI, fecha de nacimiento, sexo, móvil e-mail, dirección postal y datos bancarios.
  
  
• Datos del Asegurado (no tiene por qué coincidir con el tomador del seguro): profesión, nombre y apellidos, DNI, fecha de nacimiento, sexo, móvil, e-mail, dirección postal, responder a un breve cuestionario de salud y realizar la designación de beneficiarios.

Un seguro de estas características cubre toda lesión corporal que pueda ser determinada por los médicos de una manera cierta, sufrida por el asegurado independientemente de su voluntad, por la acción repentina y violenta de o con un agente externo.

El asegurado que ha contratado una póliza de accidentes puede recibirla por correo postal o electrónico. Éste último canal es el más rápido y cómodo, tanto para la compañía de seguros como para el usuario. El proceso de firma digital es muy sencillo y cómodo.

Una vez finalizada la contratación, recibirá un PIN por SMS a su móvil y un correo electrónico desde el que accederá a su documentación (condiciones particulares, condiciones generales, guía de servicios, PID y estatutos) y desde el que podrá firmar digitalmente.

La duración del contrato de un seguro será la que libremente acuerden las partes, no pudiendo exceder, por norma general, de 10 años, como medida adicional de protección al asegurado, según indica la Ley de Contrato de Seguro. No obstante, se permite la contratación del seguro por anualidades, previéndose renovaciones tácitas también anuales, salvo comunicación expresa en contrario efectuada con un mes de antelación a la finalización de la vigencia de la póliza. Este plazo anual con renovaciones tácitas suele ser la tónica general.

Lo más habitual es que el seguro de accidentes, como la práctica totalidad de pólizas que no sean de vida, fije una duración anual, siendo el contrato renovable tácitamente por plazos de 1 año. Con ello, lo que se produce cada año es una renovación del seguro, normalmente en los mismos términos y condiciones que en la anualidad anterior, pues en caso contrario se debe informar de ello al cliente. En nuestro caso, el seguro de Accidentes Global tiene una duración anual con renovación tácita y el seguro de Accidentes Devolución tiene una duración de 10 años.

En algunos casos, la compañía puede pedir un cuestionario de salud previo, aparte de aclaraciones e informaciones complementarias –si es así es necesario–. La póliza no estará contratada hasta que la compañía haya aceptado el riesgo y se haya abonado la primera prima.

A la hora de calcular el precio de un seguro de accidentes, las entidades aseguradoras tienen en la profesión que desempeña el asegurado, además de en los capitales indemnizatorios incluidos en la póliza, uno de los factores que en mayor medida condiciona su precio final. ¿Por qué? Pues bien, la respuesta se encuentra en el simple hecho de que, por ejemplo, el riesgo de sufrir un accidente, mientras desarrolla su actividad profesional, no es igual para un camionero que para un auxiliar administrativo.

La profesión no es solo uno de los factores que influyen a la hora de calcular la prima final, si no que, en determinados casos, también puede ser motivo para no poder contratar el seguro. Por lo que, en caso de siniestro, si en la póliza no aparece recogida correctamente la actividad profesional que desarrolla de manera habitual el asegurado, la entidad tendrá amparo para no realizar el pago de toda o parte de la indemnización por no haber declarado correctamente el riesgo.

El seguro de accidentes incluye entre sus coberturas una prestación económica, aunque difiere según el caso en que se active la póliza.

Por ejemplo, en el caso de fallecimiento del asegurado, los beneficiarios designados en la póliza recibirán directamente el capital recogido en el contrato. Si lo que se ha producido es una incapacidad permanente con secuelas físicas irreversibles también se recibe un capital por ello. En el caso de una incapacidad temporal, el asegurado recibirá una indemnización que consistirá en el pago de una cantidad diaria mientras dure su incapacidad, con un límite máximo que suele ser de un año.

Finalmente, existe la prestación de asistencia sanitaria, que cubre algunos gastos sanitarios que se producen a consecuencia de un accidente, incluyendo la hospitalización, el coste de medicinas y otros productos en farmacia o los posibles gastos de asistencia domiciliaria.

La prima del seguro de accidentes está determinada tanto por el capital que se ha asegurado como por las primas contratadas. Existen algunas pólizas que también contemplan otras consideraciones como el estado de salud del asegurado, sus hábitos de vida o la profesión que desempeña.

En el momento de contratar este seguro y calcular la prima, la compañía tiene en cuenta parámetros como, por ejemplo, si la persona realiza actividades peligrosas o de riesgo, la probabilidad de que ocurra un accidente que sea objeto del seguro o la suma que se quiere asegurar. Incluso, según el caso, es posible que se plantee añadir a la póliza algunas cláusulas adicionales en este sentido.

Las primas que pagamos en los seguros de accidentes no dan derecho a deducción en la declaración de la Renta. Por otro lado, las indemnizaciones procedentes de seguros de accidentes están exentas del IRPF en caso de invalidez.

Si la indemnización viene como consecuencia del fallecimiento del asegurado, el beneficiario deberá tributar por el Impuesto de Sucesiones propio de su Comunidad Autónoma.

En los seguros de accidentes, el beneficiario tiene el derecho a percibir la prestación del seguro. Por lo general, el asegurado será considerado como beneficiario para la percepción de las prestaciones correspondientes a las garantías del seguro, salvo en el caso de fallecimiento. En ese caso, se considerarán beneficiarios el cónyuge del asegurado y, en su defecto, los hijos del asegurado a partes iguales o, en su caso, los herederos legales, a no ser que el asegurado designe expresamente otros beneficiarios.

Si por cualquier razón, la persona cubierta por un seguro de accidentes decidiera cambiar a los beneficiarios, puede hacerlo reescribiendo el contrato del seguro, realizando un cambio en su testamento o enviando una declaración por escrito a la compañía de seguros en la que comunique su deseo de sustituir el nombre del beneficiario por el de otra persona.

En primer lugar, el asegurado debe tener en cuenta que el impago de la prima de su seguro de accidentes le sitúa en un escenario que, en el caso de sufrir un siniestro, podría generarle serios inconvenientes, ya que esta circunstancia suele suponer la suspensión de las garantías de la póliza.

Además, al respecto, en la Ley de Contrato de Seguro se establece que, salvo pacto en contrario, si por culpa del tomador del seguro la primera prima no ha sido pagada, la entidad aseguradora puede optar entre resolver el contrato o exigir el pago de la prima en vía ejecutiva con base en la póliza, quedando ésta liberada de atender siniestros.

Pero, si el impago afecta a sucesivas primas, las garantías de la póliza quedarán en suspenso, aunque el tomador cuenta con el denominado “mes de gracia” para realizar el pago de la prima; a partir de ese momento, la aseguradora dispone de seis meses para reclamar el pago de la prima, por lo que si la compañía no efectúa la reclamación en dicho plazo, se entenderá que el contrato ha quedado extinguido. Por último, en el caso de que el tomador satisfaga la prima, la póliza volverá a tener efecto a las 24 horas.