Las redes sociales, en concreto Instagram, se ha llenado de imágenes y hashtags con el término “Russian Lips”, un nuevo retoque que cada vez arrasa más en los centros de estética.
La cara de las celebrities, conocidas por sus ojos enormes, pómulos marcados y labios voluminosos siguen conquistando al público femenino. Sobre todo en el mundo de las millennial.
Podemos decir, que los “Russian lips” se han convertido en la última tendencia estética, que cambia por completo la expresión de la cara perdiendo la personalidad física de una persona.
No queremos entrar en debates sobre quién está a favor de esta tendencia y quién está en contra, pero si queremos profundizar más en esta nueva técnica que tiene revolucionado el mundo de los retoques.
Desde hace décadas, el grosor de los labios es una cuestión de modas y la última responde a los labios conocidos como rusos o russian lips. Los labios siempre ha sido una de las partes de la cara que siempre se ha cambiado por su poca complejidad en la intervención y por el efecto inmediato que tiene tras su aplicación.
Unos labios con volumen, más gruesos y redondos se han convertido en algo muy sexy. Pero como todo, las modas cambian y las técnicas para conseguir un resultado perfecto también. Actualmente, la única manera de conseguirlos es con rellenos preferiblemente reabsorbibles. Una nueva manera inteligente de animar al público, sobre todo mujeres a no tener miedo de probarlo.
Si el resultado no es de su gusto, saben que en unos meses sus labios volverán a recuperar la forma y volumen original, no como con las anteriores técnicas de toxina butolínica. Por eso, para las que se asusten de los rellenos, hay que advertir que no se utilizan agujas, sino cánulas ultrafinas. Esto evitan que se tenga que hacer varios pinchazos.
Para realizar los “russian lips” el experto solo necesita hacer dos incisiones a cada lado del labio superior, y a partir de ahí se distribuye el producto de manera uniforme.
Si también el paciente desea volumen en el labio de abajo, se pueden hacer otras dos incisiones en la parte inferior del labio.
Los 'russian lips' no persiguen delinear los labios (remarcar más los bordes) ni tampoco proyectarlos (levantarlos para mostrar más labio) sino aumentar su volumen: se trata de inyectar un producto voluminizador sin tocar el perfil pero engrosando superficialmente para conseguir más cantidad de superficie labial.
Esta técnica puede realizar con agujas o con cánulas igualmente. Básicamente lo que persigue es un aumento del tamaño del labio, pero sin proyectar en “pico de pato” como antiguamente.
Al igual que ocurre con otras técnicas, tener en cuenta la anatomía del labio del que se parte es importante. Tal y como explicar el doctor Fustes, "la forma del labio se puede realzar, pero si se tiene un labio extremadamente fino o rectilíneo no se puede aspirar a tener unos labios voluminosos, al menos no en una sola visita". La posición de los dientes, el tamaño de la nariz y el mentón son algunos de los aspectos a tener en cuenta para lograr un buen resultado.
Muchos expertos en estética son partidarios de la técnica russian lips ya que al hacer la infiltración en el borde del labio (la zona conocida como “corazón”) solo infiltrando esa zona en pacientes jóvenes, el perfil se rellena sin tener que hacer una infiltración directa, consiguiendo así menor levantamiento del perfil y un aspecto más natural.
Lo que no varía es la personalización del tratamiento y resultado, ya que dependiendo del tamaño original y la forma del labio sobre el que se trabaje, la cantidad de producto a utilizar será mayor o menor, y el tiempo para alcanzar el objetivo también será variable.
Se aconseja no inyectar más de 1 ml por visita y distanciar entre dos y cuatro semanas las sesiones de reaplicado hasta alcanzar el tamaño deseado en el labio.
Es la manera más precisa de trabajar el volumen y resultado, además de graduarlo según responda el paciente al inyectable.
Como hemos puntuado antes, la zona de aplicación del relleno es por tanto la clave de los russian lips. El ácido hialurónico es específico, con propiedades de elasticidad y viscosidad muy parecidas al tejido donde se infiltra, dando la apariencia de no retoque.
Es además muy poco inflamatorio y se adapta muy fácil a zonas con movimiento como es la boca.
Y si se quiere un acabado aún más potente, los expertos también recomiendan infiltrar microdosis de 0,025 ml a nivel más superficial, justo en la zona de transición entre la mucosa húmeda y la mucosa seca, que aporta un plus de plenitud sin proyección, lo que le aportará aún más plenitud al labio.
La molestia es un 50 % inferior que con la técnica convencional de infiltración múltiple. Y la recuperación es mucho más rápida y con menos hematomas. Además los labios quedan mucho más hidratados.
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