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Cuando en algún momento de nuestra vida nos decidimos a contratar una póliza de seguro, ya sea de hogar, salud, accidentes, vida, coche o moto, la compañía aseguradora nos pedirá cumplimentar un documento en el que, a través de una serie de preguntas, la entidad recabará la información que necesita para valorar aspectos como los riesgos que se pretenden asegurar o las coberturas que se están solicitando en dicha póliza. Por último, la aseguradora decidirá si concede o no el seguro, no sin antes solicitar a la persona interesada y futuro tomador del mismo, unas determinadas condiciones, así como establecer y comunicar previamente el precio de la prima.
Se trata, ni más ni menos, que de un impreso que contiene un cuestionario que facilita a la entidad aseguradora, una vez cumplimentado por el posible tomador, toda la información pertinente que esta necesita para decidir si el riesgo que se quiere asegurar es aceptable o no, bajo qué condiciones y a qué precio o prima.
Efectivamente, además de tratarse de un documento sumamente importante y esclarecedor para la compañía o correduría de seguros, este documento es de carácter obligatorio por ley.
Obedece a la obligación que dicta la Ley de Contrato de Seguro de que el tomador del seguro tiene el deber, antes de firmar el contrato de su seguro, de informar a la compañía aseguradora -de acuerdo con el cuestionario (solicitud) que se le presente- todas las circunstancias que él conozca y que puedan influir de algún modo en la valoración de los riesgos. El contratante debe responder a las preguntas previamente fijadas por la compañía en la solicitud del seguro con total sinceridad, ya que esas respuestas son las que se tendrán en cuenta a la hora de valorar los riesgos y determinar las coberturas y las primas.
La solicitud de seguro es un documento importante a la hora de contratar un seguro porque de él dependen diversos factores
Ahora bien, puede darse el caso de que el tomador quiera contratar de inmediato una determinada póliza de seguro y en este sentido, no sería obligatorio pasar por el trámite de rellenar un documento como la solicitud para celebrar un contrato de seguro, sino que es posible contratar la póliza directamente, declarando el asegurado en la propia póliza las circunstancias que puedan influir en la valoración del riesgo. De hecho, en la actualidad, para riesgos sencillos como los hogares se prescinde en la mayoría de los casos de la solicitud.
Según el seguro que estemos interesados en contratar, ya sea, por ejemplo, un seguro de hogar, de coche, caza o accidentes, el documento será distinto, es decir, las preguntas se adaptarán a cada tipo de seguro. No será el mismo cuestionario si lo que quieres es un seguro de vida, porque en este caso, lo más lógico es que la aseguradora necesite recabar aspectos como la edad, enfermedades o patologías previas, historial médico familiar o estilo de vida actual. Por tanto, cada solicitud varía dependiendo del tipo de seguro en cuestión.
Depende del seguro que queramos contratar, el cuestionario está diseñado para obtener toda la información posible de los riesgos que conllevan cada una de las modalidades o actividades que se busca asegurar y que son objeto de interés por el cliente. Con esa información y junto con las tablas y pautas de que disponen las compañías, esos riesgos se valoran y tasan, lo que permite conocer mejor al futuro tomador del seguro, en la mayoría de los casos, además de concretar casi a ciencia cierta a cuánto ascenderán las primas a pagar en cada caso.
Para obtener una solicitud de seguro hay dos vías:
En cuanto a la cantidad, se pueden pedir todas las solicitudes de seguro que uno quiera. Es importante señalar en este punto que una solicitud de seguro nunca será vinculante para el cliente, aunque sí lo es para la aseguradora, ya que no puede modificar nada de la misma durante los siguientes quince días.
Es importante remarcar la necesidad de ser lo más honestos posible a la hora de rellenar el cuestionario y responder de manera correcta; no puede haber ninguna inexactitud, porque podría derivar en un error en el proceso de valoración y la compañía podría después cancelar el contrato y demandar el pago de las primas o reducir el importe de una posible indemnización en caso de siniestro. Pero el cliente debe saber que, para ejecutar la contratación de un seguro, no es obligado el proceso de cumplimentar la solicitud de seguro. El asegurado puede realizar directamente la contratación de la póliza si declara en la misma todas las posibles circunstancias que influyen en la valoración del riesgo por parte de la compañía. Para coberturas de riesgos básicos en seguros de hogar, como decíamos, es común no recurrir al trámite de la solicitud de seguro, por ejemplo.
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