Ventajas y desventajas de un ático

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A muchos nos pasa que cuando vamos caminando por las calles de nuestra ciudad, de vez en cuando echamos la vista arriba, y nos encontramos con esa pieza inmobiliaria tan seductora, ese ático que ya solo por su situación en el edificio, nos llama la atención. Sin embargo, resulta interesante hacer un estudio previo a la compra de una de estas viviendas, ya que como en muchas ocasiones, no es oro todo lo que reluce

Y es que efectivamente, cuando tratamos de decidir la compra de un ático, es el momento de conocer las ventajas y los inconvenientes de este modelo de vivienda, para tomar la decisión que consideremos más acertada, al menos con unos datos que podamos haber leído. 

Ventajas de vivir en un ático

Todo aquel propietario de un ático al que preguntemos nos dará siempre la misma respuesta: la luminosidad de un ático no es comparable con ninguna otra vivienda, ni siquiera con un bajo con jardín, y por supuesto, ni siquiera con una vivienda de tipo unifamiliar. Esta luminosidad tan destacable la proporciona la altura, el hecho de ocupar la última planta del edificio en el que se encuentra, así como la disposición de las terrazas con las que suelen contar estos pisos. 

Ambos elementos explican además otra de las ventajas que sus propietarios muestran: la privacidad que proporciona la altura sobre el resto de los vecinos, así como la posibilidad de no tener que aguantar los ruidos que estos vecinos puedan generar, ya que en estas últimas plantas es habitual que la única vivienda que se encuentra sea precisamente el ático. 

Por otra parte, las terrazas proporcionan un espacio especialmente agradable, donde compartir las comidas, cenas y los encuentros con familia o amigos, con la privacidad que da la altura y las opciones que se tienen toda vez que sabemos que no vamos a molestar con el humo de nuestra barbacoa a ningún vecino, pudiendo disfrutar de este espacio de una forma exclusiva. Y por supuesto, no hay vistas comparables a las que proporciona la terraza de un ático. 

También debemos evaluar la ventaja de saber que se trata de una buena inversión, ya que, aunque el precio de nuestro ático será probablemente más alto que el de un piso, son viviendas que no dejan de revalorizarse, y que si se venden o se alquilan se pueden convertir en una operación financiera de la que obtener un buen beneficio. 

Desventajas de un ático

Ahora que abordamos este tema desde el punto de vista de la inversión, no cabe duda de que una de sus principales desventajas es el precio al que podemos encontrar estas viviendas en el mercado. En la actualidad, siguen siendo, junto con los bajos con jardín, las viviendas que antes se venden en cualquier promoción, pese a que su precio pueda ser hasta un 40% más alto que el resto de las viviendas. Esta alta demanda, junto con una oferta reducida, explican los altos precios que pagaremos por un ático. 

Hay que tener en cuenta además que las superficies de un ático suelen ser inferiores al del resto de las viviendas, motivo por el cual algunos se configuran en forma de dúplex (ojo a la escalera interior, puede convertirse en un hartazgo), y otros deben adecuar sus techos a las inclinaciones de las azoteas, ocasionando que haya espacios que no se pueden aprovechar. 

Por otra parte, la altura de los áticos y la exposición al exterior explican la siguiente desventaja para tener en cuenta: en invierno, están más expuestos al frío, y en verano, acumulan más calor, en parte por su exposición al exterior, y en parte también por tratarse de la última planta del edificio. Así, es posible que la factura que terminemos pagando por la climatización de la vivienda, o por la calefacción, alcance cantidades muy considerables. 

Por el mismo motivo, los áticos son viviendas que están sujetas a un mayor mantenimiento que las demás. Ten en cuenta que cuando llueva será la vivienda que más agua reciba, por lo que deberás tener la tela asfáltica que proteja el suelo de la terraza perfectamente mantenida, y los desagües limpios de hojas u otros residuos, de manera que no se generen goteras en las viviendas por debajo del ático. Contratar un seguro de hogar que contemple entre sus coberturas el mantenimiento de estos elementos es una gran idea si adquieres un ático. 

También se debe de tener en cuenta que pasaremos a depender completamente del ascensor del edificio; esta consideración, que puede parecer obvia, se puede convertir en un problema de verdad si nuestro ático se encuentra en un edificio antiguo, como en el centro de las ciudades, donde los ascensores pueden no tener el tamaño adecuado para subir muebles u otros enseres, o encontrarse ya en un estado de deterioro.  

Por último, ahora que hablamos de las grandes ciudades, no debemos dejar de nombrar que, si nuestro ático se encuentra en el centro de una ciudad, es posible que forme parte de una manzana de edificios, y que no sea el punto más alto de todos, convirtiéndose por tanto en un punto de fácil acceso para los ladrones. Por tanto, deberemos comparar los seguros de hogar, hasta encontrar aquel que sepamos que tiene entre sus coberturas la respuesta más adecuada ante un siniestro de robo en la vivienda. La instalación de cámaras o de alarmas de seguridad será también una de las mejores protecciones que podamos contratar para nuestro ático. 

Quizá ahora te parezca que son más las desventajas que las ventajas de tener un ático; al menos, si decides empezar la búsqueda de un ático, ahora podrás comenzar teniendo en cuenta esta información, y fijándote en el estado de los ascensores, de las terrazas -y, por tanto, de sus telas asfálticas- y la situación respecto del resto de áticos o de viviendas con las que compartes el edificio. 

Una cosa más para terminar: pese a sus desventajas, es muy difícil encontrar propietarios de un ático arrepentidos de su compra.