El seguro obligatorio no cubre los daños personales que sufra el conductor del vehículo. Tampoco los daños materiales a bienes propiedad del tomador, asegurado, propietario, conductor, o sus cónyuges o familiares hasta el tercer grado de consanguinidad o afinidad. Del mismo modo, este seguro no cubre los daños sufridos por tu coche ni por las cosas que transportes en el mismo, ni los daños producidos por la conducción del vehículo por quien carezca del permiso de conducir.
No obstante, lo habitual es que las compañías aseguradoras complementen este seguro obligatorio con otras garantías, como la responsabilidad civil voluntaria, la cobertura de accidentes para el conductor, los gastos de defensa jurídica y de reclamación de daños o la asistencia en carretera.
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