Este arte hindú es tan efectivo que muchos profesores de yoga han ido adaptando esta disciplina al estilo de vida de la gente.
La fuerza de trabajo sedentaria es una lamentable, pero precisa descripción del día a día de muchas personas. Se levantan, van al trabajo, y permanecen sentados ocho horas en sus puestos de trabajo.
El yoga es una disciplina milenaria que puede aportar múltiples beneficios físicos, mentales y espirituales. Sus ventajas pueden experimentarse desde el minuto uno en que comienzas a practicarlo.
Por una parte, mejora la concentración, intuición y estabilidad emocional, contribuyendo al autonocimiento y aportándote una sensación de paz, además de basarse en los principios de la compasión y de la no-violencia. Físicamente, los beneficios son palpables: desde la mejora de la capacidad pulmonar o de la circulación al incremento de la flexibilidad, la elasticidad o la resistencia, junto al fortalecimiento de la musculatura.
Al estar trabajando tantas horas delante de un ordenador aparecen las malas posturas, tan perjudiciales para nuestra espalda. Si además llevas una vida sedentaria, no sólo puedes tener repercusiones en tu físico, también en tu estado de ánimo y en tu productividad.
Una solución barata, efectiva y sencilla de poner en práctica es que, ya sea por iniciativa de la propia compañía o motu proprio, practiques yoga en la oficina.
De hecho, te parecerá una tontería, pero a nivel laboral, saber entrenar y controlar tu respiración te permite mejorar la atención y la memoria de trabajo. Tal es así que un estudio de la Universidad de Washington demostró que aumenta la capacidad para la multitarea. Esto sucede porque al combinar la respiración diafragmática con la meditación incluso puedes atenuar tu respuesta frente al estrés, disminuir la presión sanguínea, el ritmo cardíaco y la producción de cortisol (hormona del estrés).
Si quieres empezar a practicarlo sigue estas recomendaciones para evitar que el estrés diario te supere: