La mascarilla se ha convertido en un complemento obligatorio de nuestro outfit. El tener que llevar la mitad del rostro cubierto nos ha robado una parte de las emociones, ya que el tener que ocultarnos no deja entrever nuestras expresiones.
En España es obligatorio llevar mascarilla, y aparte de las reacciones que pueda provocar en la piel del rostro esta prenda, o la sensación de ahogo, nos está borrando la sonrisa. Esta prenda, nos tapa medio rostro, en concreto la boca y muchas de nuestras expresiones que tenemos los seres humanos para dar la bienvenida, expresar felicidad, enfado, asco, rechazo… y todo sin mediar palabra.
Llevar la mascarilla nos priva tanto de dar como de percibir toda esa información, y hay que hacer un esfuerzo extra por hacernos entender, transmitir lo que sentimos y, de la misma manera, en interpretar las emociones del otro.
Entonces, ¿Cómo hacemos ahora para transmitir nuestras emociones?
Una buena forma es fijarnos en los ojos de las personas. Antes, con una simple sonrisa, éramos capaces de reconocer si una persona conocida con la que nos encontrábamos por la calle se alegraba de vernos y se iba a detener para charlar o tener una conversación.
Pero con la mascarilla se complica, y ahora nos vemos obligados a ser más observadores para reconocer al otro, así que debemos fijar nuestra atención en otras partes para tratar de reconocer eso sentimientos y deseos, la mirada sí que nos pueden ofrecer esa información.
Por ejemplo: cuando vemos que los ojos se empequeñecen y se marcan las arruguitas de alrededor, podemos reconocer que es un signo de alegría. Si vemos que las cejas se arrugan pueden indican contrariedad, rechazo o enfado. Y si la otra persona tiene los ojos muy abiertos y unas cejas arqueadas es señal de sorpresa.
El cuerpo también nos puede ayudar a revelar información. Aunque por lo general nuestro cerebro está más predispuesto a interpretar las emociones de los demás por las señales que nos envía la cara, el cuerpo también puede aportar información al respecto.
Si no sabes cómo interpretar estas señales, te damos unas pistas:
Ahora que llevamos mascarilla (para cuidar de nuestra salud y de la de todos) conviene que seamos más proactivos e intentemos utilizar otros códigos como saludar con la mano y usar las palabras, “un buenos días, ¿qué tal?”, o “¿cómo estás?” Nunca sobra. Es más, el hecho de no hacerlo si llevamos puesta esta prenda no hacerlo nos puede hacer quedar por personas poco sociables.
Otro signo que podemos utilizar para demostrar amabilidad o agradecimiento es con la inclinación de cabeza. De hecho, ahora las personas que trabajan atendiendo al público es que recurran a este gesto. Si, igualito que hacen los japoneses.
Con este gesto puedes indicar que estás a la disposición de esa persona y sustituye a una sonrisa amable.
Además, la mascarilla también reduce los decibelios de nuestra voz, por eso nos suele costar más entender lo que nos dicen. Intenta hablar más alto y más claro, y procura acompañar las palabras con gestos y con las manos para reforzar el mensaje.
Y como ahora no podemos abrazarnos ni besarnos, se generoso y expresa tus emociones.