Consejos para una dieta equilibrada

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Si quieres vivir más y mejor, olvídate de las cremas y suplementos y cuida tu alimentación. Según todos los expertos en envejecimiento, una dieta equilibrada es fuente de todos los nutrientes necesarios para envejecer de forma saludable y poder seguir realizando las actividades favoritas a medida que nos hacemos mayores.

Desde el blog de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard en Estados Unidos los gerontólogos promueven en vez del uso de todos los productos químicos, que la población se centre en mantenerse bien a través de un estilo de vida saludable y una dieta equilibrada capaz de proporcionar todos los nutrientes necesarios para la salud.

Los especialistas estadounidenses señalan desde su sitio web una serie de consejos para una dieta equilibrada a medida que envejecemos:

1. Necesidades calóricas. A medida que cumplimos años, nuestra tasa metabólica disminuye. Esto puede conducir a un aumento de peso no deseado, lo que aumenta el riesgo de ciertas enfermedades crónicas. Esta disminución en la tasa metabólica está asociada con la pérdida de masa corporal magra que se produce con el paso de los años. Para ayudar a reducir este efecto hay que aumentar la actividad física, realizar ejercicios de resistencia para fortalecer los músculos y añadir masa muscular, mejorar la calidad de la dieta, y disfrutar de los alimentos favoritos con moderación.

2. Proteínas. Las proteínas son necesarias para el crecimiento, reparación y mantenimiento de los tejidos. A pesar de la necesidad de menos calorías a medida que cumplimos años, es importante comer una cantidad adecuada de proteínas cada día. Se recomienda elegir alimentos con proteínas de alta calidad como legumbres, huevos, productos lácteos semidesnatados o desnatados, pescado, aves y carnes magras son buenas elecciones.

3. Salud dental. La buena higiene dental puede prevenir la enfermedad periodontal, un trastorno muy común en la población. Si no se trata, este trastorno puede conducir a problemas dentales y de masticación. Como resultado, podrían evitarse alimentos como la fruta fresca, los vegetales y las carnes. Para prevenir la enfermedad periodontal hay que realizar cada año una revisión y una limpieza dental, limpiar los dientes después de las comidas o tras tomar alimentos con mucho azúcar, y usar hilo dental con regularidad.

4. Gusto. Los sentidos del gusto y el olfato se atenúan en alguna medida durante el proceso natural de envejecimiento. El tabaquismo y algunos medicamentos pueden también alterar nuestro sentido del gusto. Para preservar gusto y olfato se aconseja mantenerse hidratado, evitar el exceso de sal en las comidas y usar hierbas y especias para aumentar el sabor de los alimentos.

5. Antioxidantes. No hay datos definitivos de que los suplementos de antioxidantes, como la vitamina C o la E, puedan ayudar a prevenir enfermedades crónicas o retrasar el proceso de envejecimiento. De hecho, los beneficios para la salud conocidos se producen a partir del consumo de alimentos ricos en antioxidantes como granos integrales, frutas y vegetales, y no por tomar suplementos.

6. Calcio y vitamina D. La mayoría del calcio de nuestro organismo está en nuestros huesos. Este mineral es necesario para el funcionamiento correcto del sistema nervioso, las contracciones musculares y la coagulación sanguínea. La ingesta de calcio adecuada es clave para la prevención y el tratamiento de la osteoporosis y la vitamina D es esencial para la absorción del calcio.

7. Suplementos dietéticos. Otro de los consejos para una dieta equilibrada por parte de los profesionales de la salud es que no recomiendan los suplementos dietéticos a menos que una persona tenga una deficiencia mineral o vitamínica o un problema de mala absorción. Una investigación creciente muestra que los alimentos, no las pastillas o bebidas comerciales, son la mejor fuente de nutrientes.

8. Agua. El agua es a menudo un nutriente olvidado aunque conseguir el fluido suficiente es necesario para casi todas las funciones del cuerpo. Los adultos sanos necesitan alrededor de 1,5 y 2 litros de fluidos al día. Además hay que tener en cuenta que la sensación de sed disminuye a medida que envejecemos, lo que nos deja vulnerables ante la deshidratación. Hay que centrarse en los fluidos que no son diuréticos como las bebidas descafeinadas, los zumos de fruta, la leche desnatada y semidesnatada y, por supuesto, el agua.

En definitiva, sigue estos consejos para una dieta equilibrada y estarás ayudando a tu cuerpo a mantenerse en plenitud de facultades a pesar del transcurso del tiempo y a envejecer de manera saludable.

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