¿Es legal pedir un aval bancario para un alquiler?

Alquiler

En este artículo podrás informarte acerca de

Hay tanta información que nos bombardea cada día, actualizada minuto a minuto, que a veces, perdemos un poco la referencia de la que tenemos que procesar y seguir. En el caso de los avales bancarios para los alquileres, se oyen informaciones en sentidos contrarios, por lo que vamos a tratar de desentrañar sus entresijos.

Lo cierto es que cuando se tiene una propiedad y se plantea la posibilidad de alquilarla, una de las principales razones para no hacerlo es la posible morosidad; y por aquello de curarse en salud, se puede pedir un aval bancario, que no es otra cosa que un contrato que un banco proporciona como garantía de que su cliente (nuestro potencial inquilino), está en condiciones de atender a sus obligaciones de pago con el alquiler mensual de nuestra vivienda, respetando las condiciones que se hubieran estipulado en el contrato de arrendamiento.

Y atendiendo a la pregunta arriba expuesta, sí, es perfectamente legal solicitar un aval bancario a un posible inquilino si, como propietario, consideras que aquel pudiera no estar en disposición o tener garantías suficientes para cumplir con el abono mensual en concepto de alquiler. Piensa que es otro tipo de garantía para evitar los impagos o, si los hubiese, el arrendador pueda asumir los gastos que le supone la propiedad de la vivienda sin que la falta de pago sea una carga más.

¿Y es obligatorio?

No, no es obligatorio presentar un aval bancario para alquilar una propiedad, sino que es decisión del propietario pedirlo o no y, como hemos visto ya, es completamente legal. 

Si estás buscando piso para alquilar y te piden un aval bancario para poder acceder a ese alquiler, es tu decisión ir al banco a solicitar uno o bien, si no estás de acuerdo con esta condición, continuar con tu búsqueda de vivienda hasta que encuentres una casa cuyo dueño no lo exija como término imprescindible para arrendarla.

¿Por qué me piden un aval bancario para un alquiler?

La razón principal por la que te pueden pedir un aval bancario para alquilar es la de tener una garantía financiera sólida. Si, por lo que fuese, no puedes cumplir con el pago de la mensualidad, el propietario de la vivienda puede recurrir al aval y ejecutarlo para cubrir los pagos pendientes. Además, ofrece una seguridad extra al dueño de la casa, aparte de la fianza que también se exige para alquilar un piso, porque el aval está respaldado por una entidad bancaria. 

Es otra forma de confiar en la solvencia del futuro inquilino, ya que esta ha debido ser contrastada por el banco para darle el aval solicitado y también puede ser utilizado para cubrir posibles daños contra la vivienda que no quedasen cubiertos por la fianza.

Que demuestres tener solvencia y estabilidad económica cuando vas a alquilar una vivienda es algo que te beneficia frente a otros posibles candidatos a ojos del que quieres sea tu casero.

¿Cómo funciona el aval bancario? Así se consigue

Conseguir un aval bancario no tiene mayor misterio que seguir unos pasos y cumplir algunos requisitos. Lo primero es acercarte a la sucursal del banco donde tengas tu cuenta y explicar lo que necesitas y para qué. En el banco se solicitará información acerca de cuál es tu situación económica y laboral para valorar si pueden o no concedértelo.  Pueden pedirte tu contrato de trabajo, las nóminas de los meses precedentes o la última declaración del IRPF.

Cuando decidan si eres apto para obtener ese aval para el alquiler, te informarán sobre las condiciones que rigen su contrato, entre las que es habitual encontrar la realización de un depósito por el importe de varios meses de alquiler en una cuenta que no podrás tocar hasta la fecha en que finaliza el aval bancario.

Una forma de evitar pedir un aval bancario es contar con un seguro de alquiler

Debes saber que no es gratis, así que te contarán también cuánto te costará la operación, la comisión y el interés que se asocian a este trámite, en caso de haberlos. Estos importes dependen de tu entidad bancaria, de la cantidad por la que haya que hacer el aval y del índice de riesgo que les suponga esta operación.

Si todo va bien, el banco te da luz verde y las condiciones te parecen correctas, hay que firmar el contrato y facilitárselo al dueño de la vivienda.

¿Hay otras formas de avalar un alquiler? Alternativas al aval bancario

Sí, hay otras opciones además del aval bancario. Entre las mejores, están los seguros de alquiler, que son una alternativa perfecta para enfrentarse a los posibles impagos de las cuotas del alquiler de tus inquilinos. Además, te deja cubierto ante posibles daños que se ocasionaran en la vivienda que alquilas, por ejemplo. Una póliza de seguro de hogar para propietarios como Hogar Arrendador El Corte Inglés estará a tu lado si la necesitas, gracias a su cobertura de protección legal por desahucio o reclamación de rentas, pérdida de alquileres y responsabilidad civil como propietario, actos vandálicos del inquilino y muchas más coberturas como las que podrías encontrar en un seguro multirriesgo. 

También puedes ofrecer garantías o avales personales por parte de alguien que no es el inquilino -generalmente es un amigo o un familiar- que adquiere el compromiso de abonar la deuda que existiera si se dejase de pagar el alquiler. No hace falta decir que también se tendría que demostrar la capacidad y estabilidad económica de esta persona. 

Otra opción es que tú le entregues una cierta cantidad al dueño de la vivienda, como garantía adicional, que él se compromete a guardar como depósito y que te sería devuelta cuando acabase el contrato de alquiler si no existe ninguna deuda pendiente de pago.

El aval solidario para alquiler

Un aval solidario es lo que se explica en líneas anteriores, cuando se habla de avales personales. Quedarán recogidas en el contrato las condiciones en que esa tercera persona toma la figura de avalista, pero en líneas generales debes saber que, si el inquilino decide prorrogar su contrato de alquiler una vez cumplido el primer año, el avalista queda atado también a esta prórroga, extendiendo la obligación contraída si el inquilino no cumple con la suya.

Se establecerán en el contrato cuáles son las obligaciones que debe atender, entre las que podemos encontrar más frecuentemente el pago de la mensualidad del alquiler, de los recibos de agua, luz y suministros en general y de velar por la buena conservación de la vivienda.

Es una buena práctica dejar recogido en el contrato los importes máximos que el avalista debe afrontar, ya que, de no figurar expresamente, se le puede exigir que él abone íntegramente todo lo adeudado por el inquilino.

Propietario o inquilino: contrata un seguro

Has leído antes las bondades de los seguros de alquiler para los propietarios, pero ¿qué pasa si tú ocupas el rol de inquilino? También hay una póliza pensada para ti: Hogar Inquilino El Corte Inglés, un seguro de hogar para inquilinos que te ofrece coberturas muy interesantes mientras vivas de alquiler. 

La garantía de protección legal, por la que tendrás cubierta la defensa jurídica hasta un máximo de 3.000 euros por siniestro, con las condiciones expuestas en la póliza. Te garantiza los gastos judiciales, incluyendo honorarios de abogados y procuradores, las fianzas penales, la asistencia al detenido y las costas. La reclamación de daños y otras reclamaciones relacionadas con la vivienda también están contempladas en este seguro. Y si quieres, puedes contratar opcionalmente la cobertura de protección legal extra, si deseas ampliar los límites de la garantía anteriormente explicada.

Además, tendrás cubiertas un sinfín de situaciones que puedan ocurrir entre esas cuatro paredes, como daños por agua, daños eléctricos, roturas, robo o hurto en el interior de la vivienda y muchas más de las que cualquiera de nuestros expertos en seguros puede informarte en el momento en que tú quieras.