El dermatólogo en el seguro de salud

Un seguro de salud incluye prestaciones tan interesantes como la dermatología, especialidad muy demandada entre mayores y pequeños. Conoce un poco más sobre ella. Vida Saludable

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La especialidad médica que estudia la piel y las enfermedades o patologías que pueden afectarla es la dermatología. Se ocupa también de prevenirlas y de mantener y recuperar cuando sea necesario la normalidad de la capa dérmica. La dermocosmética ocupa un lugar importante dentro de esta especialidad, tratando la apariencia de la piel, así como su protección.

El dermatólogo de tu seguro de salud juega un papel muy importante en todas las etapas de tu vida, por lo que es fundamental encontrar en el cuadro médico del seguro que contrates el especialista que te brinde la seguridad que necesitas cuando tienes dudas respecto a la salud de tu piel.

¿Qué cubre el dermatólogo del seguro médico?

El servicio de dermatología de tu seguro de salud cubrirá todas las consultas que necesites hacer a tu especialista, siempre dentro de los límites que aparezcan en las condiciones que figuren en tu póliza médica y del tipo que sea esa póliza (por ejemplo, con o sin copago).

Una vez hayas revisado el condicionado de tu seguro y hecho la pertinente comparativa de seguros médicos, si este no te convencía por completo, habrás comprobado que además de las mencionadas consultas, tanto para ti como para tus hijos con el dermatólogo pediátrico, quedarán cubiertas las cirugías que precises, la laserterapia en los casos en que sea de aplicación así como en las mencionadas cirugías que lo permitan o aconsejen, la terapia fotodinámica, la fototerapia PUVA y PUVB o la dermatoscopia digital.

Con estos avances y los conocimientos de tu dermatólogo se pueden abordar problemas cutáneos tan persistentes como la rosácea, las manchas solares, las dermatitis tanto atópicas como seborreicas, de contacto, del pañal… esta es una de las patologías que más se ven en las consultas de los dermatólogos, sobre todo durante los primeros años de vida de los niños. 

Las patologías crónicas, como la mencionada rosácea, el vitíligo o la psoriasis, entre otras, encuentran un gran alivio y mejoría con los tratamientos propuestos por un especialista en dermatología, abordándolos de manera personalizada una vez se hayan estudiado en cada paciente ya que no siempre la misma solución es adecuada para todas las personas y no todos responden de la misma manera a un tratamiento. De ahí la importancia de confiar en el dermatólogo que eliges, sabiendo que encontrará la mejor solución a tu problema de piel.

Visita a tu dermatólogo ante cualquier anomalía sin causa aparente que detectes en tu piel

Lo que no cubrirá tu seguro médico respecto a esta especialidad son las aplicaciones estéticas o cosméticas, que probablemente tu dermatólogo sí pueda practicarte, pero no quedarán incluidas entre las coberturas de tu póliza.

La prevención es importante

La prevención en materia dermatológica es fundamental para mantener la salud de la piel en un estado óptimo y para prevenir enfermedades. 

La protección solar ya es indispensable a diario. Debemos usar como mínimo un protector con un FPS 30 en invierno y FPS 50 o pantalla total en verano. En los meses calurosos y con mayor incidencia de los rayos del sol, no hay que olvidar reaplicarlo cada dos horas y después de haber nadado o sudado. Además, hay que evitar la sobreexposición solar, intentando buscar lugares con sombra y no exponernos al sol entre las 11 de la mañana y las 5 de la tarde.

Hidratarse correctamente también es un gran aliado en nuestra lucha contra los daños en la piel. Utilizar regularmente cremas o lociones hidratantes, preferiblemente sin perfumes, tras la ducha o el baño es lo ideal, evitando duchas largas con agua muy caliente, ya que puede arrastrar los aceites naturales de la piel, cosa que no sucede en igual medida si la ducha es breve y con agua tibia.

Hacer una limpieza suave para no irritar la piel y no tocar granitos o espinillas, ya que puede conducir a inflamaciones, infecciones y dejar marcas o cicatrices. Elige muy bien y si dudas, pregunta a tu dermatólogo, los productos adecuados para tu tipo de piel.

La higiene es muy importante para prevenir infecciones cutáneas. Debemos lavarnos las manos con regularidad para no llevarnos ningún tipo de suciedad a otras zonas de la piel. Cambiarnos la ropa húmeda lo antes posible ayuda a evitar las infecciones por hongos.

La prevención es la mejor de las armas que tenemos para ayudar a nuestra salud

Intenta mantener tu nivel de estrés bajo control, ya que este puede afectar a la piel; para conseguirlo, practica yoga, medita o haz ejercicios de respiración.

Revisa tus lunares: observa cualquier cambio en forma, tamaño, color y textura, para poder comentárselo al dermatólogo en tu próxima visita.

Recuerda que la prevención y el cuidado de la piel deben personalizarse lo máximo posible según el tipo de piel y las condiciones de salud del individuo, entre otros factores. Un dermatólogo es el especialista indicado para orientarte, adaptando rutinas y cuidados a tu forma de vida.

Aunque debemos visitar al dermatólogo cada cierto tiempo, para que pueda hacer un seguimiento adecuado del estado de nuestra piel y modificar las pautas dadas o nuestra rutina si es necesario, hay ocasiones en las que no tendríamos que esperar mucho tiempo para concertar una cita con nuestro especialista.

Heridas que no se curan

Si tienes una herida y crees que tarda demasiado tiempo en sanar, quizá esté advirtiendo de una enfermedad de otro tipo. Conviene seguir de cerca la evolución de heridas y golpes; es normal que sangremos si nos hemos hecho una herida, y que una vez la curemos y cuidemos, con el paso de los días vaya generando una costra que evolucione hasta la completa sanación. Si ves que esto no sucede así, ve al dermatólogo.

Cambios en tus uñas

No solemos prestarles demasiada atención, pero las uñas nos envían señales de la existencia de algunos problemas de salud. Si se te rompen con facilidad, percibes cambios en su textura, en su color o su forma, puede que te aqueje alguna enfermedad sin que otro síntoma te ayude a detectarla. Problemas hepáticos, renales y algunos cánceres de piel se evidencian a través de las uñas algunas veces, o puedes tener alguna infección que, si no tratas en el momento preciso, acabe siendo un fastidio que te moleste durante más tiempo del necesario.

Dermatitis o eczemas que se prolongan en el tiempo

Las dermatitis y los eczemas aparecen en muchos niños, aunque a veces lo hacen en la edad adulta, y son realmente incómodos, llegando a alterar el ritmo de la vida de quien los padece. La piel atópica necesita unos cuidados especiales y constantes, por lo que lo mejor es que un dermatólogo haga un seguimiento de ella cada poco tiempo, para controlar que la evolución es favorable y el paciente puede manejarla.

Si sufres rosácea, psoriasis u otras enfermedades crónicas de la piel, también es aconsejable que acudas a revisiones rutinarias que te ayuden a controlar esas anomalías en tu piel y que aprendas a cuidarla para proporcionarle el máximo confort posible.

Levanta la mirada hacia tu pelo

En nuestro cabello aparecen las primeras pistas que pueden ayudar a detectar enfermedades congénitas, por ejemplo. Si te parece que se te cae el pelo de manera exagerada o la caída no se limita a un corto espacio de tiempo, sino que se mantiene durante varios meses, le falta brillo o se vuelve más fino, consúltalo. La sequedad, el picor, el enrojecimiento del cuero cabelludo, la descamación o las costras en el cuero cabelludo pueden tener una solución sencilla, si lo consultas con rapidez. 

Cambios patentes en los lunares o aparición de manchas

Si notas que tus lunares han cambiado de forma, color o tamaño, pide una cita urgente con tu dermatólogo, igual que si te encuentras una mancha nueva en la piel, sobre todo si tienes antecedentes familiares de cáncer de este tipo. La detección precoz de los cánceres de piel es fundamental para poder atacar lo antes posible y ayudar a que el pronóstico sea el mejor posible. 

La prevención es la mejor de las armas que tenemos para ayudar a nuestra salud, y la piel es el vestido de nuestro cuerpo, por lo que cuanto mejor esté, más protegerá también nuestro interior. Cuida del órgano más grande de tu organismo y si algo te preocupa, sal de dudas sin perder el tiempo y consulta a tu dermatólogo. El diagnóstico precoz es la mejor forma de poder resolver algún problema con sencillez, y si dejas correr el tiempo, la solución puede no ser tan fácil.