Diccionario de seguros

Tramitación del siniestro

Un golpe con el coche, una tubería que se rompe en casa, un retraso en el vuelo que nos lleva de vacaciones y nos hace perder una conexión, una caída que nos lesiona una pierna…todos estos contratiempos fortuitos e inesperados nos pueden ocurrir en cualquier momento. Y para protegernos de estos siniestros, en cierta medida, contratamos en cada caso el seguro adecuado: un seguro de coche, de hogar, de viajes, de accidentes o el que necesitemos para cubrir los posibles riesgos a los que nos enfrentamos en el día a día con nuestra actividad.

Cuando estos imprevistos acontecen, es importante conocer bien los trámites y pasos que nos ayudarán a gestionar con la entidad aseguradora el abono de la indemnización del siniestro y activar todas las coberturas de nuestra póliza. Es decir, saber de qué manera tenemos que tramitar el seguro

Es conveniente conocer qué pasos hay que seguir para la correcta tramitación de un siniestro, de modo que sepamos qué corresponde hacer o esperar en cada fase

Si vivimos algún incidente o percance como los que hemos comentado, o cualquiera que requiera que hagamos uso de nuestro seguro, lo más normal es que estemos nerviosos o no nos encontremos en las mejores condiciones. Es en esos momentos de incertidumbre en los que viene bien recordar algunos pasos a seguir para poder realizar la tramitación del siniestro con nuestra compañía, la cual procederá a poner en marcha todas las coberturas de nuestra póliza para ayudarnos en todo lo posible. 

Pasos a seguir para la tramitación de un siniestro

El primer paso tras un siniestro es detener, en la medida de lo posible por parte del asegurado y sin poner en peligro su seguridad o integridad física, el daño producido por el mismo. Si el accidente es la rotura de una tubería en casa o un pequeño fuego, por ejemplo, hay que intentar cortar el agua o apagarlo si es posible, con el fin de minimizar los daños. Después, cuándo la situación esté controlada y el asegurado fuera de peligro, es fundamental notificar a la compañía lo ocurrido, informando sobre las causas y las consecuencias del siniestro, sin guardarse nada ya que cualquier detalle puede ser importante para la posterior valoración.

Si bien desde el punto de vista legal tenemos un plazo de hasta siete días para realizar el aviso a nuestra compañía, es recomendable hacerlo lo antes posible, ya que incluso podrán darnos consejos para minimizar los posibles daños. Si en el accidente se han visto afectadas otras personas que pueden beneficiarse de las coberturas de nuestra póliza, también hay que informar. Así como si el accidente se ha producido por culpa de una tercera persona y su seguro se hace cargo de todo. 

En el momento en que nuestra compañía aseguradora es informada se inicia una segunda fase del trámite encaminada a la activación de las ayudas y las indemnizaciones acordadas en el seguro. Cuando el asegurado informa del siniestro, ya sea por teléfono, internet o alguna oficina, la compañía procede a abrir un expediente con toda la información en torno al suceso. Posteriormente, se acomete por parte de la aseguradora el estudio del incidente con el fin de determinar si está cubierto por el seguro que contrató el cliente. Si la aseguradora se hace cargo, el siguiente paso será valorar los daños producidos para cuantificar las pérdidas y estimar la cifra de la indemnización.

El paso final de la tramitación es la resolución del siniestro, bien sea con la indemnización o la reparación de los daños en función de lo acordado en la póliza del seguro, o bien con rechazo a las mismas por parte de la compañía en caso de determinar que el siniestro, o posibles irregularidades en el mismo, no se ajustan a lo acordado en el contrato.