¿Me pueden echar del piso de alquiler?

Algunos viven con la certeza de que nunca podrán echarles de su piso de alquiler y otros con el miedo a que lo hagan. Ni lo uno, ni lo otro: veamos si pueden hacerlo y cuándo. Alquiler

Si estás teniendo problemas con tu piso alquilado quizá temas que el propietario pueda obligarte a marcharte. Lo cierto es que la relación entre arrendador y arrendatario está sujeta a ciertos términos y condiciones que se estipulan en el contrato de arrendamiento que ambos debéis firmar cuando se inicia la relación derivada del alquiler de un bien inmueble.  

Llegado el caso de que el propietario decida que debe desalojar a su inquilino, el asunto debe abordarse con profesionalidad y seguir los cauces legales pertinentes y es que, en muchos casos, los motivos para desalojar a un inquilino pueden estar respaldados por razones legítimas, pero antes de que se emprenda cualquier acción, es aconsejable buscar asesoramiento legal para asegurarse de que el proceso se realiza de manera justa y de acuerdo con la normativa vigente.

La comunicación clara entre las partes y estar bien informado o documentado al respecto son claves cuando nos vemos en riesgo de vivir situaciones de este tipo. Si la relación es respetuosa y transparente, quizá se pueda llegar a una solución beneficiosa para los dos, o si realmente te encuentras en situación de que tu casero pueda echarte del piso, puede resolverse de la manera más legal y ética posible.

Razones por las que te pueden echar de un piso de alquiler

La ley de arrendamientos urbanos establece ciertos derechos y obligaciones tanto para el arrendador como para el arrendatario. Hay recogidas diversas razones por las que un propietario puede solicitar la salida de un inquilino de su piso, como el impago del alquiler: si no pagas de manera regular, el arrendador podría iniciar un proceso de desahucio. 

Si termina el contrato y te niegas a abandonar la vivienda, si le das un uso no autorizado, la utilizas para fines distintos a los acordados en el contrato o realizas cambios sin su permiso, también estaría en su derecho de iniciar acciones legales para recuperar su casa.

Si causas daños importantes en la vivienda y no los reparas, también sería motivo para que pudieran echarte de la casa. Esta es una razón importante por la que te interesa tener un seguro de hogar aunque no seas el propietario. 

Molestar constantemente a los vecinos, hacer un ruido excesivo, comportarse de manera poco cívica o que en la casa se lleven a cabo actividades ilegales son otros motivos de desahucio.

¿Me pueden echar si no pago?

Si no cumples con el pago del alquiler, el propietario está en su derecho de iniciar el procedimiento legal para echarte de su casa. Pagar el importe acordado mes a mes (o con la regularidad que hayáis estipulado) es la primera de tus obligaciones como inquilino. 

Solo hace falta un mes de impago para que tu casero pueda finalizar el contrato de arrendamiento de manera justificada, ya que esta situación está recogida por la ley.

Además, si dejas de pagar el alquiler y sigues en la vivienda, el propietario pasará a poner una demanda de desahucio para proceder al desalojo y pagues lo que le debes. Si has abandonado la vivienda, pero no has pagado, lo que puede es interponer una demanda para la reclamación de las rentas no pagadas.

¿Y para vender el piso?

En principio, no. Lo cierto es que desde 2019, la Ley de Arrendamientos Urbanos recoge que si el propietario quiere vender el piso que te alquila, no puede echarte hasta que finalice el contrato que tiene contigo, aunque siempre puede advertir al comprador de que vives en la casa y se subrogue tu contrato de alquiler. Eso sí, debe comunicártelo y tú debes estar conforme.

Si cumples con tus obligaciones como inquilino, tu casero no podrá echarte del piso

Además, como inquilino, tienes prioridad si quisieras comprarlo, a no ser que hubieras renunciado a esa posibilidad al firmar el contrato. También puedes negarte a recibir visitas de posibles compradores, aunque generalmente el inquilino accede a ello si tiene buena relación con el propietario.

En la mayoría de los casos, el casero negocia con su inquilino y ofrece una indemnización para que abandone la vivienda y pueda proceder a su venta, o busca un inversor a quien le interese comprarla aun estando alquilada, ya que se garantiza cobrar un alquiler desde el principio.

¿Y si alquilo habitaciones del piso?

En este caso, si lo has comentado con el propietario y tienes su consentimiento, no tendrás problemas. Pero si decides subalquilar las habitaciones que no necesitas sin informarle y pedirle autorización para ello, es una razón para que pueda rescindir el contrato de alquiler y desahuciarte.

¿Y si lo necesita?

Si el propietario necesita utilizar el piso donde vives alquilado, deberá esperar a que se cumpla un año desde que entraste en él y comunicártelo oficialmente (generalmente, a través de un burofax). Además, debe probar que la necesidad es para vivir él mismo, su cónyuge, ascendientes o descendientes.

Pero si pasan tres meses desde que abandonas la casa y quien supuestamente la necesitaba no ha comenzado a vivir en ella, la ley te permite volver a la vivienda y permanecer en ella durante cinco años o solicitar una indemnización por valor de un mes por cada año que faltase para llegar a los cinco de contrato que recoge la LAU desde 2019.

¿En qué casos no me pueden echar del piso?

Podrás permanecer en el piso durante el tiempo reflejado en el contrato siempre que no incumplas ninguno de los puntos que permite iniciar un proceso de desahucio. Si respetas lo pactado, tu casero tendrá que esperar a que finalice el contrato de alquiler para que te vayas.

También se recoge en la nueva Ley de Vivienda que, si el inquilino no paga y no se quiere ir, pero se encuentra en situación de vulnerabilidad, puede conseguir una suspensión temporal del proceso de desahucio que hubiera iniciado el propietario de entre dos y cuatro meses.

¿Conoces los seguros de hogar para inquilinos?

Con todas estas cartas sobre la mesa, es el momento de comparar seguros de hogar y encontrar una póliza para inquilinos a la que puedas recurrir si te ves en dificultades.

Aunque la casa no sea tuya, tener un seguro que te ayude en casos de robo, daños en la vivienda, incendio, daños por agua, daños que tú puedas causar a un tercero… incluso tendrás cobertura de reposición de llaves y cerraduras, es algo que te permitirá vivir con mayor tranquilidad.

Además, si crees que te encuentras ante una situación injusta, la cobertura de Protección Legal pone a tu disposición los servicios de abogados y procuradores para abordar la defensa jurídica hasta los límites reflejados en la póliza y tienes la opción de contratar adicionalmente la garantía de Protección Legal Extra, que amplía estos límites.

Un buen seguro de hogar para inquilinos es tu mejor aliado desde tu primer día en tu nueva casa de alquiler, no pierdas la oportunidad de beneficiarte de todas las ventajas de las que puedes disfrutar.